Drogadicción Y Promiscuidad En Loa Adolescentes

Drogadicción y Promiscuidad durante la Adolescencia en Nicaragua, en el grupo etario de 15 a 20 años de edad

El poeta nicaragüense Rubén Darío dijo una vez “juventud divino tesoro ¡ya te vas para

no volver!...” aprender verdaderamente el significado de esta frase lleva tiempo para

muchas personas especialmente para los adolescentes. Esto se demuestra con sus actitudes

y comportamientos como desinformación y conformismo. Muchas veces se ha escuchado a

adolescentes frases como ¡diviértete después miramos qué onda! O es “es mejor pedir

perdón que permiso” frases así es lo que abunda en nuestros jóvenes de hoy

sumergiéndolos en una serie de riesgos.

Uno de los tantos riesgos que los adolescentes podrían tener es drogadicción y

promiscuidad; lo cual están estrechamente relacionados. En este ensayo se abordará

drogadicción y promiscuidad durante la adolescencia en Nicaragua, en el grupo etario de 15

a 20 años de edad. Porque los jóvenes son más propensos a este problema debido a que

están en una etapa evolutiva de cambios constantes y pueden tomar decisiones equivocadas

que repercutirán a lo largo de toda su vida.

Hemos elegido este tema debido a que se ha expandido a nuestro alrededor en los

últimos años. Pretendemos dar a conocer a las personas; principalmente a los adolescentes,

la importancia, los riesgos y lo inmersos que se encuentran en la realidad que afronta la

sociedad actual.

Intentamos explicar que las drogas modifican la conducta sexual y el comportamiento de

los jóvenes nicaragüenses lo cual induce a la promiscuidad. Consideramos que los jóvenes

adolescentes en el periodo comprendido de 15 a 20 años de edad, son más susceptibles a

dicho problema debido a su búsqueda de independencia e identidad personal. Asimismo

buscamos demostrar que el consumo de drogas es un factor que determina el inicio precoz

de la actividad sexual.

La promiscuidad es el desenlace del consumo de drogas, provocado por varios factores

individuales, familiares o sociales. Generando muchos riesgos en los adolescentes. No

podemos ser indiferentes a este inconveniente que está destruyendo valores morales.

Ambicionamos informar sobre la drogadicción y la promiscuidad, y con ello recomendar

posibles alternativas. Obviamente no se erradicará por completo, pero al menos de alguna u

otra manera el joven tendrá la incertidumbre y la pensará dos veces antes de tomar una

decisión.

El consumo de drogas es un problema creciente que afecta al hombre, es un problema

social y de salud pública cuyo origen es una multicausalidad de variables. Existe una

amplia gama de problemas relacionados con las drogas, donde esta tiene directa o

indirectamente un papel causal principalmente en adolescentes. En este escenario,

Nicaragua no es ajena al consumo epidémico de sustancias psicoactivas que han venido

modificando y transformando formas de vivir y de comportarse. De acuerdo con un estudio

realizado en estudiantes de la universidad de León, Nicaragua, sobre el consumo de drogas

reveló que 52.1% ha utilizado droga alguna vez en su vida, y la edad promedio que

consumía fue 15 años. (Canales, Q, Díaz, T, Guidorizzi, A & Arena C 2010).

Los adolescentes son un grupo de gran vulnerabilidad proporcionada por encontrarse en

una edad en la cual los individuos tienen hábitos y costumbres que se constituyen en un

riesgo para la salud siendo influenciados por factores de riesgo de contexto individual,

familiar y social. Según Blandón y Monroe (2009), se le denomina factores de riesgo: a

las circunstancias personales y sociales que incrementan la probabilidad de que exista un

consumo problemático o no deseable. El surgimiento de problemas como la drogadicción

está asociado a múltiples factores, los que deben de abordarse desde un enfoque integral.

Muchos factores individuales o personales pueden influir en la decisión de consumir

drogas. Estas pueden ser vistas como una vía de escape a los problemas cotidianos; algunos

adolescentes las usan como medio para compensar frustración, soledad, baja autoestima o

problemas afectivos. De hecho, bajo el efecto de las drogas la persona experimenta un

estado de euforia que le hace olvidar los problemas o las limitaciones que tenga.

Por otro lado, la familia es el primer elemento socializador, en cuyo seno se educa y

forma al individuo, para que sus miembros sean capaces de desarrollarse y puedan

integrarse a la vida. Los factores de riesgo de tipo familiar están relacionados con el

deficiente control familiar, divorcios conflictivos, ausencia de los padres, etc. Orellana

(2004, p.7) cita a N. Ackrman (1974), quien afirma que el hogar es el campo de

entrenamiento donde la persona adquiere prácticas y cada vez mayor destrezas para cumplir

con una amplia variedad de roles sociales.

Con esto podemos deducir que los estilos de vida de los padres, sus valores básicos, sus

actitudes y conductas influyen sobre los estilos de vida de los hijos. Asimismo, los hijos de

padres fumadores, bebedores o tóxico dependientes son más proclives a tomar drogas que

los hijos de padres que no lo son. Un ambiente familiar demasiado permisivo, donde no

exista disciplina o control sobre los hijos; o demasiado rígido, donde los hijos se encuentren

sometidos a un régimen demasiado autoritario o sobreprotegido, puede fomentar el

consumo de drogas. Todo lo anterior expuesto puede crear un clima de riesgo, donde la

droga puede convertirse fácilmente en una válvula de escape.

Podemos incluir los factores de tipo social; según Blandón & Monroe (2009, p. 16) cita

a Malero (2003) quién afirmó que todas las condiciones poco favorables en el medio

geográfico y cultural en donde se desarrolla la vida de una persona, en el que interviene la

cultura, tradiciones, costumbres, valores, publicidad, educación, los amigos, el barrio en el

que se vive, todo esto incide en la persona a la hora de tomar la decisión de consumir un

tipo de droga.

Cuando el medio o grupo en el que el adolescente se desenvuelve es consumidor de

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