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Teoría de la raza de los gigantes


Enviado por   •  15 de Febrero de 2018  •  Documentos de Investigación  •  3.170 Palabras (13 Páginas)  •  353 Visitas

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Gigantes, la raza perdida

Todas las culturas de la tierra cuentan en sus mitos y leyendas que antes del ser humano la tierra estaba poblada por gigantes. ¿Podría haber existido una raza de gigantes, una especie similar al hombre, del género homo, pero de colosales dimensiones?

Conocidos en la biblia cómo la raza de los Anakim y de los Nephilim, mencionados así mismo en el Corán y en los libros sagrados Hindúes; el Ramayana y el Mahabarata. Llamados Jötuns o Jötnar por los escandinavos, cíclopes, titanes, lestrigones, hiperbóreos y hecatonquinos por los helénicos, Jentilak y Mauirak por los vascos y conocidos así mismo en las culturas mesoamericanas, africanas, aborígenes australianas y orientales, incluso en culturas tan distantes como los inuit del ártico.

Pruebas fehacientes.

A lo largo de la historia es común encontrar sucesos que se deriven del descubrimiento de restos óseos de gigantes, noticias aisladas o relatos históricos que rara vez son analizados por la ciencia convencional y que usualmente los historiadores definen como puros cuentos o identificaciones erróneas de restos óseos de animales extintos, pero la verdad es que los descubrimientos (no sólo de esqueletos, sino incluso también de herramientas con tamaños colosales) son pruebas de una auténtica raza de hombres colosales, las pruebas son innumerables,

El español Bernal Díaz del Castillo cuenta que durante la conquista de México, Hernán Cortés envió al rey de España un fémur del tamaño de un hombre. Los aztecas explicaron a los conquistadores que en tiempos remotos había vivido allí una raza de gigantes que habían combatido y exterminado.

En Ecuador los españoles también oyeron historias acerca de otra raza de colosos que en tiempos remotos había aterrorizado a los habitantes de Guayaquil. En 1543, Juan de Olmos, el gobernador de Puerto Viejo, ordenó excavar en la zona y se encontraron "unos huesos tan grandes que, si no hubieran aparecido también los cráneos, resultaría imposible creer que pertenecieran a seres humanos".

En Cumberland, Reino Unido, en algún momento de la Edad Media se descubrieron los restos de un gigante de 4,5 metros, cubierto por una armadura. En 1895, durante unas excavaciones realizadas en el condado de Antrim, Irlanda, un tal Dyer halló un gigante fosilizado de 3,70 metros de altura. Se exhibió en Dublín y más tarde en Liverpool y Manchester. Después de una disputa legal entre Dyer y su socio, un hombre llamado Kershaw, nada más se supo del coloso pétreo. Asimismo, en una gruta de Atyueca, cerca de Mangliss, en la antigua Unión Soviética, se encontraron esqueletos humanos de entre 2,80 y 3 metros. En 1829, cerca de Chesterville, Canadá, se halló el esqueleto de un gigante tan grande que un hombre podía introducir su cabeza dentro del cráneo con facilidad.

Es curiosa la cantidad de restos que se han encontrado en Estados Unidos. En 1833 un grupo de soldados sacó a la luz en Rancho Lompock, Nevada, los restos de un hombre de 3,5 metros de altura, rodeados de armas descomunales. En junio de 1877 unos prospectores descubrieron cerca de Eureka, Nevada, los huesos de una pierna y un pie gigantescos, correspondientes a un ser humano de 3,65 metros. En 1891, en Crittenden, Arizona, una brigada de obreros encontró un sarcófago que contenía a un ser humano de más de 3 metros de estatura. También a finales del siglo XIX, en Isla Catalina, California, se hallaron los restos de unos gigantescos pelirrojos. En Montana, en 1903, el profesor S. Farr desenterró un esqueleto humano de 2,75 metros de altura.

En 1911 unos buscadores de guano encontraron en una caverna de Lovelock (Nevada) un grupo de gigantes pelirrojos momificados. Los indios paiute hablaban de una antigua raza de gigantes caníbales que llamaban Si-Te-Cah,a los cuales habían combatido y expulsado al monte Shasta, cerca del cual se encuentra dicha caverna. Restos similares se hallaron en el lago Humboldt. En 1923 se desenterraron en el Gran Cañón (Arizona) los restos petrificados de dos gigantes de 4,5 y 5,5 metros de altura.

Este tipo de hallazgos son particularmente numerosos en el valle del río Ohio, en donde los primeros colonos blancos que se adentraron más allá de los montes Apalaches a mediados del siglo XVIII se encontraron en la zona cientos de montículos artificiales, algunos de un tamaño descomunal. Los primitivos habitantes de la zona, los indios delaware, les contaron que eran anteriores a la llegada de los pieles roja. Cuando se excavaron estos montículos salieron a la luz asombrosos restos.

En diciembre de 1870, bajo un enorme montículo de Brush Creek, Georgia se descubrieron huesos de hombres y mujeres de hasta 2,75 metros de altura, junto con una gran piedra grabada con extraños caracteres. En 1872, en Séneca, Carolina, se encontraron tres esqueletos de 2,5 metros de altura. En 1883, cerca de Mandan, Dakota del Norte, se descubrió un enorme cementerio que contenía los restos de numerosos gigantes. En 1888, en Toledo, Ohio, se desenterraron los restos de otros 20 gigantes.

Curiosamente, los indios delaware contaban que, al emigrar desde el Oeste en el año 1000 a.C., sus antepasados, los lenapees, se habían encontrado en la orilla este del Mississippi con una raza de gigantes que vivían en grandes ciudades fortificadas. Los llamaron allegahenys (de donde, tal vez, los montes tomaron su nombre). Los lenapees los combatieron y, al ser más numerosos, consiguieron expulsarlos. Los supervivientes huyeron hacia Minnesota. Los indios sioux también cuentan que cuando vivían en este estado apareció una raza de gigantes que consiguieron exterminar.

El zoólogo Ivan T. Sanderson contaba que un ingeniero le había enviado una carta relatándole que durante la II Guerra Mundial, mientras su compañía levantaba el terreno para construir un aeropuerto en la isla de Shemya, Alaska, había encontrado un enorme cráneo de 60 centímetros desde la base al vértex, lo que correspondería a una talla de 3,6 metros.

En mayo de 1912 un equipo de arqueólogos del Beloit College, en una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, descubrieron 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados. La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo, tanto así que el New York Times informó de la noticia en sus páginas. Así escribe el columnista del artículo del New York Times publicado 04 de mayo 1912.

“El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se escavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ ... ]. Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día”.

“El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresale muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largo y puntiagudos [ ... ]." - New York Times, 1912.

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