Teologia De La Liberacion

Teología de la Liberación

Hacer un resumen de un tema probablemático presenta algunos retos, ya que lo a narrarse debe y tiene que someterse a la estricta letra y espíritu del tema en estudio.

Debemos pues inicio “Historia Breve de la Teología de la Liberación”.

En el argumento del tema se sostiene que “hablar de la teología de América Latina es hablar de la Teología de la Liberación.

El Vaticano II precedido por el Papa Juan XXIII, haciéndose eco de la cruda realidad de la inhumana pobreza de millones latinoamericanos declaro que la brutal esclavitud y pobreza está en contra del querer Dios. La declaración del Vaticano II es la semilla de la liberación, pues en América Latina raya en la miseria. Más aún, enfáticamente declaro que la pobreza no es casualidad, sino causal; dijo que hablar de los pobres es hablar de Cristo y es hablar de Dios. El Vaticano II hizo hincapié que si se vive a espalda de los empobrecidos es imposible amarlos trayendo a colación a los fariseos, pues ellos decían que amaban a Dios y sin embargo mataron a Jesús. Sigue diciendo el Vaticano II que amar al prójimo es amar a los indígenas, a los analfabetos, a los marginados y a los negros porque son las personas denigradas por los poderosos.

Sostiene el Vaticano II que el color de la sangre de Cristo es en verdad el génesis de la Teología de Liberación, puesto que amar al prójimo solo es verdad cuando amamos a los empobrecidos de la tierra.

En verdad de verdad dice que convertirse en Cristo significa hacerse hermano del pobre y que hay que renunciar a los bienes materiales porque solo así se vive el infortunio del pobre. Este argumento parece utópico y lejano, cosa que no es cierto, puesto que actualmente muchas personas se han hecho positivo de ello.

Dice el articulista que “No todos en la Iglesia de América Latina nos hemos comprometidos suficientemente con los pobres”, es más, dice que antes del Vaticano II el saber teológico estaba reservado al sacerdocio ministerial.

El artículo en estudio dice que “pretender comparar la reflexión teológica con el sistema social es ponerse al servicio de las políticas del sistema capitalista”. El Vaticano II recalca que en el quehacer teológico se enriquece investigando las verdades ocultas ya apartarse un poco de la rutina de decir las verdades ya conocidas. Porque empaparse de las Sagradas Escrituras no hace saber que el “Hijo de Dios en su encarnación se ha unido, en cierto modo, con el hombre”. Dice que “Toda Teología es antropológica, y toda verdad antropológica es teología”. Esta verdad es daga que decapita el maniquismo sostenedor de la no espiritualidad y valor de Cristo.

Juan XXIII al poner la Iglesia al día exige que el misionero deje la apatía y produzca más teología. Esto podría decirse

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