Comunicación Escrita

UNA CUERDA DE TRES HILOS

Es difícil ver que todo el proceso de la comunicación sea cumplido por la diferencia de sus hablantes, pero en ciertos casos la información llega de forma oportuna y por tanto el mensaje es concreto y eficaz permitiendo al emisor y al receptor usar el medio o canal para una perfecta comunicación.

En Bogotá es lamentable la pobreza que tenemos en el uso de nuestra lengua pues se tergiversan las palabras para darles significados que ni siquiera corresponden a su verdadera definición agregándole a ello cuando estas son empleadas de una manera grosera y ofensiva.

Dando un ejemplo la palabra “GONORREA” por definición es una enfermedad de trasmisión sexual, y para muchos niños, jóvenes y adultos su significado cambia a tal punto de ser una grosería que indica que eres una porquería, ofendiendo a quien se le dice y pisoteando el idioma español.

También existen las diferentes interrupciones que se hacen cuando ciertas personas están hablando, interfiriendo en la transmisión del mensaje, en nuestra cuidad es constante ir en bus e ir hablando con algún amigo/a y ser interrumpido por una persona que se suba a vender algún artículo, haciendo que el mensaje no sea decodificado de la manera adecuada por el receptor en este caso nuestro amigo/a.

Cuando nuestro amigo malinterpreta lo que hemos querido decir puede ser a causa del ruido que es producido por medios auditivos como los buses o la música que sale de algunos locales, gente que habla por megáfonos comercializando algún restaurante, la gritería de ciertos comerciantes, el pito de los carros, o por la contaminación visual a causa de las propagandas pegadas en las paredes o postes.

Pero también es malinterpretado por las distintas jergas que existen entre nosotros mismos acto frecuente que se da en el centro de la cuidad específicamente en el Chorro de Quevedo pues allí viven o llegan a hospedarse muchos extranjeros quienes tienen que convivir con el poco entendimiento que tenemos los Bogotanos del idioma Inglés.

Teniendo en cuenta que una de las barreras más frecuentes en la comunicación sea escrita o verbal son los celulares, ya que no sabemos utilizarlos de la manera correcta, cuando recibimos una llamada tendemos a contestarla si nos es permitido y así es como muchas personas que viven en Bogotá contestan y no se dan cuenta cuando pasan un semáforo, cuando alguien necesita ayuda o simplemente no ven que pueden estar en peligro porque alguien los esté siguiendo, interponiendo una pared hacia el receptor.

Por ello cuando vamos con la persona con la cual deseamos hablar a un lugar como el parque nacional, algún centro comercial o un sitio donde nos sentimos cómodos, y expresamos lo que nosotros queramos transmitir es mucho más fácil contar con un oportuno entendimiento de nuestro receptor, es frecuente que algunas personas en esta cuidad hablen en los bares o

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