El Aluminio

El ALUMINIO en nuestro organismo, de los cuales el mayor porcentaje se encuentra en los pulmones (50 %), tejidos blandos (25% y los huesos (25%), pues lo encontramos no solo en el ambiente (utilizado como el mejor coagulante en el tratamiento de las aguas), también en los alimentos (como aditivos, conservantes y en utensilios), en las vacunas (aumentando el efecto inmunológico y su efectividad), en los medicamentos (sobre todo antiácidos “Al(OH)3”)y por último en los cosméticos (antitranspirantes, colorantes, etc.); en efecto, no se le conoce ningún papel biológico y ante su asimilación el cuerpo tiene barreras efectivas para impedirlo.

Aunque en pacientes con condiciones anormales, cuando nuestras barreras están defectuosas, como el caso de los pacientes con disfunción renal (presentando su incapacidad para excretar el aluminio absorbido). Los síntomas asociados con la exposición, aclaro que se toman cuidados especiales para controlar el contenido del aluminio en la sangre, son los que nos lleva al tan controvertido caso de la relación del ALUMINIO Y LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIIMER (pues muchas veces se le tomo como elemento neurotóxico (debido a los primeros síntomas que se presenciaban); esta relación no tiene cabida en la actualidad ya que se ha demostrado por distintos científicos del mundo que la variabilidad de la detección y los bajos niveles del aluminio no eran necesarios para la formación de estructuras anormales de los cerebros de pacientes con ALZHEIRMER.

Actualmente los procedimientos intravenosos, sobretodo en estos tipos de pacientes, se formulan sin aluminio. Sin embargo, se seguirá investigando que otros tipos de alteraciones pueda provocar y quién sabe de repente cambien la perspectiva que tiene hoy en día los científicos con respecto al ALUMINIO EN EL ORGANISMO.

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