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Pablo Ehrlich y la Bala Mágica


Enviado por   •  5 de Agosto de 2015  •  Resúmenes  •  759 Palabras (4 Páginas)  •  830 Visitas

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La Bala Mágica

Esta narración cuenta la historia de científicos que se dieron a la tarea de investigar y descubrir los microbios, como fue el caso de Antonio Leeuwenhoek, quién calificó a su microscopio como el ojo mágico.

Más adelante nos encontramos con Pablo Ehrlich, hombre jovial y quien será el personaje más importante de este relato.

Podemos mencionar algunas descripciones importantes de Pablo Ehrlich para conocer un poco más de su persona. Por ejemplo, se fumaba veinticinco cigarros al día, tomaba en público un tarro de cerveza en compañía de su mozo de laboratorio y con sus colegas alemanes, ingleses o norteamericanos. Era un hombre moderno, su frase más célebre fue: “Hay que aprender a matar microbios con balas mágicas”, lo que provocaba la risa de la gente. Sus amigos le pusieron el mote de “Dr. Fantasio”.

Hizo cosas insólitas, transmutó una droga –veneno favorito de los asesinos– en medicamentos salvadores; a base de arsénico preparó un compuesto para eliminar el pálido microbio en forma de sacacorchos, microbio cuyo ataque es la recompensa del pecado, cuya mordedura es la causa de la sífilis, la enfermedad del hombre aborrecible.

Su imaginación era de lo más fantástica, disparatada y anticientífica, esa forma de actuar ayudó a que los cazadores de microbios dieran otro paso adelante.

Pablo Ehrlich

Pablo Ehrlich trató de conseguir “La bala mágica” experimentando en su laboratorio, quería encontrar la cura para las enfermedades y a la vez eliminar un poco la muerte.

Nació en Silesia, Alemania, en marzo de 1854. Estudió en el Colegio Nacional de Breslau, en donde su profesor de literatura le asignó una composición sobre el tema “La vida es sueño”. Su forma de ver las cosas era muy diferente a la de los demás. Escribió que “los sueños son algo parecido a las funciones del cerebro, y estas son meras oxidaciones… los sueños son algo así como una fosforescencia del cerebro”.

Era un estudiante ambulante, las facultades de Medicina de Breslau, Estrasburgo, Friburgo y Leipzig opinaban que no era un estudiante común y corriente, y coincidían en que era un pésimo estudiante.

Siempre hacía las cosas a su manera, solía ensayar con diferentes colorantes, odiaba la enseñanza clásica y se autocalificaba de modernista. Practicaba con ratones y teñía hígados enfermos. En marzo de 1882 descubrió la causa de la tuberculosis al teñir el microbio causante de esta enfermedad.

Poseía un decidida vocación para cazar microbios, pero con su entusiasmo terminó contagiándose de tuberculosis y tubo que marcharse a Egipto, pero no murió y tampoco quedó en el olvido.

Siguió adelante tratando con sus colorantes, pero fracasó. Visita enfermos y se dedica a cazar microbios. Fue director de una clínica en Berlín, se sentía preocupado por los lamentos de los pacientes que no se aliviaban, muchos de ellos con enfermedades incurables, lo único que le interesaba era encontrar la cura para salvar a esas personas.

Tenía animales vivos y buscó diferentes colorantes para encontrar “la bala mágica”, pero en sus prácticas con colorantes murieron muchos ratones, con la simple idea de encontrar la cura. Buscaba resolver el enigma de la inmunidad, de la vida y de la muerte. No resolvió estos problemas, pero fabrica “la bala mágica”.

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