LA EDUCACION INCLUSIVA

JUSTIFICACIÓN

En nuestra experiencia cotidiana, descubrimos que no hay dos alumnos o alumnas iguales, que no hay un alumnado tipo y que si conseguimos detectar las necesidades de cada uno, conocer la forma en la que le resulta más fácil aprender e incluso más motivador, nuestro trabajo es mucho más eficaz y satisfactorio.

Esta forma de atender y dar respuesta a cada alumno y alumna, este afán por respetar la diversidad, valorándola como la riqueza de nuestra aula y no como un problema, nos complica la vida a corto plazo, pero es la que le da sentido.

Una escuela inclusiva debe garantizar a todos los alumnos el acceso a una cultura común que les proporcione una capacitación y formación básica.

Cualquier grupo de alumnos, incluso de la misma edad y por supuesto de la misma etapa, mantiene claras diferencias con respecto a su origen social, cultural, económico, racial, lingüístico, de sexo, de religión. y son distintos en sus condiciones físicas, psicológicas...que tienen una traducción directa en el aula en lo que se refiere a ritmos de aprendizaje, a capacidades, a formas de relación, intereses, expectativas y escalas de valores.

La escuela tiene que aceptar esa diversidad y proponer una intervención educativa en la que sea posible un desarrollo optimo de todos los alumnos y alumnas. El desarrollo como decía VIGOSTKY no consiste en la socialización de las personas sino en su individuación. Hay que partir de las situaciones personales para realizar un proceso educativo individualizado.

Para llevar a la práctica en la escuela un modelo que potencie la educación inclusiva es necesario que todo el personal educativo (Ferrer y Martinez, 2005), en especial los profesores, tengan una visión y un actitud positiva acerca de la inclusión (Cardona, Cook, Semmel y Gerber, 2009).

Si no se da el caso, el desarrollar dicho modelo será bastante complicado, aunque en la actualidad están proliferando experiencias en contextos próximos (Moriña, 2002; Bonals y Angela, 2005). Por tanto, una de las premisas fundamentales que se deben cumplir para que el modelo se desarrolle de manera adecuada es que se dé una implicación activa del profesorado y de la comunidad educativa en general, lo que incluye a los padres de familia.

Es por esto que se plantea este trabajo de investigación, ya que todo maestro de nivel escolar de primaria, debe percibir la diversidad del alumnado como un elemento de riqueza para el mismo y para el grupo.

En la medida en que los maestros conozcan profundamente a su alumnado, lo irá entendiendo mejor. Automáticamente les parecerá interesante y peculiar su forma de ser, le tendrán cariño y lo respetarán aún más, serán capaces de respetar en concreto a un alumno o alumna en especial, ya no se hablará de respeto al alumnado de manera abstracta, sino que este sentimiento tendrá una cara, una persona en particular. Los maestros se convertirán en agentes transformadores de su vida y el alumno o la alumna con necesidades educativas especiales pasarán a ser parte importante y enriquecedora del salón de clases.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Para encontrar los orígenes del movimiento inclusivo debemos remontarnos a la ley de 1975 de los Estados Unidos (Education for All Handicappzsed Children ACt), en la cual se consideraba que el alumnado con algún tipo de deficiencia podía recibir una educación apropiada en ambientes menos restrictivos (clase ordinaria).

A partir de la idea de “ambientes menos restrictivos” se originaron dos grandes movimientos: la iniciativa de educación regular (REI) y la escuela inclusiva.

La escuela integradora se centra en el diagnóstico mientras que la inclusiva focaliza en la resolución de problemas en colaboración. En efecto, el movimiento de la escuela inclusiva se centra en cómo aumentar la participación del alumnado con deficiencias en un aula ordinaria, independientemente de las características y niveles de cada persona.

Sin embargo, como en todo nuevo modelo educativo, existen partidarios y detractores del establecimiento de este modelo inclusivo en la escuela. Por ello, debe considerarse que es muy difícil llevar a la práctica de manera efectiva algo con lo que no se está de acuerdo.

Por tanto, lo que se pretende en esta investigación es conocer las actitudes del profesorado hacia la inclusión y analizar si estas actitudes (positivas o negativas), se reflejan en las prácticas docentes que se desarrollan en la escuela. Asimismo, se considera el hecho de que el profesorado haya recibido o no una formación previa sobre la escuela inclusiva, ya esto puede ser una variable influyente en el desarrollo de las prácticas docentes y en la opinión que tienen los padres de familia cuyos hijos se ven beneficiados o perjudicados por dichas prácticas educativas.

No cabe duda, que estamos ante una nueva situación o movimiento educativo que requiere ser analizado en la práctica, derivando así, en un planteamiento del problema que atiende al principio de necesidad.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Conocer la actitud del profesorado de educación básica hacia la inclusión educativa.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Analizar si existe relación entre la actitud del profesorado y las prácticas docentes dentro del aula.

• Comprobar si el profesorado posee formación sobre la atención a la diversidad y la escuela inclusiva.

• Identificar si el hecho de haber recibido formación sobre atención a la diversidad tiene relación estrecha con las prácticas docentes.

• Conocer la opinión de los padres de familia respecto a la forma en que se llevan acabo las clases en las aulas inclusivas

PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

• ¿Qué es la educación inclusiva?

• ¿Cuál es el rol de los profesores ante esta nueva forma de educar?

• ¿Cuál debe ser la formación del maestro respecto a la inclusión?

• ¿Cuántos alumnos con capacidades diferentes

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