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Derrota Del Monopolio Español


Enviado por   •  10 de Mayo de 2014  •  1.574 Palabras (7 Páginas)  •  277 Visitas

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Derrota del monopolio comercial español y disminución del pago tributario, sin la independencia de la corona hispana

Monopolio comercial

El monopolio comercial español no fue capaz de articular y dinamizar el conjunto de la economía hispanoamericana, pues ni el mercado nacional era suficiente para dar salida a los productos americanos ni, a su vez, España podía abastecer competitivamente la demanda colonial. Por el contrario, el monopolio interfirió en el desarrollo de las posibilidades de las colonias que vivían un despegue económico.

Tanto por motivos fiscales como por estimular el crecimiento económico, la revitalización del tráfico colonial era imprescindible. Ello exigía reforzar el control sobre el comercio con las Indias y ampliar la participación de productos y comerciantes españoles.

La medida más importante al respecto fue el fin del monopolio del comercio americano por parte de la Casa de Contratación, instalada, desde 1717, en Cádiz. La pérdida del monopolio se hizo en dos etapas:

• En la primera etapa, entre 1728 y 1756, se crearon compañías privilegiadas por acciones para comerciar con determinadas áreas americanas. La primera fue la Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada en San Sebastián en 1728.

• En la segunda etapa, a partir del decreto de Libre Comercio de 1765, se autorizó a diversos puertos españoles a comerciar directamente con las islas americanas, entre las que destacaban Cuba y Puerto Rico: Barcelona, Alicante, Cartagena, Málaga, Sevilla, Cádiz, La Coruña, Gijón y Santander. Poco después se concedió a estos puertos completa libertad para comerciar con las islas Canarias y con ciertos enclaves de México y Colombia.

En 1778 se dispuso el nuevo reglamento de libre comercio, que fue todo un éxito. La liberalización del comercio americano contribuyó al equilibrio de la balanza comercial. La creciente aportación impositiva de América representaba en los años noventa del siglo más de la mitad de los ingresos ordinarios de la Hacienda Real.

La producción

La agricultura continuó siendo de subsistencia en las regiones del interior, pero en las zonas atlánticas se desarrolló la de plantación para exportar a Europa sus productos. La ganadería tenía magníficas condiciones naturales para su desarrollo extensivo y alimentó un importante comercio exportador. La industria renovó sus técnicas y la textil incrementó su producción sobre la base de las materias primas indígenas (algodón y lana de las ovejas, vicuñas y llamas).

Historia

El matrimonio de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) produjo la unión dinástica de las dos Coronas cuando, tras derrotar a los partidarios de Juana en la Guerra de Sucesión Castellana, Isabel ascendió al trono. Sin embargo, cada reino mantuvo su propia administración bajo la misma monarquía. La formación de un estado unificado solo se materializó tras siglos de unión bajo los mismos gobernantes. Los nuevos reyes introdujeron el estado moderno absolutista en sus dominios, que pronto buscaron ampliar. Castilla había intervenido en el Atlántico, en lo que fue el comienzo de su imperio extra peninsular, compitiendo con Portugal por el control del mismo desde finales del siglo XIV, momento en el cual fueron enviadas varias expediciones andaluzas y vizcaínas a las Islas Canarias. La conquista efectiva de dicho Archipiélago había comenzado durante el reinado de Enrique III de Castilla cuando en 1402 Jean de Béthencourt solicitó permiso para tal empresa al rey castellano a cambio de vasallaje. Mientras, a lo largo del siglo XV exploradores portugueses como Gonçalo Velho Cabral colonizarían las Azores, Cabo Verde y Madeira. El Tratado de Alcáçovas de 1479, que supuso la paz en la Guerra de Sucesión Castellana, separó las zonas de influencia de cada país en África y el Atlántico, concediendo a Castilla la soberanía sobre las Islas Canarias y a Portugal las islas que ya poseía, la Guinea y en general «todo lo que es hallado e se hallare, conquistase o descubriere en los dichos términos». La conquista del Reino de Fez quedaba también exclusivamente para el reino de Portugal. El tratado fue confirmado por el Papa en 1481, mediante la bula Aeterni Regis. Mientras tanto los Reyes Católicos iniciaban la última fase de la Conquista de Canarias asumiendo por su cuenta dicha empresa, ante la imposibilidad por parte de los señores feudales de someter a todos los indígenas insulares en una serie de largas y duras campañas, los ejércitos castellanos se apoderaron de Gran Canaria (1478–1483), La Palma (1492–1493) y finalmente de Tenerife (1494–1496).

Como continuación a la Reconquista castellana, los Reyes Católicos conquistaron en 1492 el reino taifa de Granada, último reino musulmán de Al-Ándalus, que había sobrevivido por el pago de tributos en oro a Castilla, y su política de alianzas con Aragón y el norte de África.

La política expansionista de los Reyes Católicos también se manifestó en el África continental: Con el objetivo de acabar con la piratería que amenazaba las costas andaluzas y las comunicaciones

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