LAS ESTRELLAS

LAS ESTRELLAS

-Néstor!-se escuchaba el grito de su madre a lo lejos- ya nos vamos, no te olvides de hacer los mandados!

-No te preocupes mamá, cuídense- gritándole a su madre y padre que se iban alejando.

Néstor era el cuarto hijo de cinco, vivía con sus padres en el pueblo de Pushtak en Ica. Desde pequeño él aprendió a realizar laboriosos trabajos que para muchos de nosotros serian sumamente cansados. Como siempre Néstor se levantaba muy temprano junto con sus padres, él y sus hermanos ayudaban con toda la chacra, luego iban al colegio y como de costumbre cocinaban para su familia. Eso era la mayoría de días, sin embargo los sábados podía, desde las 6, echarse en el fresco gras y observar las estrellas que eran su fascinación.

-Esto es lo que quiero, quisiera poder algún día estudiarlas- siempre se repetía este frase.

Un día se percató que su madre gritaba desesperadamente, fue entonces cuando supo que algo malo había ocurrido. Ya había pasado una semana, pero aun todos sentían el dolor de haber perdido a su padre, Néstor jamás pensó que le pasaría esto a su familia. Con 17 años, Néstor decide irse a Lima para poder ayudar económicamente a su familia. De pronto recuerda que una tía suya, llamada Pilar, vivía allí en la capital. Se despidió de toda su familia les dio un gran abrazo a cada uno junto con un beso y luego partió.

Al llegar a Lima todo era confuso, nada se parecía al lugar donde antes él vivía. Llego a casa de su tía, la vio y se dio cuenta inmediatamente que no era una persona muy tratable. Su tía lo saludo casi sin ganas y le indicó donde dormiría, tan solo era un rincón pero Néstor se acomodó, luego de dejar sus cosas Pilar le comento a su sobrino que ella lo ayudaría a conseguir algún trabajo en la parada, en donde ella a su vez trabajaba. Así mismo le dijo que ella solo le daría un lugar donde dormir más él tenía que ver

que comía. Platicaron un rato, Néstor se dio cuenta que su tía no era mala sin embargo con el paso del tiempo y con la vida que había tenido la habían vuelto un tanto renegona. A la mañana siguiente el muchachito se levantó bien temprano y acompaño a su tía a la parada, ella simplemente lo dejo con un conocido de ella que era un cargador. Néstor se presentó y le dijo- Hola mi nombre es Néstor, necesito trabajar para ayudar a mi familia, yo soy juerte.- apenas termino el cargador se empezó a reír a carcajadas y le dijo- ¿Eres juerte ah? Veamos que tal te va cargando este saco de papas-. El pobre chico intento lo más que pudo pero lo único que logro fue mover un centímetro el costal de papas. De todas formas lo contrataron pero le pagaban lo mínimo y sufría bastante. Uno de estos días agotadores, de casualidad choco con una jovencita, el le pidió disculpas y ella las acepto.

- Debes tener más cuidado para la próxima o le volaras los cabellos a alguien- dijo la joven.

-Lo sé-lo recito riéndose- lo tendré en cuenta.

–Y cuéntame de dónde eres?, porque se nota que no eres de por aquí-

-Soy Néstor y vengo de Pushtak en Ica.

Pronto así entablaron una conversación, él se enteró el nombre que poseía ella, el cual era Ángela. Después de un rato ella se dio cuenta que a él no le convenía el trabajo en el que se encontraba, así que le conto sobre una oportunidad como moto taxista allí en la parada. Quedaron entonces de encontrarse al día siguiente por la mañana y así lo hicieron, fueron y hablaron con el jefe, ya que Néstor solo sabía montar caballo Ángela se comprometió a enseñarle a conducir un moto taxi. Los meses pasaban, el trabajando como en su moto taxi y ella en su puesto de verduras. Cada vez más, él se daba cuenta que sentía algo por Ángela, sin embargo nunca se atrevía a contárselo. Como era costumbre se encontraban en la mañana para desayunar pero este día ella no

...