Confianza total para vivir mejor ENSAYO

CONFIANZA TOTAL [ENSAYO]

Conforme fui avanzando en la lectura del libro Confianza Total para vivir mejor, más me fue entrando “angustia” por saber que este ensayo debe ser de máximo una cuartilla. ¿Cómo tomar sólo las partes que yo considero importantes o las partes con las que me he quedado, cuando son muchas las partes las que me dejaron con la boca abierta?

Mis capítulos favoritos fueron los que hablan del miedo y los que hablan del liderazgo. Todo el libro en general me gustó mucho e incluso me atrevo a decir que a mi mamá también, ya que me dediqué a leerlo casi en su totalidad en voz alta a mitad de mi casa. Sin embargo, existen motivos por los que esos capítulos me merecen una mención especial.

Aquellos capítulos que hablan de la autoestima y la superación del miedo fueron muy importantes para mí, ya que, después de ser evaluada repetidamente, por múltiples psicólogos, a lo largo de toda mi adolescencia, estos temas se volvieron muy comunes; incluso, llegó un punto en que su significado se distorsionó y perdió valor. Con mi última psicóloga es que volvió a tener sentido. Tratamos el tema durante años con mucho énfasis, ya que si había algo que me sobraba era miedo, y si había algo que me hacía muchísima falta, era una buena autoestima. Así que, para mí, leer estos temas fue como volver a vivir aquellos momentos tan difíciles que me dejaron todas las herramientas con las que pude formar quien soy ahora.

El tema del liderazgo me gustó por lo nuevo que aprendí. La idea de ser líder, más allá de un grupo de trabajo o estudio, de mi propia vida y mis emociones, es una perspectiva que nunca había tenido. Sí, bien, puede que haya existido en algún lugar de mi mente y de vez en cuando rascaba la superficie como si supiera que es algo a lo que debía poner atención; pero leer el tema y leer los testimonios fue refrescante y totalmente revelador.

Ojalá pudiera extenderme a placer para detallar los motivos por los que cada capítulo me pareció tan bueno como necesario de analizar; pero como por el momento no es posible, me detendré sólo en dos puntos más del libro.

El primer punto es el tema del perdón. Preguntas como “¿hay alguien a quien quieres perdonar?” o “¿hay alguien a quien quieras pedir perdón?”, me dejaron pensando en que la respuesta a ambas preguntas es un definitivo sí. El tema del control de las emociones, así como la necesidad de permitirnos sentirlas, no es nuevo para mí; por lo que ya he puesto en práctica la idea de permitir que mis emociones fluyan para que no me dañen, así como incentivar a otros a no reprimir lo que sienten. Sin embargo, aunque el perdón tampoco es un tema nuevo para mí, fui plenamente consciente de que hay cosas importantes en mi vida que no he podido soltar por no poder perdonar, no saber pedir perdón, o bien, no saber aceptar y dejar ir; lo cual, eventual e inevitablemente, influyen en cómo vivo mis emociones.

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