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Me too: Sororidad y feminismo


Enviado por   •  30 de Octubre de 2019  •  Trabajos  •  1.503 Palabras (7 Páginas)  •  179 Visitas

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#MeToo: Feminismo y sororidad.

Antes de hablar acerca del movimiento “Me too” tenemos que explicar qué es el feminismo y la sororidad, ya que, de estos dos conceptos, nace este suceso tan sonado hace unos meses en redes sociales.

El feminismo (A grandes rasgos) es un movimiento social y político que busca la toma de consciencia de las mujeres como grupo colectivo humano; de la opresión, dominación, y explotación ejercida por parte de un sistema patriarcal1 llegando así a la acción para la liberación de su género, con todas las transformaciones sociales requeridas.

Actualmente, las redes sociales tienen un peso importante dentro del feminismo, la principal razón es la siguiente: La red es un espacio horizontal (A diferencia de los espacios jerárquicos, que suponen un obstáculo en la presencia de las mujeres dentro de ambientes públicos) lo que facilita una de las bases del movimiento feminista; la unión. A través de las redes se consigue conformar ciertos vínculos, dejando de depender de la presencialidad a la hora de informar, concientizar y organizarse, llevando los encuentros presenciales como un segundo paso para la acción. Gracias a las redes, gran parte de nuestra generación se ha informado respecto al tema y a su vez, se intercambia esta misma información con más mujeres.

Es aquí donde la sororidad toma un papel importante. La sororidad se refiere a la solidaridad entre mujeres en el contexto patriarcal, que justifica la organización de la sociedad en función del sistema sexo-género, partiendo de la clasificación de las personas en dos grupos definidos por el sexo y que le asigna a cada uno de los grupos un papel definido desde la misma ideología del sistema. Por el cual el Hombre (Dentro de la visión patriarcal) es superior en todos los sentidos a la Mujer (Mujer patriarcal) por tanto, éste asume el control de la sociedad, incluyendo así el cuerpo de la mujer.

Eso implica violencias hacia la mujer, que se piensan justificadas por la idea de superioridad masculina. Con la noción de “Sororidad” se posibilita la acción humana de amor-respeto entre nosotras.  Poniendo en primer plano la idea de que no hace falta ser de misma familia, religión, clase social, etc. Para comprender a quienes han sido despojadas de su condición humana con objetivos del sistema patriarcal y se ofrece una red de apoyo entre mujeres para poder mejorar en conjunto estas situaciones.  En la vida cotidiana, la sororidad implica compartir el análisis de los problemas, la información, y dar apoyo emocional desde la empatía.

Esta sororidad fue el motor del Me too (Yo también en inglés) movimiento, que, aunque en nuestro país tomó fuerza este año, su origen es en el 2006, gracias a una activista estadounidense de nombre Tarana Burke, que buscaba atender a jóvenes de comunidades

marginadas que sufrieron algún tipo de violencia sexual. Creó una página de MySpace en la que se pudieran denunciar estos casos. Actualmente la organización continúa existiendo (Aunque afuera de MySpace) y atiende casos en EUA.

En 2017, el diario New York Times, publicó un reportaje sobre acoso sexual por parte de Harvey Weinstein contra actrices, modelos y productoras.

La investigación contaba con el testimonio de ocho actrices, entrevistas de empleadas y exempleadas, documentos legales y correos electrónicos. Esto llevó al despido del productor. A estas denuncias se sumaron más de 40 modelos, que a través del hashtag #MeToo comenzaron a denunciar la situación, para advertir, pedir justicia y hacer ver la magnitud del problema. Más adelante, actrices mexicanas se sumaron al movimiento, para también visibilizar los abusos dentro del círculo del entretenimiento nacional.

En mayo del 2019 Me Too tomó fuerza, ahora promoviendo que todas las víctimas alzaran la voz, abriendo espacios para hablar y replantearse lo que definimos como acoso, abuso y violación, dejando de normalizar acciones como: Comentarios referentes al cuerpo, contacto sin consentimiento, relaciones sexuales no consensuadas, etc. Y dando la confianza, entre mujeres, de que éstas denuncias serían escuchadas por otras compañeras, advirtiendo así de las acciones violentas de personas con las que nos relacionábamos en el día a día y tratando de quitar la idea de que la culpa de la agresión es de la víctima. Las denuncias se realizaban también de forma anónima, en estos casos, eran hechas con el principal objetivo de avisar a demás mujeres que tuvieran cuidado con la persona en cuestión.

El movimiento también dejó al desnudo muchas de las deficiencias en el sistema de denuncias del gobierno, en el que más allá de investigar al victimario, se culpabiliza y cuestiona a la víctima, obligándola a pasar por un proceso duro, carente de empatía e injusto en el que, generalmente, la víctima se ridiculiza y el victimario queda exento de toda responsabilidad.

La idea patriarcal de la superioridad del hombre por sobre la mujer, es el porqué de todo el conflicto, el objetivizar un ser humano, da la idea de tener licencia para ejercer poder sobre éste, violentando su intimidad, vulnerabilidad y procesos personales. Dentro del Me Too, muchas mujeres encontraron apoyo y se pudo ver así que sus casos no eran aislados y que la impotencia era algo comunitario, mas no individual. Se comenzó a cocinar una furia que venía guardada desde hace ya muchos años.

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