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El discurso de la globalización


Enviado por   •  13 de Mayo de 2020  •  Resumen  •  9.483 Palabras (38 Páginas)  •  103 Visitas

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Globalización, aún el término más omnipresente utilizado para representar el conjunto rápido de

cambios sociales identificados en el mundo contemporáneo, integra narrativas de cambio

temporales y espaciales. El discurso de la globalización se ocupa de los efectos del cambio espacial

(cambios en la forma, la escala y la extensión de los procesos sociales) y los efectos del cambio

temporal, particularmente los cambios en la modernidad o fuera de ella. La relación entre estos

dos ejes de cambio, el tiempo y el espacio, es una preocupación central en muchas teorías de la

globalización. Como tal, este discurso desafía el enfoque en la temporalidad como marco para

comprender el cambio social, particularmente en las tradiciones sociológicas y teóricas sociales. En

el énfasis que se le da a los aspectos espaciales de los procesos sociales, anuncia, como lo

expresaron Featherstone y Lash (1997: 1), 'la espacialización de la teoría social'. Para argumentar

que el discurso de la globalización, como teoría de lo social Cambio, necesita hablar tanto del

cambio temporal (cambio con el tiempo) como del cambio espacial (cambios en el espacio y

patrones espaciales), tal vez sea para decir lo obvio. Sin embargo, esta es una tarea difícil. El

tiempo se ha entendido en la teoría social como involucrado activamente en la constitución del

mundo social más fácilmente que el espacio (Friedland y Boden 1994: 5; Urry 1997: 3). Al unir

ambos ejes de cambio, el discurso de la globalización sugiere formas de navegar esta tensión entre

el tiempo y el espacio, y con ello formas de relacionar la tradición sociológica con las de las

relaciones internacionales. El movimiento que se ha hecho en esta dirección es una de las

contribuciones significativas del discurso de la globalización. Sin embargo, en el discurso de la

globalización, esto puede conducir problemáticamente a una perspectiva en la que el cambio se ve

como una dinámica singular y universal, disminuyendo la agencia de los actores, la importancia del

lugar y la contingencia. En este artículo, se examina la integración del tiempo y el espacio en el

trabajo de los teóricos clave de la globalización, principalmente de la tradición sociológica. Se

argumentará que muchos relatos de la globalización otorgan primacía a un eje, lo que resulta en

una subordinación del otro, o en un proceso de fusión. Esto distancia dos centrales Debates: la

forma en que cambia la modernidad, entendida como cambio temporal; Y la relación entre el

estado-nación y el capitalismo, entendida en términos espaciales. Algunos autores, como Anthony

Giddens, David Harvey y Roland Robertson, se centran en la narrativa temporal del cambio y

examinan los cambios en la modernidad. Aquí la globalización es el desarrollo de dinámicas

internas, particularmente de modernidad o capitalismo. Otros, por ejemplo, Martin Albrow, Saskia

Sassen o Jan Aart Scholte se centran más en el papel constitutivo de los cambios espaciales. Estos

cambios se relacionan en particular con el estado-nación y la relación entre el estado nacional y el

capitalismo, y con la escala de los procesos sociales. Se sugiere que, como resultado de esta

separación, los dos discursos sean menos capaces de interrumpirse entre sí y extraer las

conexiones entre los dos conjuntos de procesos. La separación puede permitir una comprensión

altamente sistémica de la globalización.

Los tiempos de la globalización La manera en que se concibe el tiempo es un aspecto clave de la

teorización social. El tiempo se entiende de múltiples maneras, incluido el cambio que se mueve

en una dirección particular e irreversible; Cambio repetitivo cíclico; Como medida, como 'una

hora'; O un patrón de regulación social, como 'hora del reloj' o diferencias de género en el uso del

tiempo (Gell 1992; Adam 1994, 1995, 2002, 2006; Hughes y Trautmann 1995; Aveni 2000; Urry

2000). Las diversas tradiciones teóricas sociales tratan el tiempo de manera distinta. Barbara

Adam (1994) argumenta que en los enfoques marxistas el tiempo está asociado con la

reproducción entendida en términos de valor de cambio abstracto; Con recursos explicados en

términos de mercantilización; Y con alienación y control. Por otro lado, en los enfoques

funcionalistas el tiempo se atribuye a ideas u orden, repetición, medida, duración y secuencia

(Adam 1994). El tiempo no necesariamente se toma como histórico, para ubicarse con un pasado,

presente y futuro. Como marco o medida regulatorio (como 'hora del reloj'), el tiempo no implica

una ubicación histórica o temporal (Adam 1994). Del mismo modo, examinar el pasado no implica

necesariamente que la historia sea constitutiva. El tiempo puede ser un marcador que atraviesan

fenómenos como los sistemas debido a la dinámica interna. Entender la historia como constitutiva

es sugerir que los objetos no solo pasan por el tiempo sino que están constituidos por él. John M.

Hobson argumenta que teorizar sobre lo global o lo internacional sin un análisis histórico crea tres

problemas teóricos: una 'ilusión de reificación' por la cual el presente parece estático y autónomo,

en lugar de maleable y de reforma continua; Una comprensión del presente como 'natural', más

que como una circunstancia que se ha desarrollado a través de relaciones de poder, identidad,

exclusión social y normas; Y la sugerencia de que el presente es 'inmutable', inmune al cambio,

oscureciendo los procesos transformadores ubicados en el presente (Hobson 2002: 8). La

atribución de temporalidad es política, como ha argumentado Fabian (1983). Fabian argumenta

que la relación entre Occidente y el no Oeste se formula a través de una espacialización del

tiempo. Se considera que lo no occidental existe en un tiempo anterior a lo occidental. Al

examinar la disciplina de la antropología, Fabián argumenta que existe una negación de

coevalidez, o el compartir el mismo tiempo, a las sociedades vivas que estudia. Argumenta que

todas las sociedades se colocan en un lugar Al distanciar las sociedades en el tiempo, argumenta

Fabian, el antropólogo afirma tener poder sobre sus 'objetos' de investigación, entendiéndolos

como existentes en tiempos y lugares anteriores a Occidente, por lo tanto inferiores a él.

La mayoría

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