Materia Organica

La materia orgánica es uno de los principales componentes de la productividad y la fertilidad de los suelos; jamás podría exagerarse su importancia para la producción de los cultivos. Así, la materia orgánica del suelo:

• Ayuda a reforzar los agregados del suelo, mejorando de esta manera la facilidad con que se cultiva la estructura del mismo.

• Mejora la aireación y la infiltración del agua.

• Aumenta la capacidad de retención del agua.

• Proporciona mayor capacidad de intercambio catiónico.

• Produce un efecto amortiguador contra cambios rápidos en la reacción del suelo cuando se agregan a éste materiales generadores de condiciones ácidas o alcalinas.

• Forma compuestos orgánicos estables que aumentan la disponibilidad de los micronutrientes.

• Constituye una fuente de numerosos nutrientes de las plantas.

• Constituye una fuente de alimento para los microorganismos del suelo.

Los suelos de la región occidental de Estados Unidos generalmente contienen menos materia orgánica que los suelos que se forman en áreas más frías de mayor precipitación. Muchos de estos suelos tienen menos de 2% de materia orgánica y algunos menos de 1%, en tanto que un gran número de suelos del “cinturón maicero” del medio oeste contienen entre 7 y 10% de materia orgánica. Sin embargo, algunos suelos del occidente, como los de los deltas o los de antiguos lagos, contienen entre 50 75% de materia orgánica.

La materia orgánica del suelo consta de restos animales y vegetales en varias etapas de descomposición, organismos vivos, y las sustancias que sintetizan estos organismos. La composición de la materia orgánica del suelo puede dividirse en tres categorías principales: polisacáridos, ligninas y proteínas.

Los polisacáridos incluyen celulosa, hemicelulosa, azúcares, almidones y pectinas. Las ligninas son materiales complejos que provienen de los tejidos leñosos de las plantas. Las proteínas son los principales componentes nitrogenados de la materia orgánica.

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