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GENEROS LITERARIOS (EJEMPLOS)


Enviado por   •  16 de Abril de 2015  •  2.390 Palabras (10 Páginas)  •  236 Visitas

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CUENTO “EL RUISEÑOR”

Hace ya muchos años, el palacio del Emperador chino era el más impresionante del mundo entero, coronado cada rincón con porcelana. Precioso y frágil obligaba a ir con cuidado antes de tocar nada. El jardín se encontraba lleno de maravillosas flores, y de las más bellas pendían campanillas en plata que sonaban para que nadie pudiera pasar de largo sin fijarse en ellas. Sí, en el jardín imperial todo estaba perfectamente organizado, y su extensión era tal que el propio jardinero no tenía idea de los límites del mismo. Aquí vivía un ruiseñor que cantaba de tal manera que los pescadores del lugar se detenían para admirar su canto.

Aun así tenían que atender sus redes y olvidarse del pájaro hasta la noche siguiente en que, al llegar de nuevo al lugar, volvían a admirar la belleza del ruiseñor.

De todos los países llegaban viajeros a la ciudad imperial, y admiraban el palacio y el jardín; pero en cuanto oían al ruiseñor, reconocían que era lo mejor del lugar.

Esto hizo que muchos escribiesen sobre este magnífico ruiseñor, hasta que libros se difundieron por el mundo, y algunos fueron leídos por el Emperador.

El Emperador nunca había oído hablar del ruiseñor, y por ello llamó al mayordomo para que le informara, pero el hombre tampoco tenía idea alguna de lo que hablaban los libros. El Emperador ordenó que lo buscasen para que cantase en su presencia.

Finalmente, una joven que trabajaba en la cocina reconoció que lo había escuchado cantar, por lo que se adentraron en los jardines hasta que lo encontraron.

Lo llevaron frente al Emperador y prepararon una gran fiesta en la que el ruiseñor cantaría, y tras hacerlo, el Emperador lloró y quiso premiarlo, pero el ruiseñor le dijo que sus lágrimas eran suficiente recompensa.

A partir de entonces fue mucha la gente que llegó para oír cantar al pájaro, hasta que un día desapareció. Todos lo tildaron de desagradecido y buscaron otro ruiseñor que lo reemplazase, pero no consiguieron dar con ninguno.

Poco después, el Emperador enfermó, y cuando pensaban que estaba a punto de morir, y lo único que pedía era escuchar de nuevo al ruiseñor. De repente y cuando todo parecía perdido, el ruiseñor apareció de nuevo.

Gracias a su canto consiguió salvar la vida del Emperador, y con ello, devolvió de nuevo las verdaderas riquezas al reino.

LA DIOSA BLANCA (José Emilio Pacheco, mexicano) – Poesia contemporánea

Porque sabe cuánto la quiero y cómo hablo de ella en su ausencia,

la nieve vino a despedirme.

Pintó de Brueghel los árboles.

Hizo dibujo de Hosukai el campo sombrío.

Imposible dar gusto a todos.

La nieve que para mí es la diosa, la novia,

Astarté, Diana, la eterna muchacha,

para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera.

Estorba sus labores y sus ganancias.

La odian por verla tanto y haber crecido con ella.

La relacionan con el sudario y la muerte.

A mis ojos en cambio es la joven vida, la Diosa Blanca

que abre los brazos y nos envuelve por un segundo y se marcha.

Le digo adiós, hasta luego, espero volver a verte algún día.

Adiós, espuma del aire, isla que dura un instante.

Categoría: Obras de Teatro de Drama

N° Participantes: 7

Ambientación (Escenarios):

Personajes: Cristian, Madre de Cristian, Padre de Cristian, Hermano de Cristian, Director, Profesora, Amador

Es muy temprano, a lo lejos un reloj anuncia con sus incesantes campanadas que son las nueve de la mañana. Una procesión de niños y jóvenes anda por la calle con prisa para no llegar tarde al colegio. Entre ellos, vemos un niño que anda apartado del resto de chicos, cabizbajo y a paso lento, sumido en sus pensamientos. Justo delante, un grupo de chicos camina junto, y parece que prepara algo en contra de Cristian.

Amador: (Sobresaliendo como el más alto del grupo de chicos y acercándose a grandes y desgarbadas zancadas a Cristian)

– ¡Mirad a quién tenemos detrás chicos, Cristian el gafotas!

Narrador: (Cristian ignora las palabras de Amador y continua andando como si nada hubiera pasado)

Amador: (Empujando por los hombros a Cristian con tal intensidad y fuerza que casi le tira contra el suelo)

– ¡No me ignores, piojoso! Quizá estás demasiado dormido aún para entender lo que te digo, ¿no es así?

Narrador: (El grupo de chicos estalla en grandes carcajadas y comienzan a cuchichear entre sí, ignorando a Cristian que a comenzado a andar a pasos más rápidos)

(Nos encontramos ahora dentro de una típica aula de clase, donde un numeroso grupo de chicos y chicas están sentados en sus pupitres mientras la profesora explica con aire severo y desde la pizarra la lección del día. Entre los pupitres más alejados, encontramos sentado al final a Cristian, que dibuja y garabatea en su cuaderno sin prestar atención)

Profesora: (Volviéndose a sentar en su silla)

– Muy bien chicos, vamos ahora a hablar de los deberes que os mandé para la tarde de ayer. ¿Algún voluntario? parece que no. Elegiré por orden de lista: Aguilar, Cristian. ¿Podrías leer tu redacción al resto de los compañeros y a mi?

Cristian: (Como despertando de un sueño)

– Lo siento señorita, no he echo los deberes.

Profesora: (Cruzada de brazos y mirando con gesto de enfado a Cristian)

– Lo imaginaba, ya van casi tres días seguidos que no has echo ninguna de las tareas que he mandado para casa. Voy a tener que hablar con tus padres otra vez.

Narrador: (Nos encontramos ahora en un despacho, con grandes estanterías repletas de libros y con una ventana que da a un patio exterior donde podemos ver a un grupo de niños jugando. Reunidos están los padres de Cristian y el director del colegio, que parecen muy preocupados por el estado del joven)

Director: (Apoyando los brazos en la mesa)

– Muy bien, ¿Como están? hacía poco que no les veía por aquí. Parece que Cristian ha vuelto a hacer de las suyas. Veamos la queja que nos hizo llegar la profesora de Lengua.

Madre de Cristian:

– ¡Ay este chico, es un desastre! no sabemos que hacer ya con él.

Director:

– Parece que Cristian volvió a dejar de lado sus deberes, y ha estado yendo a clase sin prestar atención a las lecciones.

Padre de Cristian:

– ¿Qué es lo que nos recomienda, Director?, en casa prácticamente no le vemos nunca, se encierra en su habitación. Hemos intentado hablar con él, pero desde que su hermano mayor

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