Ensayo industria del plátano y la contaminacion ambiental

En estos días, la contaminación es un problema que aumenta a niveles preocupantes. Solo en mayo de 2019, los niveles de co2 captados en la atmósfera fueron de 414.7 partes por millón, registrados en el observatorio de Mauna Loa de NOAA (La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, por sus siglas en inglés).
"Es de vital importancia contar con estas mediciones precisas de CO2 a largo plazo para comprender la rapidez con que la contaminación de combustibles fósiles está cambiando nuestro clima", dijo en un comunicado Pieter Tans, científico principal de la División de Monitoreo Global de NOAA. "Estas son mediciones de la atmósfera real. No dependen de ningún modelo, pero nos ayudan a verificar las proyecciones de los modelos climáticos, que, en todo caso, han subestimado el ritmo acelerado del cambio climático observado".

Por estas razones, las empresas tienen la presión de combinar sus rendimientos en el mercado, con las cuestiones ambientales. Esto presenta nuevos retos ya que los antiguos medios de transporte y/o producción consumían grandes cantidades de combustibles fósiles, haciendo que muchas empresas reexaminen en su totalidad sus métodos y en algunos casos redefiniendo desde cero el concepto de su existencia misma como empresa. Así, muchos países han empezado a apoyar medidas para reducir la huella de carbono generada por los medios ya mencionados.

Esta huella de carbono es de las formas mas sencillas que existen para medir el impacto que dejan las emisiones de carbono debido a nuestras actividades o a la comercialización de un producto, abarcando todas las partes de su ciclo de vida (desde la recolecta de materias primas hasta el desecho de sus residuos). Si bien un certificado de huella de carbono no es obligatorio, si que las empresas desean en muchos casos reducir dicha huella para garantizar un producto menos contaminante y en ciertos casos, incluso mejorando la calidad del producto.

En este caso, vamos a profundizar específicamente, en la huella de carbono generada en la cadena de suministro. Pongamos un ejemplo con la industria bananera: Dependiendo del estudio y la metodología seguida, podemos encontrar valores de emisión de entre 324g a 1124kg de co2/kg de plátanos. Podemos identificar la producción de GEI (gases de efecto invernadero) según cada parte de la cadena de suministro.
En la producción agrícola, las emisiones de GEI no son tantas. Las fuentes de dichas emisiones se concentran, sobre todo, en el abuso de fertilizantes y pesticidas, así como también en el uso de combustible en los procesos de arado, de recolecta y de transporte del producto a las fincas para su procesamiento, así como los deshechos de material vegetal excedente. Precisamente el abuso de los fertilizantes son la segunda fuente más importante de emisiones de GEI, solamente superado por el transporte marítimo, produciendo entre el 24% y el 49% del total de emisiones generadas en las fincas con los fertilizantes basados en nitrógeno.
En cuanto al transporte y envío, el transporte marítimo y terrestre son los que generan mayores emisiones, debido en gran parte a los combustibles utilizados a base de petróleo, la electricidad usada en los centros de despacho y a la refrigeración para mantener el producto en buenas condiciones. Tomando como ejemplo, de 100 galones de diésel consumido, se genera una tonelada de gases de efecto invernadero, y eso hablando del transporte terrestre, recordando que un buque de carga suele usar combustible de baja calidad y costo, aumentando así la cantidad de gases de invernadero lanzados a la atmosfera. Si a esto sumamos los gases utilizados para la refrigeración por tierra y mar (basados normalmente en etileno) y a la energía usada para ello, hablamos de otras grandes cantidades de GEI.
Los centros de maduración también tienen una buena parte del GEI total generado debido al uso de etileno para la maduración del producto.
Teniendo en cuenta este desglose bastante rápido, es entendible que las empresas tengan que replantear muchas de las actividades implicadas en la cadena de suministro para poder reducir la huella de carbono. Esto no solo equivale en muchos casos a dinero, sino también a tiempos más largos utilizados en la nueva logística que bien puede ser modificada para evitar un consumo de combustibles mayor. Las soluciones se pueden remarcar también en cada apartado de cada área también.

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