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Sistema Inmune


Enviado por   •  12 de Junio de 2013  •  2.696 Palabras (11 Páginas)  •  376 Visitas

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Sistema inmune

Nuestro organismo tiene un sistema especial para combatir los diferentes agentes infecciosos y tóxicos, llamado sistema inmune, constituido fundamentalmente por los leucocitos (o glóbulos blancos) y las células de los tejidos originalmente procedentes de ellos.

Los leucocitos son las unidades móviles del sistema de defensa del organismo, y tienen una capacidad especial para buscar y destruir cualquier invasor extraño.

Además de los leucocitos, el sistema inmunitario está constituido por otros elementos de defensa, tales como la piel y mucosas, sustancias antimicrobianas y otros mecanismos inmunes responsables de la respuesta inmune.

Las respuestas inmunitarias

Los mecanismos de la inmunidad humana pueden ser agrupados en dos grandes categorías: el sistema inmune innato o inespecífico, que provee una primer defensa de carácter general contra cualquier elemento reconocido como extraño, y el sistema inmune adquirido o específico que reconoce agentes amenazantes específicos y genera una respuesta dirigida contra esos elementos.

Los mecanismos de las respuestas inmunitarias innata y específica forman un sistema integrado de defensa en el huésped en el que existe una cooperación funcional de numerosas células y moléculas.

Las respuestas inmunitarias específicas se adquieren habitualmente tras la exposición de un individuo a un agente extraño. Los mecanismos que actúan en este tipo de respuestas son de dos tipos dependiendo del componente del sistema que participa en la respuesta.

Cuando la respuesta inmunitaria específica actúa mediante moléculas (anticuerpos) que reconocen y eliminan los agentes extraños (antígenos), recibe el nombre de inmunidad humoral. Mientras que cuando participan células llamadas linfocitos T, la respuesta se denomina inmunidad celular.

Todas las respuestas inmunitarias se inician cuando se reconocen los antígenos extraños. Esta da como resultado la activación de los linfocitos que reconocen específicamente al antígeno y termina en el desarrollo de mecanismos que median la función fisiológica de la respuesta, es decir la eliminación del antígeno. Así, la respuesta inmunitaria puede dividirse desde el punto de vista funcional en tres fases: la fase de reconocimiento del antígeno, la fase de activación de la respuesta, y la fase efectora.

Elementos del sistema inmune

El sistema inmune está constituido por una serie de componentes, que en conjunto interactúan para llevar a cabo la función de protección del cuerpo humano.

Los principales elementos del sistema inmune son células, barreras físicas y químicas y sustancias antimicrobianas.

Células del sistema inmune

Las células del sistema inmune son los leucocitos o glóbulos blancos. Se llaman así porque que no poseen color propio, por carecer de proteínas coloreadas.

A diferencia de los hematíes y las plaquetas, los leucocitos son células completas provistas de membrana, citoplasma y núcleo, en las que es posible distinguir al microscopio diversos tipos morfológicos, cada uno de los cuales posee una actividad concreta dentro del común denominador de la función defensiva que les es propia.

Los leucocitos que normalmente se encuentran en la sangre periférica son de tres tipos:

1. Granulocitos o polimorfonucleares

2. Linfocitos

3. Monocitos

1.- Los polimorfonucleares (también llamados granulocitos, por los gránulos que poseen en el citoplasma), tienen el núcleo segmentado y, según las características tintoriales de sus gránulos, se dividen en:

* Neutrófilos

* Eosinófilos

* Basófilos

2.- Los linfocitos son las células que específicamente reconocen y responden a los antígenos extraños.

Son células de tamaño pequeño (6-8 mm), aunque en ocasiones pueden ser un poco más grandes (linfocitos grandes: 10-25 mm). El núcleo nunca presenta segmentación y es redondeado, con una discreta zona invaginada. El citoplasma suele ser escaso, basófilo (de color azul claro) y forma una delgada banda perinuclear. En ocasiones puede presentar una fina granulación citoplasmática azurófila.

Los linfocitos constan de diferentes subgrupos que difieren en sus funciones y productos proteicos, aunque todos ellos parecen morfológicamente similares.

Una clase de linfocitos son los linfocitos B, así llamados porque se observó en las aves que maduraban en un órgano denominado bolsa de Fabricio.

La segunda clase principal de linfocitos son los linfocitos T, cuyos precursores provienen de la médula ósea y después migran y maduran en el timo (de allí su nombre). Los linfocitos T se subdividen en poblaciones funcionalmente distintas, siendo las mejor definidas las células T colaboradoras y las células T citotóxicas.

3.- Los monocitos son las células de mayor tamaño que circulan en la sangre periférica normal. Tienen un diámetro aproximado de 14-20 mm. El núcleo casi siempre es reniforme y está formado por una cromatina laxa y de aspecto ondulado (cromatina “peinada”). El citoplasma es amplio, de color gris pálido y posee una granulación azurófila muy fina y abundante. Se mantienen muy poco tiempo en la sangre (10-20 horas) antes de salir de los capilares hacia los tejidos. Allí se agrandan y se transforman en los macrófagos tisulares. En esta forma pueden vivir meses o incluso años. Pueden activarse por una gran variedad de estímulos y pueden adquirir diferentes formas.

Algunos llegan a tener un citoplasma abundante y se llaman células epiteloides, por parecerse a las epiteliales. Y también pueden fusionarse y formar células gigantes multinucleadas.

Barreras físicas y químicas: Piel y mucosas y sus secreciones

Además de formar una pared protectora, la piel y las mucosas operan mediante otros mecanismos inmunes adicionales, las barreras mecánicas y químicas:

• Sebo cutáneo: contiene agentes inhibidores de patógenos, ácidos grasos, y generan un pH ácido.

• Mucus: la viscosidad impide el movimiento de los microorganismos y de otras partículas extrañas atrapadas en el mucus. Así, por ejemplo, en la mucosa respiratoria, mediante mecanismos como el movimiento de los cilios, la tos y los estornudos, pueden ser eliminados al exterior.

• Enzimas: proteínas capaces de destruir patógenos

• Secreciones (sudor, lágrimas, saliva): acción de dilución y lavado; además contiene enzimas que inhiben el crecimiento microbiano. Muchos de los líquidos corporales secretados contienen sustancias bactericidas, como el ácido en el jugo gástrico, la espermina y el zinc en el semen, la lactoperoxidasa en la leche y la lisozima en las lágrimas, secreciones nasales y la saliva.

Aspectos funcionales

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