¿Cómo se puede establecer un diálogo para lograr la comunión, a través de la empatía en el ámbito personal, familiar y laboral?

Carlos Enrique Saucedo Álvarez

¿Cómo se puede establecer un diálogo para lograr la comunión, a través de la empatía en el ámbito personal, familiar y laboral?

El ser empático implica abrir tu mente para generar una confianza genuina con tu interlocutor, establecer un diálogo constante y beneficioso para ambas partes es un arte que no todos los seres humanos poseen.

La vida moderna tan ajetreada y llena de distractores nos hace ingresar en un mundo donde las concepciones de los otros no tienen cabida y regularmente manejamos una verdad acorde a nuestras propias experiencias casi siempre acompañada de ideas, prejuicios y toda la contaminación mental que acompaña este proceso, escuchamos lo que queremos escuchar de otros y nos convertimos en tiranos de la conversación al momento que mantenemos los canales en un constante flujo de ideas que alimentan nuestro ego y nos alejan de una comunicación limpia y transparente.

Ser empático nos implica un esfuerzo grande para meternos en el mundo del otro, lamentablemente no se nos prepara para sentir aquello que nos intentan compartir, existe tanta gente en nuestro día a día que desea, implora por ser escuchada en todo el espectro de lo que eso significa, pero, estamos lejos de regalar un tiempo de calidad en la escucha.

En nuestra familia sabemos que al llegar a casa nuestra pareja ansía platicar lo que vivió, sus alegrías y tristezas, nuestros hijos quieren jugar y tener un tiempo de calidad y ¿que les regalamos?, nuestro cansancio físico y mental, nuestras frustraciones y enojos; no comprendemos que el amor implica escuchar, atender, interactuar, regalarnos totalmente al vinculo y a la comunicación.

En el ámbito laboral nos encontramos con seres que requieren de nuestra ayuda, pero, difícilmente regalamos una escucha adecuada, tenemos tan mecanizadas nuestras respuestas que lo más que queremos es derivarlos a otra área o hacerlos pasar de extensión en extensión hasta que se enfadan y desisten de ser escuchados, lamentablemente los servidores públicos hemos creado la fama de indolentes, faltos de atención, desatentos y muchas otras actitudes que merman en una correcta atención a nuestros usuarios, nos convertimos en robots que damos las menos respuestas posibles y tratamos de “aventar la papa caliente”.

En conclusión debemos realizar un análisis de como nos comunicamos y esto es, a través de los ojos de los demás, como perciben la atención que brindo, como mi familia atesora el tiempo que estoy con ellos y como llego a comunicar asertivamente para concretar acuerdos que lleguen desde las necesidades del otro. Requerimos aprender a escuchar desde el fondo del corazón del otro y evitar emitir juicios que impidan una sana relación y que corten un flujo adecuado de información.

Como en todo, considero que el amor es base de la comunicación.

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