El documental “Océanos, el misterio del plástico desaparecido”

El documental “Océanos, el misterio del plástico desaparecido” de Vicent Pérazio del año 2016 cuenta la historia de lo que sucede con el plástico que se encuentra en los océanos, para realizar dicho trabajo nos comentan que contaron con un equipo internacional de investigadores que llevan cuatro años estudiando la contaminación plástica que a su vez buscan las posibles soluciones a este problema que sigue perdurando con el pasar de los años. Podemos decir que el plástico es insustituible porque es ligero, hermético y maleable, un material ideal que forma parte integral de la sociedad de consumo en la que vivimos, pero que se vuelve problemático cuando lo tiramos, porque muchos materiales acaban en el mar y se integran en los ecosistemas marinos. Sorprendentemente, se ha observado en el océano una pequeña proporción de desechos plásticos desechados, lo que genera preocupación sobre dónde termina el plástico.

El plástico está en todas partes, desde los polos hasta el trópico, pero en su mayoría es invisible porque mide menos de 5 mm. Se puede decir que más de la mitad de ellos se acumulan en giros oceánicos, dos en el océano Pacífico, dos en el océano Atlántico y uno en el océano Índico a los que suelen conocerlos como continentes plásticos. Hasta hace poco tiempo, se pensaba que el plástico estaba aumentando en estas áreas, pero en cambio se observó que la cantidad de plástico es estable y se mantiene constante a lo largo del tiempo. Según la investigación del documental, solo el 1% del plástico desechado se ve en el mar, en 1950 se producían 1,5 millones de toneladas de plástico, hoy se producen alrededor de 300 millones de toneladas, pero se estiman solo 236.000 toneladas están flotando en el mar. La ingeniera Jenna Jambeck calculó y cuantificó las líneas costeras de 192 países dentro con un perímetro de 50 kilómetros desde el cual pueden acceder residuos para terminar en el océano, se estimó que en 2010 entraron al mar 8 millones de toneladas de plástico. De los 275 millones de toneladas de desechos plásticos, casi 32 millones de toneladas no se manejan bien (no se entierran, no se reciclan, no se queman), y 8 toneladas de estos 32 millones de toneladas terminan en el océano. La investigadora Jambeck cree que ese número se multiplicará por diez para 2025 si no se hace nada hoy.

Las zonas de acumulación en el océano no son el fin del plástico, son altamente permeables, por lo que cualquier partícula puede llegar a cualquier parte del mundo. Esto quiere decir que a medida que el plástico se descompone, los micro-plásticos se vuelven más pequeños que la apertura de las redes de los investigadores, lo que los hace más difíciles de medir, y controlar. En 2014, se encontraron partículas de plástico en el hielo del Ártico. Si este hielo se derrite, se liberarían un billón de partículas dentro de 10 años, lo que lo convertiría en uno de los mayores reservorios de desechos plásticos. Otro lugar donde se encuentran los micro-plásticos son los cuerpos de los animales marinos, especialmente en las zonas de aguas profundas. En 2015, los investigadores describieron 560 especies afectadas por el plástico, un número que se ha duplicado en 20 años.

La investigadora Chelsea Rohman comentó que el plástico es como una mezcla de químicos que cuando entra al océano e interactúa con otras partículas, atrae y acumula aumentando la toxicidad, y cuando entra en contacto con los animales se acumula en sus tejidos y órganos. Es posible la transferencia de micro-plásticos a los humanos a través del consumo de animales marinos, pero se desconocen sus efectos nocivos.

Según los oceanógrafos, el plástico también puede actuar como portador de especies potencialmente peligrosas para la biodiversidad marina, su capacidad de dispersión es ilimitada y su lento movimiento da tiempo a las especies para adaptarse.
Las partículas de plástico se convierten en hábitats de microbios y bacterias que son potencialmente dañinas para animales y humanos. Al mismo tiempo, algunas de estas bacterias aceleran el proceso de degradación del plástico al metabolizarlo y consumirlo. Estas bacterias probablemente ya descomponen el 99% del plástico que no se encuentra en el océano. En conclusión, podemos decir que el problema del plástico no desaparecerá por arte de magia, la naturaleza no sintetizará todos los desechos del consumo humano y la única forma de resolver este problema es ser más inteligente con la producción, el uso y al momento de deshacernos del plástico.

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