ANTICIPACIONES A LA INTERVENCIÓN SÓCRATES-DIOTIMA EN LOS DISCURSOS DE FEDRO, PAUSANIAS, ERIXÍMACO, ARISTÓFANES Y AGATÓN

Es posible que de entre los comensales que asisten a la celebración en la casa de Agatón, el único que se atenga en su encomio a Eros a la verdad sea Sócrates. Sin embargo, ciertamente hay ciertas anticipaciones en los discursos anteriores a la intervención Sócrates-Diotima que garantizan la idea de que sólo se puede alcanzar la verdad (doctrina de Diotima) a través de un proceso lento y escalonado. Por tanto, el lector no accederá a ésta sino hasta haber leído los discursos de los demás oradores que servirán de cimientos a la teoría sobre el amor de Sócrates-Diotima.

El primero en encomiar a Eros es Fedro, y a la vez el dueño de la idea, consistente en que cada uno de los comensales pronuncie un discurso de alabanza en honor del dios. Eros, es el más antiguo de los dioses y el causante de los mayores bienes para los hombres, según Fedro, y sobretodo el único por el que están dispuestos los amantes a morir. Sobre esto último, Sócrates dirá (208 c- d) que efectivamente Eros inspira valor y sacrificio personal, pero agregará que, aún más que por sus hijos, los hombres están dispuestos a dar su vida por llegar a ser famosos y dejar para siempre una fama inmortal. Por lo tanto, para Sócrates, a diferencia de Fedro que por Eros sólo entiende la pasión sexual, existirán dos tipos de amor, uno que prefiere más el cuerpo y otro que ama más el alma, lo que nos catapulta hasta el próximo orador.

Para Pausanias, en efecto, existen dos tipos de Eros, el celeste y el popular. El Eros popular prefiere más el cuerpo, mientras que el celeste ama más el alma. Sócrates, como se vio, compartirá esta idea de Pausanias respecto a que Eros no es un dios unitario, y dirá (206 c) que todos los hombres desean procrear en lo bello, pero no sólo según el cuerpo, sino también según el alma.

Es el turno de Aristófanes, pero como le sobreviene un ataque de hipo, Erixímaco toma su lugar para aprobar la doble naturaleza de Eros establecida por Pausanias y para demostrar que esta realidad no sólo existe en las almas de los hombres como impulso hacia lo bello, sino que en toda la naturaleza como inclinación hacia otras muchas cosas. Respecto a esto último, Sócrates dirá (205 a – e) que efectivamente Eros no se limita a la relación del alma humana ante la belleza, sino que es común a todos los hombres como impulso hacia muchas otras cosas, como a la gimnasia o a la sabiduría, sólo que no se dice que quienes se dedican al amor de estas maneras están enamorados, ni se les llama amantes, esto porque se ha separado una especie particular de amor, y dándole el nombre del todo del que forma parte, se ha denominado amor.

Aristófanes, se ha recuperado de su hipo y se dispone a hablar. Su intervención se divide en dos grandes secciones: el mito y consecuencias que se derivan del mismo. Para Aristófanes, el estado actual del hombre no fue el originario, sino que antiguamente los seres humanos

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