Un Chiste A La Italiana

Universidad de Burgos

Sistemas Políticos

Para: Natalia Ajenjo Fresno

Curso 2009 – 2010

04/05/2010

José Carlos Sastre Rojo

Samuel Pérez Gutiérrez

Práctica 1 - Ensayo

Un chiste a la italiana:

Italia fascista (régimen autoritario), Italia de la postguerra (régimen en

transición) e Italia actual (régimen democrático).

Italia es un Estado-Nación que actualmente presume de una democracia

consolidada. Pero la realidad dista mucho de la teoría. El poder del consenso social, es

decir, la máquina de crear la opinión pública, los medios de comunicación social, están

mayoritariamente monopolizados por una cúpula política e ideológica concreta,

representada por la polémica figura del actual presidente de Gobierno, Silvio

Berlusconi. La dificultad para disentir públicamente –de forma que llegue a un público

mayoritario, como esos medios controlados económicamente por el mandatario- puede

interpretarse como señales de que la democracia en cuestión no es puramente

democrática, sino que tiene elementos que no tienen por qué estar relacionados con lo

que entendemos y estudiamos que son rasgos democráticos.

“Cuando son posibles el humor, la crítica, el disenso, la

controversia, el diálogo simétrico y respetuoso y la opinión

contraria, de forma natural se está evaluando el estado de la

política, de los mecanismos que la hacen posible, la salud mental

de quienes, todos los días, consciente o inconscientemente, hacen

política, se comportan política y actúan políticamente. Cuando se

restringen la risa, la burla, la parodia, la crítica y la opinión

diferente, el ser humano se hace presa de sus propios demonios. Y

por ese camino, la muerte y las injusticias, inexorablemente,

afloran en cada rincón, haciendo que la política muera y con ella,

la posibilidad no sólo de vivir, sino de hacerlo dignamente, con el

mayor grado de libertad posible”i (Germán Ayala Osorio, 2009).

Italia, tras la unificación se instauró una monarquía constitucional que duró

hasta la instauración del fascismo. Durante la monarquía existía un régimen liberal,

momento histórico en el que se crearon partidos importantísimos del siglo XX como el

Partido Socialista Italiano o el Partido Republicano Italiano. En los años 20 la dictadura

de Mussolini prohibió los partidos políticos a excepción del Partido Nacional Fascista.

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La Segunda Guerra Mundial acabó con el régimen fascista instaurándose una república

tras un referéndum.

Puede que la “transición” no exista como periodo político, porque al fin y al

cabo todos los periodos están entre uno y otro, antes que uno y después del otro. El

pasado, el presente y el futuro. La política, como la vida misma, está en continuo

cambio, la cuestión podría estar en discernir de dónde venimos y a dónde vamos.

“La transición es el intervalo que se extiende entre un régimen

político y otro. Lo característico de la transición es que en su

trascurso las reglas del juego no están definidas. No sólo se hallan

en flujo permanente sino que, además, por lo general son objeto

de una ardua contienda; los actores luchan no sólo por satisfacer

sus intereses inmediatos y/o los de aquellos que dicen representar,

sino también por definir las reglas y procedimientos cuya

configuración determinará probablemente quiénes serán en el

futuro los perdedores y los ganadores”ii(Guillermo O´Donnell y

Phillipe Schmitter, 1994, pp. 19-20).

En 1948 se promulgó la Constitución republicana. El nuevo sistema estaba

dominado por la Democracia Cristiana, siendo el principal partido opositor el Partido

Comunista de Italia. Los grandes nombres de esta época fueron, entre muchos otros,

Alcide De Gasperi de DC, ocho veces primer ministro, Bettino Craxi, por el Partido

Socialista Italiano o Enrico Berlinguer, del PCI, que ideó el Compromesso storico.

La democracia es un concepto ideal, no existe ningun Estado democrático

“de pura cepa”. Igual que la perfección no existe. El hombre tiene muchos defectos.

Empezando desde la construcción del lenguaje. La definición de los conceptos políticos

es uno de los asuntos más discutidos en la actualidad. Porque en un mundo tan rico en

culturas y naciones, la guerra del lenguaje y la información es sin duda el campo de

batalla de los políticos del mundo. La cultura es el arma que defiende el futuro de la

humanidad. Por ello el esfuerzo por crear un “lenguaje común”

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