Sistema De Salud En Venezuela

Opinión sobre: “Solicitan declarar sistema de salud en emergencia”

Ante la inocultable crisis por la que atraviesa el sector salud, se han hecho sentir las voces de respetados profesionales de la medicina recomendando se decrete un estado de emergencia sanitaria. La respuesta oficial ha sido negar lo que está a la vista: que las clínicas y hospitales del país carecen de los insumos indispensable para prestar atención adecuada a los pacientes y que la indolencia del ministerio de Salud se refleja en la falta de dotación de equipos y el poco o nulo mantenimiento de los centros asistenciales bajo su mando.

La Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH), explicó que 208 instituciones afiliadas han denunciado la escasez de medicinas y equipos médicos-quirúrgicos por las dificultades para la obtención de las divisas y el retraso en los trámites de importación por parte de los proveedores. Indican que la disminución progresiva en la calidad del servicio es consecuencia de la escasez y suministro irregular de insumos, medicinas, material médico-quirúrgico, equipos médicos y repuestos, los cuales en su mayoría son importados. Estas instituciones de no ser reconocidas y atendidas debidamente por el Ejecutivo, puede traer consecuencias lamentables como algunas complicaciones y hasta el deceso de pacientes.

Los médicos indican que a esta situación se le suma la regulación de precios dictada desde hace más de un año por la entonces Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop) y que hoy se mantiene vigente sin tomar en cuenta la inflación, las devaluaciones y lo que los ha obligado a cobrar precios por debajo de los costos en que incurren para realizar el trabajo.

Debemos saber que, la salud es la angustia asistencial primordial del ser humano. Las serias deficiencias del sistema de salud se manifiestan en la falta de una atención apropiada y oportuna, largos tiempos de espera y altos costos. La salud pública ha sufrido las consecuencias de políticas carentes de una visión integral, la discontinuidad de los esfuerzos, la improvisación de soluciones parciales, un diseño institucional excesivamente centralista; la ausencia de mecanismos que aseguren la transparencia, evaluación, control y seguimiento del desempeño de los entes responsables; una gerencia deficiente, y un gasto apreciable, probablemente insostenible, que es canalizado, a través, de una multiplicidad de instituciones y termina en un gran derroche.

Es conveniente mencionar que una de las principales obligaciones del Estado es ofrecerles a los venezolanos un servicio de salud de calidad, pues es un derecho social establecido en la Constitución de la República, pero la realidad nos indica que no se está cumpliendo. Ante semejante crisis, se impone necesariamente una rectificación por parte del Gobierno en las políticas sanitarias y asistenciales.

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