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CONTEXTO NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA SANIDAD ANIMAL


Enviado por   •  1 de Mayo de 2012  •  Informes  •  8.088 Palabras (33 Páginas)  •  1.636 Visitas

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CONTEXTO NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA SANIDAD ANIMAL

Con el ánimo de establecer la cooperación internacional, los países han creado organismos especializados permanentes que promueven convenios multilaterales, que brindan a los países asociados, beneficios de distinta índole, que por sí solos no podrían obtener, ya sea por falta de recursos económicos, tecnológicos y legales, entre otros.

La sanidad animal como materia de interés nacional e internacional, cada día requiere mayor participación de parte de la comunidad en general ,con el fin de organizar y coordinar las acciones en contra de las enfermedades transmisibles que no respetan límites fronterizos, poniendo en riesgo la integridad sanitaria de los países. La globalización económica, la apertura de mercados, la creación de nuevos acuerdos y el incremento del turismo, han generado un aumento en la cantidad y velocidad de las movilizaciones de animales y sus productos, a través de su importación y exportación, con los consiguientes riesgos de difusión de las enfermedades.

La medicina veterinaria debe desempeñar un papel cada vez más importante en la salud pública. Los servicios veterinarios deben constituir un medio para mejorar la salud, en particular para prevenir y controlar las zoonosis y las enfermedades transmitidas por los alimentos, abordar las situaciones de emergencia y los desastres, mejorar el saneamiento básico y la higiene e influir positivamente en la economía de los países, sin dejar de lado la responsabilidad social de procurar el bienestar de los animales y de estimular reflexiones éticas en torno a su explotación en el siglo XXI.

La sanidad animal consiste en utilizar las técnicas, los conocimientos y los recursos de la ciencia veterinaria para proteger y mejorar la salud de los animales por tanto la salud humana. Su importancia y la necesidad de fortalecerla fueron subrayadas desde inicios del siglo pasado. En América, la OPS Organización Panamericana de la Salud, creó un programa de veterinaria, además del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (PANAFTOSA) en 1951 y del Centro Panamericano de Zoonosis (CEPANZO) en 1954, mientras que en 1983 puso en marcha el Programa de Salud Pública Veterinaria.

En la actualidad, la salud pública veterinaria debería intervenir en tres situaciones que, directa o indirectamente, pueden afectar al hombre por medio de su relación con los animales:

• Procesos epidémicos. Pueden ser zoonóticos (enfermedades o infecciones que se transmiten naturalmente de los animales al hombre o viceversa (7–9), o no zoonóticos (enfermedades de los animales que, sin ser transmisibles al hombre, repercuten en él porque suponen pérdidas muy importantes en la producción de alimentos para las poblaciones humanas o porque alteran el ecosistema).

• Procesos no epidémicos. Se trata de procesos en los que inicialmente no interviene la propagación de enfermedades pero que pueden hacer que mueran o desaparezcan de una zona determinada algunos animales esenciales para la subsistencia humana. Se trata en general de los desastres, ya sean los "naturales", como los terremotos, las erupciones volcánicas, las inundaciones o las sequías, o de los "provocados por el hombre", como las guerras, las fugas de sustancias químicas y radioactivas, los vertidos de sustancias tóxicas o algunos tipos de bioterrorismo.

• Repercusiones de la producción animal. Son aquellos fenómenos relacionados con la manipulación y el tratamiento de los animales que pueden acabar afectando al ser humano. Entre ellos figuran los efectos secundarios de las medidas de lucha instauradas para responder a las enfermedades de los animales, de los cuales constituye un ejemplo importante la resistencia a los antibióticos originada por su uso inadecuado en la producción de alimentos de origen animal (en muchos casos como promotores del crecimiento).

Queda patente que hoy en día la salud pública veterinaria es un componente más en la solución de los procesos que pueden afectar directa o indirectamente a la salud y bienestar de las poblaciones humanas y animales, de modo que el veterinario deberá conocer perfectamente cuáles son estas situaciones de emergencia en las que muy probablemente deberá intervenir y cuáles serán los medios a los que deberá recurrir para que su intervención sea eficaz. Esto significa que debe comenzarse a crear, en el entorno veterinario, una "cultura de la salud pública veterinaria" que dé a conocer el papel del veterinario en la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades en situaciones muy diversas, desde los desastres, como los terremotos, las inundaciones y las guerras, que son los más frecuentes en los países en desarrollo, hasta las actividades de vigilancia sistemática del bienestar animal y la higiene alimentaria, que se observan más en los países desarrollados. En consecuencia, es lógico que el veterinario sea en la actualidad una figura clave cuya formación debe abarcar actividades tan diversas como:

• la cooperación internacional para la manipulación de animales durante desastres naturales o provocados por el hombre (el conocimiento a fondo de aspectos de la política internacional y la actuación de organizaciones como las Naciones Unidas);

• la ayuda humanitaria en situaciones de guerra o posguerra (intervención y gestión de organizaciones no gubernamentales) para el mantenimiento de poblaciones animales como recurso de supervivencia y para evitar epidemias;

• la gestión del movimiento de animales, de sus residuos y de la cadena alimentaria (sanidad animal e inspección de alimentos).

• la promoción del bienestar animal, incentivando el trato ético y humano de los animales salvajes y de los animales de producción, de laboratorio e investigación y de compañía;

• la eficacia y seguridad de las medidas de lucha contra las enfermedades (aplicación correcta de la medicina preventiva para evitar la resistencia a antibióticos u otros efectos secundarios);

• la mejora de los cauces de comercialización de los productos de origen animal y de la inspección de estos con el fin de lograr una mejor calidad sanitaria que favorezca a su vez la exportación, lo cual redundará en una mayor riqueza económica, especialmente en los países en desarrollo;

• la evaluación de la gestión de los recursos naturales y del impacto ambiental [que origina la intervención del hombre en el medio (deforestación, contaminación), será clave] para evitar su efecto sobre las poblaciones animales y humanas (desarrollo sostenible y ecología);

• la formulación de leyes y normativas regionales, nacionales e internacionales que puedan repercutir en la salud animal, en la salud humana,

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