ÁREA: EDUCACIÓN FÍSICA

PROYECTO EDUCATIVO:

ÁREA: EDUCACIÓN FÍSICA

I- FUNDAMENTACIÓN DEL ESPACIO CURRICULAR:

La Educación Física, concebida hoy como una verdadera “educación por el movimiento”, contribuye a la formación de personas sanas física y psíquicamente, permitiéndoles el disfrute de sus posibilidades motrices y lúdicas; brindando a través de sus contenidos un excelente recurso para la organización del tiempo libre, el goce del medio natural y preparándolo por medio de una práctica autónoma, sistemática y responsable para la prevención y acrecentamiento de la salud psicofísica y una mejor calidad de vida.

Sus contenidos, la significación social que se le atribuye, son entre otras causas, lo que asegura su presencia en el ámbito escolar como aprendizaje significativo, compartiendo su importancia con las clásicas áreas alfabetizadoras como lengua y matemática.

Este fenómeno, que no es nuevo, ubica a esta disciplina, en un lugar de consideración como formadora de competencias prácticas, intelectuales y sociales.

Si algo caracteriza a la Educción Física actual es su deseo de contribuir al desarrollo de la COMPETENCIA MOTRIZ. Así, cuestiones tales como ¿ qué significa ser competente en Educación Física? ¿ de qué manera adquieren los escolares su competencia para moverse? ¿ cómo cambia el proceso de adquisición en la infancia y adolescencia? son, sin duda, relevantes para la Educación Física escolar.

No es sencillo llegar a un acuerdo a la hora de definir el concepto de competencia, y, si lo relacionamos con el ámbito motor, la clase de Educación Física supone una constante interacción con un medio en el que debe moverse de manera eficaz para conseguir objetivos que cambian constantemente. De ahí que el concepto de competencia motriz haga referencia al conjunto de conocimientos, procedimientos, actitudes y sentimientos que intervienen en las múltiples interacciones que realiza en su medio y con los demás, y que permiten que los alumnos superen los diferentes problemas motrices planteados tanto en las clases de E.F. como en la vida cotidiana. Esta competencia motriz manifiesta un transcurso evolutivo y está relacionada con un tipo de inteligencia sobre las acciones, inteligencia operativa que supone conocer: conocer qué hacer, cómo hacerlo, cuándo y con quien actuar en función de las condiciones cambiantes del medio, esto va a suponer el desarrollo de un sentimiento de capacidad para actuar, de sentirse confiados de poder superar situaciones problema planteadas y manifestar alegría de ser causa de transformaciones en su medio. Eso significa que la noción de competencia motriz conlleva una dimensión motivacional y afectiva que no debe ser olvidada y que es mediadora de la actuación del niño y del adolescente, ya que influirá de manera notable en la elección de las tareas, la persistencia al practicar y el rendimiento en las mismas.

. Los contenidos seleccionados para el Nivel Inicial, constituyen aspectos fundamentales para el desarrollo motor del niño, su crecimiento y maduración. Es esta etapa de la niñez, donde la Educación Física contribuye a afianzar la adquisición de los esquemas motores básicos, enriquecer el acervo motor con sus múltiples experiencias de movimiento y donde comienza la construcción de sí por el juego con el propio cuerpo, que es por las interacciones y por los encuentros con otros seres, donde se vive el placer por el movimiento con espontaneidad y desinhibición.

En el Nivel Inicial la práctica de actividades motoras y experiencias lúdicas son de gran importancia y ayuda para el logro de una progresiva autonomía, disponibilidad corporal y el desarrollo de actitudes de respeto y tolerancia con los otros y el ambiente. Esto requiere por parte del docente, la creación y selección de situaciones que favorezcan la apropiación de procedimientos básicos, tales como la exploración y la experimentación:

La exploración, les permitirá a los niños poner en juego las funciones sensoperceptivas y avanzar hacia el conocimiento de sí mismos y del entorno(espacio, tiempo, objetos y otros).

La experimentación, les posibilitará utilizar las habilidades motoras básicas y así adquirir un mayor dominio de sí mismos, de los objetos y de las interacciones con los demás en situaciones de juego y de la vida cotidiana, descubriendo sus propias posibilidades de movimiento y acción sin seguir un patrón o modelo determinado.

El juego, el movimiento y las acciones sobre los objetos, son formas privilegiadas de aprender en las edades tempranas, ya que éstas le permiten a los niños entrar en relación con el mundo físico y los demás.

El juego motor, permite que los niños puedan explorar, experimentar, expresar y crear en forma práctica y libre. Cada nuevo juego, es una nueva experiencia, y toda nueva experiencia incluye la puesta en marcha de nuevas capacidades, sentimientos, deseos, es decir, de nuevas formas de sentirse capaz de operar (inteligencia operativa) sobre el mundo. Nuevas formas de interacción con otros permiten la socialización y la aceptación de ciertos “ordenadores sociales” para aprender a convivir y a participar en grupos.

. Los contenidos seleccionados para el Primer Ciclo, comprenden un currículo de variados saberes construidos socialmente, que, adaptados a las necesidades evolutivas de los niños, han de permitirles desarrollar competencias para prevenir y preservar la salud, alcanzar su equilibrio intelectual y psíquico, desarrollar la habilidad motora general, su inteligencia práctica y utilizar provechosamente su tiempo libre. Es esta etapa de la EGB, la “Edad de oro del movimiento humano”, durante la cual el niño posee una especial sensibilidad para recibir estímulos de aprendizaje. Es importante considerar la profundización, consolidación y estabilización de los aprendizajes alcanzados en el N.I. como condición para plantear la labor en el primer ciclo y como preparación fundamental para los tramos educativos posteriores.

. La educación Física en el Segundo Ciclo de la EGB, representa la transición de las formas “espontáneas” de movimiento, propias del período anterior, a habilidades más específicas y codificadas, es decir, el pasaje de una motricidad sencilla y básica a una motricidad compleja.

Los contenidos propios de esta etapa permiten incorporar conocimientos que posibilitarán afianzar la postura y el movimiento, perfeccionar las destrezas corporales y orgánicas para alcanzar así una saludable condición física necesaria para afrontar las demandas de la vida cotidiana, del medio ambiente y de variadas situaciones lúdicas.

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