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EL BIEN Y LOS VALORES HEDONISMO Y EUDEMONISMO


Enviado por   •  29 de Mayo de 2013  •  1.466 Palabras (6 Páginas)  •  1.152 Visitas

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EL BIEN Y LOS VALORES HEDONISMO Y EUDEMONISMO:

Hedonismo:

El Hedonismo es la doctrina filosófica que plantea la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida. Plantea que el placer es el único o primordial bien de la vida, y que ésta trae la felicidad; por lo tanto, el ser humano debería pasar toda su vida buscando el placer.

En la Grecia antigua, se formularon dos importantes doctrinas o teorías hedonistas:

• Los cirenaicos, o hedonismo egoísta, en el cual la satisfacción de los deseos personales inmediatos, sin tener en cuenta a otras personas, se consideraba el supremo fin de la existencia. Según éstos, el conocimiento pertenece a sensaciones efímeras del momento, y por lo tanto, es imposible establecer una escala de valores morales donde se es posible conocer los placeres que son convenientes, y las consecuencias que éstos pueden traer en un futuro.

Fue planteado por una escuela filosófica llamada escuela cirenaica fundada por Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, en el siglo V a.C. El principal objeto de estudio de los cirenaicos era la ética. En teoría del conocimiento, los cirenaicos defendieron una posición sensualista (la única fuente de conocimiento eran los sentidos) y subjetivista (no hay más conocimiento que el conocimiento individual, como se dijo antes).

• Los epicúreos, o hedonismo racional, sostenían que el placer verdadero es solo alcanzable por la razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la prudencia. (Ver epicureísmo). Fue planteada por Epicuro de Samos, quien vivió en Grecia entre el 340 y el 270 a.C. Estas dos corrientes sobrevivieron sin grandes cambios hasta los tiempos modernos.

En los siglos XVIII y XIX los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill propusieron la doctrina del hedonismo universal, más conocido como utilitarismo. De acuerdo con esta teoría, el criterio...

I.- DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DEL BIEN

El ser humano confía en su propia percepción para decidir el grado de responsabilidad de sus actos y en su propia conciencia para juzgar el carácter bueno o malo, la bondad o la maldad de dichos actos. No hay en el mundo un tribunal de apelación más alto que el testimonio de la conciencia. Pero la moralidad subjetiva no es suficiente. Necesitamos tener un criterio objetivo.

Por eso surge la pregunta: ¿Qué es lo bueno?, ¿puede establecerse un concepto objetivamente válido del valor bondad?... Muchos afirman que el bien es simplemente el bien, irreductible, inanalizable e indefinible. Pero, si no podemos definir el bien, ¿cómo lo conoceremos cuando se nos presente? ¿Será acaso por una especie de intuición?

Podemos recorrer un mejor camino acogiéndonos, aun sin pretender lograr una definición, a la descripción que hicieron los antiguos filósofos acerca del bien.

Aristóteles empieza su ETICA A NICOMACO con la declaración: " el bien es aquello que todas las cosas persiguen". Esto no nos define el bien, pero nos ayuda a reconocer la relación entre el bien y el fin (que define como "aquello por amor de lo cual una cosa es hecha"). Esto supone una visión "teleológica" de la realidad, es decir, nuestro mundo no es un mundo sin dirección, la naturaleza es su principio de dirección. Pero no imaginemos la naturaleza como una especie de conductor, ya sea interno o externo al ser, ni algo distinto del ser que actúa, sino el ser mismo. La naturaleza no es otra cosa que lo que los antiguos llamaban la esencia de las cosas, el principio u origen de su actividad. La dirección supone no sólo una naturaleza, un principio motor para hacer que las cosas se muevan, sino también un objetivo hacia dónde moverse. Así, pues, naturaleza y fin son términos correlativos. La actividad natural es actividad teleológica.

Todo fin es un bien y todo bien es un fin. Un fin no se perseguiría a menos que fuera algo bueno para el que lo persigue y el bien, al ser perseguido, es el fin o propósito del afán de quien lo busca. Ninguna actividad es posible, como no sea para la consecución de algún fin, por amor de algún bien. Este es el principio de finalidad o teleología.

Sea lo que sea lo que se piensa de la teleología en el universo en general, nadie puede negar que los seres humanos actúan con miras a fines. Inclusive si alguien tratara de demostrar que no lo hacen, tendría esta demostración como su fin. El dejar de adaptar el individuo su conducta

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