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La Vuelta Al Mundo En Un Barco Llamado 'H. M. S. Beagle´


Enviado por   •  29 de Marzo de 2015  •  1.142 Palabras (5 Páginas)  •  229 Visitas

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La vuelta al mundo en un barco llamado `H. M. S. Beagle´

Charles Darwin nació en Shrewsbury el 12 de febrero de 1809. Su padre, Robert Waring Darwin, ejercía con éxito la medicina en esa ciudad. El pequeño Charles siempre quiso mucho a su padre, pero a la vez, se sentía cohibido delante de él. A su abuelo, Erasmus Darwin, que también había sido un hombre de ciencia y miembro de la Royal Society, no le llegó a conocer. La madre de Charles, Sussanah, murió también cuando él sólo contaba con ocho años de edad. A pesar de ello fueron una familia muy unida formada por el padre, cuatro hijas y dos hijos.

Desde sus años de colegial, Darwin, como muchos niños de su edad, manifestó una gran afición por el coleccionismo. Guardaba toda clase de conchas, minerales, insectos, sellos y monedas. A los nueve años ingresó en la escuela del doctor Butler. Más tarde escribió que lo único que se enseñaba allí era geografía antigua y algo de historia. En aquella época él prefería la poesía, así como los libros de viajes y de pájaros. Su afición a los experimentos científicos se satisfacía mediante las demostraciones que le hacía su tío, el padre de Francis Galton, acerca del funcionamiento de instrumentos físicos, como el barómetro o las reacciones químicas que realizaban en un viejo almacén de herramientas con su hermano mayor.

A los dieciséis años, Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo. Su padre quiso que estudiara la misma carrera que él ejercía y la que también estudiaba su hijo mayor Erasmus. Sin embargo, esta no era la vocación de Charles ni tampoco la de su hermano. Ambos abandonaron los estudios frustrando así el deseo paterno de tener un hijo médico que le sucediera. Ante el fracaso de Edimburgo, el padre decidió que Darwin debía ingresar en la Universidad de Cambridge para estudiar teología. Todo menos permitir que su hijo se convirtiera en un hombre aficionado a los deportes, y ocioso. De manera que a los diecinueve años cambió los estudios de medicina por la Teología natural, de William Paley.

Bastante tiempo después escribió, que “por entonces no dudaba lo más mínimo de la verdad estricta y literal de todas y cada una de las palabras de la Biblia, pronto me convencí de que nuestro Credo debía admitirse en su integridad” (Huxley & Kettlewel, Darwin, Salvat, Barcelona, 1984: 33). No obstante, Darwin prefería la amistad con botánicos y geólogos, se inclinaba más por aprender a disecar aves y mamíferos o por leer los libros de viajes del geógrafo Humboldt, que convertirse en un pastor tal como eran los deseos de su padre.

El reverendo John Stevens Henslow, que era profesor de botánica y amigo de Darwin, le escribió una carta en agosto de 1831 informándole de la posibilidad de enrolarse como naturalista en el Beagle, un barco con misión cartográfica y científica que iba a dar la vuelta al mundo. Aunque su trabajo en la nave no sería remunerado, a Darwin le entusiasmó la idea y logró convencer a su padre para que le permitiera ir.

El Beagle zarpó de Inglaterra en diciembre de ese mismo año con un Charles Darwin ilusionado que todavía no era, ni mucho menos, evolucionista. Aceptó el empleo de naturalista, sin tener ninguna titulación en ciencias naturales, aunque se hubiera licenciado en teología, así como en matemáticas euclidianas y en estudios clásicos.

No obstante, poseía una gran experiencia práctica. Sabía cazar y

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