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Filosofia Ejercicio de Pensamiento y Gestualidad


Enviado por   •  27 de Marzo de 2015  •  1.253 Palabras (6 Páginas)  •  200 Visitas

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Ejercicio de Pensamiento y Gestualidad

Tal y como ahora soy capaz de percibirlo, la filosofía de la educación

consiste, entonces, en una serie de ejercicios de pensamiento,

no simplemente experimentos mentales, sino ejercicios de la mente y

del cuerpo: espirituales, en el sentido griego del término: interiores al

sujeto.

Tales ejercicios de pensamiento evocan, pues, los ejercicios espirituales

a los que se ha referido Hadot en su tentativa de recuperación

y actualización de la filosofía antigua. Aunque, como el mismo Hadot

reconoce, puede que esta expresión no sea muy afortunada, sirve para

designar un tipo de actividad, siempre del género discursivo – ya sea

racional o imaginativa – “[...] dirigida a modificar, en sí misma o en los

demás, la manera de vivir y de ver el mundo” (Hadot, 2007, p. 19). Se

trata de unos ejercicios en los que el sujeto tiene la tarea de enfrentarse

consigo mismo, haciéndose presente en lo que piensa y en lo que hace.

Esta capacidad para hacerse presente en el propio presente, y para vivir

su acontecimiento, es tanto como vivir lo que Goethe llamaba la salud

del momento (Hadot, 2010).

La filosofía de la educación, entendida como la estoy tratando de

pensar aquí, trata de dar respuestas, y sobre todo formularse preguntas,

sobre la vida y la experiencia educativas, para lo cual necesita prestar

especial atención a las experiencias de la educación. Cuando digo que

la filosofía de la educación es un ejercicio de pensamiento, o una serie de

ellos, tengo en mente la formulación que de esta noción realizó Hannah

Arendt, al definir sus ejercicios de reflexión política en Entre el pasado

y el futuro:

Se trata de ejercicios de pensamiento político, tal como

surge de la realidad de los incidentes políticos (aunque

esos incidentes se mencionan sólo de manera ocasional)

[...] Estos ejercicios se mueven entre el pasado y el futuro,

razón por la cual contienen tanto críticas como experimentos,

pero los experimentos no procuran dibujar una

especie de futuro utópico, y la crítica del pasado, de los

conceptos tradicionales, no busca un desprestigio [...] Me

parece, y espero que el lector esté de acuerdo, que el ensayo

como forma literaria posee una afinidad natural con

los ejercicios que tengo en mente (Arendt, 1996, p. 20).

Este tipo de ejercicios de pensamiento no tienen como propósito

prescribir, es decir, orientarnos según reglas fijas en la actividad del

pensar: “Su único objetivo es adquirir experiencia en cuanto a cómo

pensar; no contienen prescripciones sobre qué hay que pensar ni qué

verdades deben sustentar. Más aún, no pretender restablecer el hilo roto

de la tradición” (Arendt, 1996, p. 20). Educação & Realidade, Porto Alegre, v. 38, n. 3, p. 703-730, jul./set. 2013.

Disponível em: <http://www.ufrgs.br/edu_realidade>

Bárcena

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Tenemos que aprender a pensar sin la mediación de la tradición, y

esto significa que el pensamiento sólo puede contar ya con la experiencia

de lo que acontece: “Mi tesis es que el propio pensamiento surge de

los incidentes de la experiencia viva y debe seguir unido a ellos a modo

de letrero indicador exclusivo que determina el rumbo” (Arendt, 1996,

p. 20). El pensar es apertura a la experiencia, que es la que da que pensar.

Para Arendt pensar es vivir, y vivir es tener que pensar. Y no hay pensamiento

sin riesgo. Pensar, como vivir, es exponerse: “La necesidad de

pensar sólo se puede satisfacer pensando, y los pensamientos que tuve

ayer satisfarán hoy este deseo sólo porque los puedo pensar de nuevo”

(Arendt, 1996, p. 20).

Un filosofar así, como he señalado, no establecería una distancia

protectora frente a la realidad – que pensamos a costa de mantenernos

alejados de ella –, sino una presencia poética, que siempre es una relación

corporal o conocimiento encarnado. Es la distancia que en cada

ocasión adoptamos para ver (y estar en) lo que hay. Pues la realidad

no es tanto un objeto de conocimiento o una representación como un

acontecimiento, es decir, presencia. Y ese hacernos presentes en la realidad

requiere la adopción de u na distancia apropiada, una presencia

poética. Porque ni en el demasiado-cerca ni en el demasiado-lejos vemos

ni sabemos nada.

La

...

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