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Resumen El Secuestro de la Bibliotecaria.


Enviado por   •  24 de Junio de 2017  •  Ensayos  •  344 Palabras (2 Páginas)  •  2.078 Visitas

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Resumen El Secuestro de la Bibliotecaria.

La señorita Laburnum fue secuestrada por unos bandidos que pretendían cobrar por ello un suculento rescate que sin duda la municipalidad estaría dispuesta a pagar ya que Laburnum era esencial en la culturización del pueblo. Fue llevada a una cueva, pero había pasado unos días con unos niños que padecían el SARAMPIÓN, y pronto todos los bandidos excepto el jefe, que ya lo había pasado, cayeron enfermos. Así pues tuvieron que dejarla libre y ella con su buen corazón los cuidó y les leyó libros que sacó de la biblioteca. Los bandidos sanaron y volvió al trabajo, pero al tiempo recibió la visita del bandido jefe que era perseguido por la policía. Ella decidió ayudarlo, para ello le pidió su nombre que resultó ser BIENVENIDO BIENHECHOR (un nombre poco apropiado para un bandido) y lo puso en el estante de la letra "B", entre los libros. Cuando el policía pidió llevarse al bandido que estaba en el estante, la bibliotecaria le pidió su carné de socio y al no llevarlo encima tuvo que ir corriendo a casa porque sabía muy bien que sin el carné no se puede sacar nada de la biblioteca, lo que el bandido aprovechó para huir. Un día, el bandido volvió para decirle que los otros miembros de la banda extrañaban mucho los cuentos y las lecturas, así que inscribió al bandido jefe en la biblioteca y le prestó algunos libros. Entonces se dió cuenta de que se estaba enamorando de la señorita Laburnum y parecía que el sentimiento era recíproco. Tiempo después hubo un terremoto y todos los libros cayeron sobre la bibliotecaria. El bandido jefe corrió a rescatarla y aprovechó para confesarle su amor y pedirle matrimonio. Ella aceptó encantada y la justicia perdonó al bandido en vista de su heroísmo. Ambos se dedicaron a atender la biblioteca y llevaron al resto de la banda, que ya se había reformado, a trabajar como ayudantes. Todos quedaron felices aunque de vez en cuando los bandidos quitaban los carteles de "SILENCIO" para sentirse más cómodos. 

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