Principales habilidades, conocimientos generales o de las habilidades de enseñanza

Cuando se habla de los profesores, se hace necesario hablar de los saberes o conocimientos profesionales ligados a la enseñanza que portan los docentes, es sabido que la enseñanza debe alcanzar un rango profesional enfocado en elevar y sistematizar con mayor claridad los estándares en función de los cuales deben juzgarse la educación y el desempeño de los profesores (Shulman, L. (2001), pág. 167), por esto se deben generar instancias de debates profundos que consideren qué estándares o criterios son necesarios implementar en la formación y posterior ejercicio de la profesión, como por ejemplo aumentar las exigencias en la formación de maestros o prolongar los períodos de práctica, sin embargo para instalar estas instancias de análisis primero se debe consolidar o identificar al menos una base de conocimientos que le sea propia a la docencia.

De acuerdo a lo planteado, cabe preguntarse ¿qué destrezas básicas, conocimientos o habilidades pedagógicas generales se deben incluir en la formación de futuros profesores y cual debería ser la intencionalidad y desafíos de éstos a lo largo de su ejercicio profesional?. Para intentar responder a estas interrogantes se debe entender que el profesor sabe algo que otros no comprenden, , y que puede transformar la comprensión, las habilidades para desempeñarse, o las actitudes o los valores deseados en representaciones y acciones pedagógicas (Shulman, L. (2001), pág. 173), es decir transforma y transmite el contenido para que los alumnos inexpertos se vuelvan expertos o al menos manejen lo fundamental del tema, por lo que los docentes debieran manejar el conocimiento pedagógico de la materia, conocimiento que los caracteriza como profesores y que las otras bases del conocimiento debieran fortalecer.

Otro punto importante además de los saberes, es a qué intencionalidad responden los profesores. Por ejemplo ¿sólo buscan transmitir los conocimientos a los alumnos sin que estos razonen los contenidos que se les enseña, o más bien desean generar una interacción enérgica con las ideas, incentivando un espíritu crítico en los alumnos que los ayude a alcanzar la independencia del profesor con respecto a sus procesos de razonamiento? Lo deseable e es que los docentes reconozcan y practiquen en sus aulas la existencia de un ciclo a través de las actividades de comprensión, transformación, instrucción, evaluación y reflexión (Shulman, L. (2001), pág. 184) que permita una integración real de los conocimientos por parte de los alumnos que les permita analizar, relacionar y aplicar lo aprendido en otros contextos y por tanto les brinde oportunidades de producción o construcción del conocimiento, es decir ser actores en dicha construcción y no meros observadores pasivos.

Por lo anterior se debe buscar en el profesor que este integre una serie de actitudes y disposiciones en su forma o visión de enseñar, tales como el rigor metódico, la investigación, respeto a los saberes de los alumnos y reflexión crítica sobre la práctica, entre otros (Freire, P. (2002), Pág. 28-32), para poder así ayudar a los alumnos a resolver nuevos problemas en situaciones inéditas (es decir desarrollar una verdadera comprensión o aprendizaje de los contenidos entregados por el profesor)-, Pero para esto, además de las instrucciones o bases señaladas hasta el momento, sería conveniente que tanto las instituciones formadores de profesores como los organismos encargados de su regulación y fiscalización estudiaran más a fondo la agrupación de estas instrucciones

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