Derecho Agrario

TIERRA, PODER POLÍTICO Y REFORMAS AGRARIA Y RURAL

Para nadie es un secreto que el problema agrario en Colombia es uno de los más alarmante puesto que no es actual, es un penetrante conflicto que viene desde años atrás, generando consigo problemas en ámbitos diferentes al económico; como el ámbito social, político, cultural, etc.

El tema agrario, ha sido, según la evolución histórica del conflicto, el principal problema a analizar, y dentro de esta, Darío Fajardo Montaña, Antropólogo, Universidad Nacional de Colombianos propone en el texto que el núcleo de todo esto es la concentración de la propiedad, demostrada con datos que a vista de cualquier persona serian insólitos pero que hacen parte de nuestra realidad; el hecho de que con el pasar del tiempo aumenten los terrenos más grandes (de más de 200 hectáreas) en manos de sólo el 0,4% de la población y que esta cifra se reduzca cada vez más las fincas menores de 5 hectáreas que correspondían al 65,7% de los propietarios, controlaban el 5% de la superficie; en 1996, este rango representaba el 66,8% y controlaba el 4,3% de la superficie. Y en 2001, las fincas menores de 3 hectáreas, pertenecientes al 57,3% de los propietarios, controlaban el 1,7% de la superficie. Entre tanto, en 1984, las fincas mayores de 500 hectáreas correspondían al 0,5% de los propietarios y controlaban el 32,7% de la superficie; en 1996, este rango correspondía al 0,4% de los propietarios y controlaba el 44,6% de la superficie. En el 2001, las fincas de más de 500 hectáreas correspondían al 0,4% de los propietarios que controlaban el 61,2% de la superficie.

A esta dificultades se ha llegado desde varios factores, económicos, sociales, culturales, todos a efecto del Estado, por ejemplo, la estructura neoliberal establecida para la apertura económica a mercados extranjeros y la eliminación de barreras arancelarias para la amparo de la mercancía nacional han traído consecuencias principalmente al sector rural, lugar que es en esta donde se produce la principal materia para exportación o sostenimiento alimentario, y al entrar mercancías de otros países sin control solo acaba la producción interna de nuestro país.

Con esto, por tanto, se cambia también la destinación del uso de las tierras, es decir, tierras que antes se usaban para el cultivo de cebada, ahora son dedicadas a la ganadería extensiva (principal alternativa) puesto que la importación de cebada de otros países hace que se pueda menear económicamente dentro a precios más bajos que los de la producción nacional. Así la destinación de las tierras ha cambiado para poder entrar en ese nuevo mundo competitivo, el mundo de la oferta y la demanda, terminando a su paso con los cultivos transitorios, cultivos de pan coger que garantizaban la soberanía alimentaria, y la sostenibilidad de las familias campesinas.

Esta repartición no equitativa de la tierra nos muestra por otro lado la realidad bajo la que vive el pequeño campesino, el micro minifundista, que para tener posibilidades de supervivencia se acoge a la colonización artesanal de tierras que están fuera de la frontera agrícola ya establecida generando consigo problemas en estos momentos ambientales, que deja de lado la importancia por la conservación del medio ambiente y se enfoca en la supervivencia individual. No estamos diciendo que las consecuencias ambientales sean completamente culpa de los pequeños campesinos, el Estado y el poder que lo maneja han tenido un acontecimiento muy marcado en este aspecto.

Todo lo que vemos hoy por hoy, es consecuencia de problemas antes establecidos, el problema de la concentración de la tierra no es actual, es un problema de evolución histórica; desde la colonia hasta nuestros días la tenencia de la tierra ha estado en mano siempre en su mayoría por las personas a privanzas del poder del Estado. Otra de las consecuencias

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