Weber Y La Educación

Para tomar los aportes de Max Weber y vincularlos a alguna problemática del campo educativo, es importante primero contextrualizar los aportes de este sociólogo alemán que vivió entre los años 1864 y 1920. Durante este periodo, Weber fue testigo de las profundas transformaciones sociales que significaron la transición del mundo de los grandes propietarios latifundistas a el ámbito de las tensiones obreras en el contexto de la rápida industrialización. Es en este contexto que cobran sentido muchas de sus preocupaciones teóricas orientadas al análisis del lugar de la política, los procesos de especialización y burocratización, la relación entre política, ética y ciencia y las formas de dominación. Parte de su obra esta teñida de un cierto “pesimismo histórico” que parte del reconocimiento del progreso de la técnica como un proceso de avance de la razón formal, los medios y el cálculo en desmedro de la racionalidad material orientada por valores. (Portantiero)

Es en este sentido que una de sus preugntas centrales se vincula a los límites y alcances de la política en relación con el cambio social y se preocupa particularmente por quien va a poder asumir el liderazgo político en alemania.

A diferencia de Durkheim cuyos aportes sobre lo social parten desde lo exterior, Weber sitúa el análisis en el plano de los individuos, entendiendo a estos como los únicos que albergan fines, intenciones en sus actos. (recurso metodol tipo ideal--> partiendo comp individual. Pluricausalidad → contraponiendo a marx)

Desde este lugar se establece un diálogo no sólo con Durkheim sino también con el marxismo descartando el determinismo económico de las posturas más ortodoxas y pregúntandose por los conflictos sociales que exceden al problema de la clase.

Es en este punto que su análisis sobre el surgimiento y proliferación del capitalismo lo lleva a preguntarse por las disputas en torno al poder, los procesos de burocratización y el especialismo presente en distintos sectores de la sociedad.

(capitalismo como máxima expresión de racionalidad)

En cuanto a la creciente burocratización y especialización que Weber describe en la sociedad, estas nociones lo llevan a describir su sociedad como una “jaula de hierro” (Terrén) en el que al hombre le son impuestas rutinas fijas y un modo de vida racionalista.

En el plano educativo esta burocratización halla su correlato en un sistema de exámenes especiales y el desplazamiento del talento o carisma en favor de la propiedad, ya que la certificación requiere gastos económicos (Weber capítulo 8). Asimsimo, la educación aparece como una instución políticamente muerta que ha agotado sus impulsos utópicos en favor de la coacción psíquica y la circulación de un conocimiento racional que disciplna y adiestra.

En “el político y el científico” Weber profundiza los distintos

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