TIERRA PODER POLITÍCO Y REFORMAS AGRARIA Y RURAL

La cuestión agraria desde tiempo atrás a estado en conflicto no solo político si no también armado que a través de la historia colombiana a mantenido un agudo conflicto, en los ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales; por lo cual se ha convertido en el centro histórico de el conflicto armado en Colombia.

En Colombia la constitución política en el artículo 64 defiende e incentiva a los trabajadores agrarios de una forma individual y asociada ya que en Colombia el nivel de concentración de la tierra según el Gini es de 0.85 considera uno de los más altos del mundo. La centralización de la tierra y las reformas agrarias son temas que jamás perderán vigencia en Colombia, puesto que su problemática aparece de manera frecuente y como elemento central donde se han abordado diferentes análisis sobre la difícil situación económica y social que está atravesando el país, se han elaborado diferentes informes a partir de la extinción de dominio y la reforma agraria en donde se plantea que la democracia y la paz en Colombia están estrechamente vinculadas al tema de la propiedad de la tierra y el desarrollo rural. Sin duda la solución a la guerra y a los problemas de pobreza, baja calidad de vida, desigualdad y exclusión, que viven los pobladores de las zonas rurales, pasa por redistribuir la propiedad de la tierra y por ofrecerle condiciones de trabajo digno y justicia social a un porcentaje alto de los habitantes del campo que están por debajo de la línea de pobreza. El país se enfrenta a una situación en la que, no obstante las políticas de Estado no son eficientes ni eficaces, posiblemente a causa de su debilidad, hoy hay pocos propietarios con muchas tierras, muchas de ellas mal habidas y mal usadas. La centralización de las tierras en Colombia ha debilitado de manera inminente la crisis agrícola y social del campo tomando en cuenta que la ampliación del carácter dominante y señorial de la gran propiedad rural solo toma en cuenta que la tierra siempre será de los mismos señores que causan la guerra por lo cual esto quebranta el régimen democrático cambiando por total las política de un país.

Para muchos la reforma agraria seguirá siendo uno de los temas estratégicos para el desarrollo del país, teniendo en cuenta y partiendo de la base que muchos gobiernos en las últimas décadas le han apostado en sus planes de desarrollo a las reformas agrarias con el infortunio de que su organización en las políticas no ha sido la más adecuada institucionalmente teniendo diferentes tipos de fracaso. Durante años hemos visto el sistemático abandono del tema de la Reforma Agraria, considerado por muchos gobiernos como una cuestión sin validez histórica ni eficacia en su práctica, este abandono que se ha tenido en la reforma agraria como estrategia de un cambio estructural ha constituido en última instancia el más peligroso abandono en cuanto a las posibilidades de un mejoramiento en sus políticas públicas.

La desigualdad en la distribución que existe en el país de la tierra ha causado diferencias enormes en cuanto a la economía y la calidad de vida de las personas que viven en el campo, es por ello que hay que mirar a fondo el problema del rendimiento social y el gasto publico teniendo en cuenta la necesidad de emprender reformas agrarias redistributivas, dando importancia en promover las capacidades de los campesinos y por otra parte garantizando un ambiente institucional que facilite su acceso a los recursos productivos y a la tierra, sin que necesariamente tenga que ser por la vía de la propiedad, quedando de todas formas explícito el problema de acceso a la tierra.

Durante el curso del progreso del país y la problemática agraria colombiana cabe resaltar que tan importante han sido las políticas públicas de reforma agraria ejecutada por el Estado Colombiano entre 1991 y el 2006 y que tan acertado ha sido su cumplimento al mandato constitucional de promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra a los trabajadores agrarios, en forma individual y asociativa, y así mismo, a los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social, recreación, crédito, comunicaciones, comercialización de productos, asistencia técnica y empresarial que promulga en la constitución, para ello hay que entender que la reforma agraria debe ser tenida en cuenta como un proceso de transformación, apropiación y distribución de la tierra teniendo como base principal la gestión económica, las relaciones sociales, el sistema de poder y en el conjunto de elementos que determinan en última instancia el desarrollo rural.

Al transcurrir de los años nos hemos podido dar cuenta que Colombia a optado por una Política Pública con esquema de economía más abierta e internacionalizada es por ello que la última ley de reforma agraria, Ley 60 de 1994, la cual se ha considerado como la adecuación del Estado para regular la estructura de propiedad de la tierra frente al modelo económico que necesitaba la apertura y globalización de la economía, porque la Ley 1152 de 2007 apenas dedica el artículo 4 al acceso de la propiedad de la tierra, y fue titulada como Estatuto de Desarrollo Rural y Reforma al INCODER. El plan de desarrollo del 2007 al 2010 le abrió posibilidades de un equilibrio para los gobiernos locales para presentar a los campesinos aspirantes los subsidios para compra de tierras la presencia o ausencia de estos equlibrantes afectará la calificación para las adjudicaciones de los subsidios.

En los diferentes esfuerzos para mejorar la distribución y tenencia de la tierra en Colombia se encuentra que, con pocas excepciones, el papel de las autoridades locales ha sido modesto, esta participación local de carácter marginal sólo ha mostrado unos pocos avances en programas experimentales, sin embargo, se considera que con la política de descentralización, los planes de ordenamiento territorial pueden ser una importante herramienta a nivel municipal para la ejecución de los procesos de reforma agraria.

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