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Disciplina Escolar


Enviado por   •  15 de Enero de 2013  •  5.523 Palabras (23 Páginas)  •  477 Visitas

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Se estima que unos doce millones de personas en el país

compran diarios, revistas, fotonovelas o historietas, en cambio “...hay

apenas poco más de medio millón de compradores de libros”

3

y las

El analfabetismo es un problema a escala planetaria:”El proceso de alfabetización está en lento crecimiento

en términos de porcentaje, pero el número de analfabetos es cada día mayor en términos numéricos y ya ha

superado los mil millones. En 1980 había una tasa de analfabetismo del 28.6 por ciento, correspondiente a

824 millones de individuos; en 1985 el porcentaje había descendido ligeramente al 28 por ciento, pero el

número total llegó a 889 millones” Armando Petrucci, “ Leer por leer: un porvenir para la lectura” en2

ediciones de las obras de nuestros autores más consagrados suman

unos cuantos miles de ejemplares. Es tal la penuria del número de

lectores habituales en el país, que se sabe no llegan a cinco los

escritores nacionales que viven de su obra, y ello sucede más por

regalías y derechos de las traducciones o adaptaciones a otros

géneros artísticos, que por las ventas de sus originales en el interior

del país.

Los datos anotados nos dan una precisa idea de que en el país

los lectores habituales son una cifra muy reducida. Pero, qué es un

lector habitual. Es aquel que tiene la costumbre de leer un texto más o

menos largo, de páginas completas, en lugar de las frases

elementales de los globitos, donde no hay espacio para profundizar en

las ideas, en la información o naturaleza de los personajes. Como

acertadamente afirma Felipe Garrido: “Quien está tan acostumbrado a

leer sólo fotonovelas, historietas y otras publicaciones por el estilo, que

no puede leer textos más extensos y complicados, en realidad nunca

ha aprendido a leer de a de veras”

4

Se pregunta este autor “¿Quién

es un lector auténtico? En primer lugar, es alguien que lee por

voluntad propia, porque sabe que leyendo puede encontrar respuestas

a sus necesidades de información, de capacitación, de formación, y

también por el puro gusto, por el puro placer de leer”. En otros

términos, significa que se ha descubierto que la lectura es una parte

Guglielmo Cavallo y Roger Chartier Historia de la lectura en el mundo occidental, Editorial Taurus 1998

España, Pág. 523

33

Felipe Garrido, Como leer (mejor) en voz alta. Una guía para contagiar la afición a leer. Fundación

Mexicana para el Fomento de la Lectura, México

4

Ibídem pág. 10 3

importante de la vida, que la lectura es una fuente de experiencias,

emociones y afectos; que puede consolarnos, darnos energías,

inspirarnos. Significa que se ha descubierto el enorme poder de

evocación que tiene la lectura. “Que alguien lea por puro gusto, por el

placer de leer, es la prueba definitiva de que realmente es un buen

lector, de que tiene la afición de leer”.

Nuestro país tiene uno de los sistemas educativos más grandes

del mundo. Los alrededor de 31 millones de estudiantes con que

cuenta actualmente significan más que la totalidad de habitantes de

cada uno de los países latinoamericanos, salvo Brasil y Argentina. Tan

grande sistema educativo debiera ser el sustento de un dinámico

mercado del libro mexicano, al menos los casi cinco millones de

estudiantes de preparatoria y universidad (o sus equivalentes). Pero

no es así, ni siquiera el cuantioso número de estudiantes en educación

superior, o tan siquiera el importante número de profesores de

Instituciones de Educación Superior, que suman casi 200 000

profesores son demandantes sistemáticos de libros; en otras palabras,

el número de lectores habituales en el país es una cifra

extremadamente reducida. Somos una nación donde no se lee.

Estas cifras tan altas de personas que cotidianamente tratan con

materiales impresos, no adquieren textos nuevos o simplemente no

leen habitualmente. Cabe suponer que simplemente no leen o, si lo

hacen, es ocasionalmente o sobre impresos publicados en un pasado

remoto, en todo caso, no están actualizados y, desde luego, no leen

sistemáticamente literatura; no son pues lectores habituales. 4

La mayoría de ellos, inclusive los de educación superior,

...

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