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Cambio Social Y Desarrollo Rural


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  5.371 Palabras (22 Páginas)  •  1.422 Visitas

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Cambio social y desarrollo rural

Orlando Plaza

… Las reflexiones que siguen quieren dar testimonio claro de la necesidad de enfrentar los cambios, de la importancia y necesidad del pensamiento abierto para hacerlo, y de la búsqueda, balbuceante por momentos, de contenidos que expresen nuestra realidad y nuestras posibilidades. Aun cuando estas reflexiones tienen como telón de fondo la práctica de los proyectos de desarrollo rural, están orientadas a ubicar un clima ideológico en el cual se desenvuelven las propuestas de desarrollo rural, y el entorno teórico, fundamentalmente de las ciencias sociales, que los acompañan.

Quieren mostrar la relación entre las teorías del cambio social y el desarrollo rural. Para ello, centraré mi atención en tres de las preguntas sugeridas por el temario: ¿Qué se quiere decir cuando se habla de desarrollo? ¿Cómo se encara la concepción de desarrollo una vez adoptada la oposición tradicionalidad/modernidad en las opciones concretas? ¿En qué medida estos proyectos pueden convertirse en políticas nacionales?

Mi acercamiento a las preguntas es una aproximación conceptual a las propuestas del desarrollo rural, en sus líneas y características generales, más que en sus connotaciones específicas. Con esta aproximación intento mostrar los elementos básicos compartidos por ellas y explicitar algunos de sus supuestos.

Desarrollo, cambio social y temporalidad

Toda noción de desarrollo1 involucra una teoría del cambio social. La interpretación del contenido, los agentes, la direccionalidad, los

1 La noción de desarrollo tiene como antecedente la de progreso, originada en la época de la Ilustración y cuyo uso se generalizó con la consolidación del capitalismo y sus concomitantes procesos de industrialización y urbanización, a partir del supuesto, aceptado por las disciplinas naturales y sociales del siglo XIX, que la razón permitiría descubrir las leyes generales de la naturaleza y del orden social.

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instrumentos y los medios para lograr el cambio están directamente relacionados con posiciones ideológicas2.

Pero además toda teoría del cambio, considerada desde las representaciones colectivas (conciencia, cultura e ideología) contiene, y está atravesada, por nociones específicas de tiempo, y por horizontes temporales más o menos explícitos y más o menos concientes. Estos horizontes temporales son los que proveen de elementos, contenidos y profundidad a las teorías del cambio, y según cómo los consideren y elaboren, tendrán mayor o menor fuerza interpretativa.

No hay teoría del cambio sin noción de tiempo, pero la temporalidad, en las representaciones colectivas, según la densidad y sedimentación de los fenómenos, tiene, por decirlo de alguna manera, distintos grados de conciencia para los sujetos. La temporalidad en las representaciones colectivas no tiene que ver sólo con lo cronológico, como sucesión de acontecimientos, sino con la densidad y huella que adquiere en la experiencia individual y social, y en éstas se puede mezclar el pasado y el deseo de futuro; lo que el grupo social ha experimentado y las objetivaciones de las experiencias de otros; el tiempo social de la propia sociedad y el tiempo social amplio.

Por esto es que en las teorías del cambio se entremezclan cuando menos tres horizontes temporales:

a) El referido a la coyuntura en la que se realiza la interpretación del cambio. La coyuntura no solamente se refiere al tiempo cronológico en el que se desenvuelve la interpretación, sino también al tiempo social. El tiempo social se refiere a la intensidad, a la direccionalidad y a la velocidad de los procesos que atraviesan la sociedad. La coyuntura puede cristalizar transformaciones radicales de la sociedad. Este fue el caso en el s. XIX en países de Europa occidental cuando se pasa definitivamente de la sociedad feudal a la capitalista; o en el Perú actual en que procesos que se originan hace cuatro siglos y que aceleran su intensidad y velocidad desde los años 20, se hacen más visibles en los años 80, lo cual produce una coyuntura sumamente rápida y dinámica que dificulta la interpretación sistemática. La reflexión actual sobre el desarrollo rural está fuertemente teñida por la coyuntura y por ello debe considerar los

2 Esto entre otras razones, debido a que el desarrollo supone opciones con respecto a cómo lograr los cambios, hacia dónde dirigirlos y a quiénes beneficiar.

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contenidos sociales, la situación socioeconómica, la ideológica y las fuerzas políticas actuantes.

b) El de la historia, entendida como proceso de larga duración y construcción de sociedad (lo cual puede llevar al error de entenderla como un proceso evolutivo unilineal). La historia debe entenderse como campo de acción de las clases y de las personas, y no sólo como la sucesión de acontecimientos y transformaciones de las instituciones. La historia es una marcha y contramarcha de procesos y apuestas exitosas o pasmadas. Este horizonte temporal, fundamental para cualquier teoría del cambio, muchas veces -sobre todo en la sociología- es ignorado o mal interpretado cuando se pretende explicar los acontecimientos actuales exclusivamente por su génesis.

c) El de la condición humana, que incluye la historia de una sociedad y la coyuntura por la cual ella atraviesa, pero que las coloca frente a los hallazgos, fracasos, logros y propuestas del conjunto del género humano, independientemente de nacionalidades y temporalidades. El horizonte de la condición humana especifica nuestra manera de estar en la historia a escala planetaria y nos hace partícipes de ésta; permite, por ejemplo, la apropiación de construcciones sociales de la realidad que no sólo dependen de las características del país sino que provienen de otras sociedades y tiempos3. El tiempo de la condición humana permite comprender que los seres humanos no son una construcción definitiva, acabada y determinada por sus condiciones inmediatas, sino que son una construcción social que abarca experiencias múltiples. Muestra que los seres humanos son perfectibles a partir de su capacidad para construir las condiciones sociales que los posibiliten, y que logran su individualización a través de esa construcción.

La noción de cambio también supone una aproximación a la naturaleza de la sociedad y a la naturaleza humana. Con respecto a la segunda los polos de interpretación ubican al hombre como un ser en permanente pugna con sus semejantes o como un ser naturalmente bueno que es corrompido por

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