El Enfoque De Las Prácticas Sociales Y El Habitus. Habitus De Clase, Su génesis Y Aprendizaje.

La mayoría de las críticas que han movido estas posiciones de la teoría de la correspondencia, se centran en torno a las dificultades que tienen por la centralidad que otorgan al determinismo economicista causante de la reproducción de la dominación y desigualdad de clases que opera en la organización escolar.

Esta visión reproductiva tan mecanicista impide explicar el cambio y las resistencias dentro del aparato escolar, y dificulta la comprensión de las contradicciones y no solo las similitudes reproductivas que se originan dentro de la escuela y en sus relaciones con el resto de la sociedad y el mundo del trabajo.

Reelaboraciones posteriores de estos mismos autores tratan de reducir el determinismo económico de la enseñanza sobre el resto de campos sociales, y conciben la institución educativa de forma más compleja: como un conjunto de esferas de prácticas sociales en interacción y estructuralmente articuladas.

Entre estas esferas, distinguen tres como fundamentales aunque en cada una de ellas operan pautas de valor y actuación muy dispares o antagónicas: la del Estado democrático liberal basada en el reconocimiento de los derechos igualitarios de las personas: la de la familia patriarcal basada en la jerarquía, poder y superioridad de los valores masculinos; y la de la producción capitalista basada en la desigualdad en función del trabajo y la propiedad de recursos económicos.

Esta delimitación estructural de tres campos o esferas en interacción dentro de la misma institución escolar, abre la posibilidad no solo de las prácticas reproductivas, también de las posibles innovaciones y cambios dentro de la vida escolar mediante la traslación de las pautas y prácticas sociales entre las distintas esferas.

Es lo que pone en juego las prácticas reproductivas o a las contradictorias.

El habitus son sistemas de disposiciones predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones colectivamente orquestadas, productos de una clase de regularidades objetivas que tienen a engendrar conductas razonables o de sentido común, pero sin ser producto de la acción organizadora de un director de orquesta, ni tampoco suponer la búsqueda consciente de fines, aunque pueden estar adaptadas objetivamente a fines.

Producto de la historia, el habitus produce prácticas individuales y colectivas, y asegura la presencia activa de las experiencias pasadas, es la interiorización de la exterioridad que genera prácticas que no son absolutamente autónomas sino que tienen como límites las condiciones de su producción, histórica y socialmente situada.

El habitus de clase social, el hábitus de género, el habitus escolar, … constituyen formas incorporada de la condición de pertenencia

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