El Hombre En Busca Del Sentido-analisis

“El hombre en busca del sentido”, una obra autobiográfica de Viktor Frankl, un médico psiquiatra que cuenta su experiencia personal dentro de un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Fue privado de libertad y uno de los pocos sobrevivientes de Auschwitz, donde tuvo que tomar importantes decisiones que lo llevaron a un posible suicidio y encontrar el verdadero sentido de la vida.

Es una historia llena de emociones dentro de una dramática situación, en donde expone que en las más aberrantes y extremas condiciones de sufrimiento y deshumanización, el hombre debe encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual. Lo divide en tres fases: una que trata del internamiento en el campo, otra de la vida en el campo y la última de la liberación.

De esta manera, se realiza un análisis y reflexión del sentido de la vida del hombre, la felicidad humana y cuáles son los objetivos y finalidades, considerando las 5 notas definitorias del ser humano.

En primer lugar, la intimidad es la primera nota definitoria que describe a una persona, es interna y sólo ella conoce. Son pensamientos de los cuales nadie tiene conocimiento hasta que se comunican. Es inminente, ya que no se trata de un lugar donde todo queda guardado para uno mismo sin que nadie sepa, si no dentro de una intimidad que crece y se manifiestan diversas realidades que antes no se encontraban y que son las cosas que a una persona se le ocurren.

La obra “El hombre en busca del sentido”, es un claro ejemplo de intimidad física, psicológica y espiritual, que se pueden apreciar en diversos fragmentos de las tres fases que el autor plasma en la obra y donde destaca que, mientras estuvo prisionero en el campo de concentración, casi nunca nadie hablaba de sus propias experiencias, nadie las entendería ni comprendería por que no era necesario contar.

En segundo lugar, la siguiente nota definitoria que define a una persona es la capacidad de dar. Es capaz de dar y entregar de sí todo lo que puede. Sólo las personas son capaces de dar. Pero para que exista esta posibilidad que alguien la acepte y reciba, que alguien se quede con lo que se da. Esta nota definitoria corresponde a una capacidad de aceptar, y aceptar es acoger en nuestra propia intimidad lo que nos dan. Dar no quiere decir que la persona dejará algo abandonado, sino que alguien lo acoja de buena forma y que se valore. En el relato, mencionado anteriormente, la capacidad de dar se ve plasmada en los sentimientos del narrador, que le nacen cuando tomó la decisión de fugarse, pero éste siente la necesidad de quedarse con sus seres queridos, lo que le provocó una paz interior. No recibiría nada a cambio, pero a él no le importaba.

Los prisioneros de Auschwitz se ven afectados por grandes enfermedades, la mayoría no sobrevivió por motivos de tratamientos y curas, hasta que un comandante por iniciativa propia decide comprar de su propio bolsillo medicamentos para los afectados, lo que generó asombro en los reclusos. Tampoco recibió nada a cambio, por lo que podemos inferir que él sintió la necesidad de ayudar y dar lo que se pudiera o de mejorar el trato hacia ellos generando una gratificación en él.

En tercer lugar, la capacidad de manifestarse y dialogar permite la posibilidad de sacar de sí lo que hay en el interior. La persona es un ser que se manifiesta, que se puede mostrar a sí mismo y mostrar las novedades que tiene, es un ser que se expresa

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