“El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco; por consiguiente, el derecho a destruirla”

Tercera Comisión de Asuntos Sociales y Humanitarios SOCHUM

República Islámica de Pakistán.

Discurso de Apertura.

“El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco; por consiguiente, el derecho a destruirla”

Mahatma Gandhi

Honorables miembros de la mesa directiva, delegados, observadores, damas y caballeros, la delegación de la Republica Islámica de Pakistán, tiene el honor de dirigirse a  la comisión con el fin de expresar la postura del gobierno de la Republica de Pakistán, frente a la problemática de la violación al derecho a la vida, pena de muerte y eutanasia.

La república Islámica de Pakistán al ser admitida  en las naciones unidas el 30 de septiembre  de 1947 y al firmar la carta de las naciones unidas el 10 de diciembre de 1948, apoya las bases de los derechos humanos y así mismo vela por el cumplimiento de estos. Cabe aclarar que actualmente este estado levanto la moratoria que pesaba sobre la pena de muerte desde hace algunos años para casos de terrorismo, tras el ataque talibán a una escuela en Peshawar (norestes), lo que causó la muerte de 125 menores y doce empleados en el mes de diciembre, finalmente el veto se levantó, para el resto de delitos definitivamente en marzo, lo que puso fin a una moratoria de facto sobre la pena capital establecida en 2008.

En el proyecto de la delegación finlandesa, distribuido el 7 de octubre 1999, solicitaba a los actores interestatales aplicar las salvaguardias internacionales en la aplicación de la pena de muerte; se instó a la ratificación del Segundo Protocolo Facultativo que los Estados Partes en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la restricción progresiva de la pena de muerte y el establecimiento de una moratoria con vistas a una completa abolición.

Como en el pasado, la estrategia no consistió en votar en contra de la resolución, sino más bien en utilizar las llamadas “enmiendas de choque”,que por cierto fue desagradable para los abolicionistas; respecto a esto se presentaron dos proyectos de enmiendas, donde uno se refería a que la pena de muerte no ha sido prohibida por el derecho internacional  ya que no existe un consenso mundial sobre la cuestión, invocando el artículo 2 (7) de la Carta de las Naciones Unidas y afirmando que la pena capital es fundamentalmente una cuestión de justicia penal, no de derechos humanos, “en el contexto de los derechos de las víctimas y de la comunidad a vivir en paz”, y se recordaba que no todas las reglas son adecuadas para su aplicación en todos los lugares, ni en todo momento por la diversidad de las condiciones socio-jurídicas y económicas de cada país, estas enmiendas fueron firmadas por la República Islámica de Pakistán en su momento y como se temía,  estas enmiendas fueron propuestas en un intento de descarrilar el proceso, sin embargo, ninguna de ellas tuvo éxito pues en noviembre de 2007, hubo un debate en la Tercera Comisión, cuando la Unión Europea, con un amplio apoyo regional a nivel internacional, intentó una vez más garantizar la aprobación de un proyecto de resolución a la Asamblea General, el cual se relacionaba con el tema de pena de muerte. El 18 de diciembre de 2007, esta resolución fue aprobada con 104 votos a favor donde uno de esos votos fue llevado a cabo por la República islámica de Pakistán, quien hizo parte activa de esta aprobación; posteriormente este estado en su afán de continuar velando por los derechos humanos, vota a favor de la resolución A/C.3/63/L19/Rev. 1,  aprobada el 20 de noviembre de 2008 el informe del Secretario General, reafirmando la decisión sobre la moratoria de la pena de muerte asumida el 18 de diciembre de 2007, donde este estado hace parte fundamental de la misma  y “establecer una moratoria de las ejecuciones a la vista de la abolición de la pena de muerte”, la cual fue levantada en el mismo año a raíz  de un ataque Talibán a una escuela que dejo 125 menores muertos además el asesinato de un integrante del ejército, donde el primer ministro de Pakistán decidió no renovar la moratoria que regía en el país contra la pena de muerte en un intento para detener el incremento del crimen y la beligerancia.

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