ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Poesía Contemporánea


Enviado por   •  30 de Mayo de 2014  •  399 Palabras (2 Páginas)  •  203 Visitas

Página 1 de 2

Estados de ánimo – Mario Benedetti

Unas veces me siento

como pobre colina

y otras como montaña

de cumbres repetidas.

Unas veces me siento

como un acantilado

y en otras como un cielo

azul pero lejano.

A veces uno es

manantial entre rocas

y otras veces un árbol

con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas

como laguna insomne

con un embarcadero

ya sin embarcaciones

una laguna verde

inmóvil y paciente

conforme con sus algas

sus musgos y sus peces,

sereno en mi confianza

confiando en que una tarde

te acerques y te mires,

te mires al mirarme.

No hay pura luz – Pablo Neruda

NO hay pura luz

ni sombra en los recuerdos:

éstos se hicieron cárdena ceniza

o pavimento sucio

de calle atravesada por los pies de las gentes

que sin cesar salía y entraba en el mercado.

Y hay otros: los recuerdos buscando aún qué morder

como dientes de fiera no saciada.

Buscan, roen el hueso último devoran

este largo silencio de lo que quedó atrás.

Y todo quedó atrás, noche y aurora,

el día suspendido como un puente entre sombras,

las ciudades, los puertos del amor y el rencor,

como si al almacén la guerra hubiera entrado

llevándose una a una todas las mercancías

hasta que a los vacíos anaqueles

llegue el viento a través de las puertas deshechas

y haga bailar los ojos del olvido.

Por eso a fuego lento surge la luz del día,

el amor, el aroma de una niebla lejana

y calle a calle vuelve la ciudad sin banderas

a palpitar tal vez y a vivir en el humo.

Horas de ayer cruzadas por el hilo

de una vida como por una aguja sangrienta

entre las decisiones sin cesar derribadas,

el infinito golpe del mar y de la duda

y la palpitación del cielo y sus jazmines.

Quién soy Aquél? Aquel que no sabía

sonreír, y de puro enlutado moría?

Aquel que el cascabel y el clavel de la fiesta

sostuvo derrocando la cátedra del frío?

Es tarde, tarde. Y sigo. Sigo con un ejemplo

tras otro, sin saber cuál es la moraleja,

porque de tantas vidas que tuve estoy ausente

y soy, a la vez soy aquel hombre que fui.

Tal vez es éste el fin, la verdad misteriosa.

La vida, la continúa sucesión de un vacío

que de día y de sombra llenaban esta copa

y el fulgor fue enterrado como un antiguo príncipe

en su propia mortaja de mineral enfermo,

hasta que

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (2 Kb)
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com