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MUERTE Y VIDA ESPIRITUAL SEGÚN LA DOCTRINA ESPIRITA


Enviado por   •  14 de Febrero de 2013  •  2.333 Palabras (10 Páginas)  •  671 Visitas

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MUERTE Y VIDA ESPIRITUAL SEGÚN LA DOCTRINA ESPIRITA

Sonia Doi *

MUERTE. ¿Cuál es la definición de muerte?

Desde el punto de vista medico-legal, muerte es el cese irreversible de la vida (lo que significa la terminación espontánea de las funciones respiratorias y circulatorias del cuerpo y la completa ausencia de función cerebral por más de 30 minutos). Encarada por esta estremecedora y temible realidad, la raza humana ha tratado de entender desde los tiempos antiguos lo que sucede en el momento de la muerte.

Allan Kardec comienza el Capítulo Uno de El Cielo y el Infierno con preguntas que siempre nos han inquietado: “Vivimos, pensamos, obramos, he aquí lo positivo: moriremos, esto no es menos cierto. Pero dejando la Tierra, ¿a dónde vamos? ¿Qué es de nosotros? ¿Estaremos mejor o peor? ¿Seremos o no seremos?” “¿Acaso existe algo más aflictivo que el pensamiento de la absoluta destrucción? Puros afectos, inteligencia, progreso, saber laboriosamente adquirido, todo esto sería perdido, aniquilado. ¿Qué necesidad habría de esforzarse en ser mejor, reprimirse para refrenar sus pasiones, fatigarse en adornar su inteligencia, si no debe uno recoger de todo fruto alguno, sobre todo con el pensamiento de que mañana quizá no nos sirva ya para nada?”

No obstante, algo bien profundo dentro de nosotros nos dice que el fin de nuestra existencia no puede ser nuestro destino. La idea de la pre-existencia del alma y la inmortalidad emergieron en antiguas civilizaciones como la de los Caldeos, los Egipcios y los Hindúes, y ocuparon la mente de numerosos filósofos. Por ejemplo, las ideas de Sócrates y Platón sobre la sobrevivencia del alma puede ser contemplada en el siguiente pasaje: “Si el alma es inmaterial, entonces luego de esta vida deberá ir a un mundo igualmente inmaterial e invisible, de la misma forma que el cuerpo se descompone y regresa a la materia.” Hombres sabios como Pitágoras, Voltaire y Víctor Hugo, entre otros, también han expresado su creencia en la inmortalidad del alma. Pitágoras, quien creía que el alma es inmortal, solía decir que él mismo recordaba haber nacido cuatro veces antes de haber nacido como Pitágoras. El, así como Jesús y Sócrates, no dejó ningún trabajo escrito, pero la siguiente enseñanza a sido atribuida a él: “… siempre has juiciosas y bien pensadas decisiones para asegurar la victoria de lo mejor que existe en tu ser: el espíritu. Así que cuando abandones tu cuerpo material y te alces al éter, seas inmortal, un dios que nunca muere, ya no mas un mortal.”

Los seres humanos siempre han tenido una intuición innata que la muerte no es el final de la existencia, y esta creencia es mucho más común que la idea que la muerte significa la destrucción total. De hecho, aquellos que realmente creen en la aniquilación son una muy pequeña minoría. Entre aquellos llamados libres pensadores o no-creyentes existe más duda que convicción, y más miedo de la aniquilación que les gustaría demostrar.

¿Pero, como se explica que aquellos que creen en la inmortalidad del alma aún presenten tan fuerte apego a la vida terrestre y un tan gran temor a la muerte?

El temor a la muerte es consecuencia del instinto de conservación común en todas las criaturas vivas. En realidad, este intuitivo temor a la muerte es otra prueba de la sabiduría de Dios. ¿Por qué? Resulta que si no fuera por este temor, aquellos que creyesen en la inmortalidad del alma pero sin el esclarecimiento de la importancia de la vida como un paso de adelantamiento espiritual, buscarían muy a menudo la interrupción de su existencia material cuando impactados por desilusiones y miserias. Por ende, la creencia en la vida espiritual nos sirve mejor cuando empezamos a entender las razones por las que vivimos y lo que nos sucede cuando entramos al reino espiritual.

Desde las primeras civilizaciones, hemos sido visitados e inspirados por espíritus. Nuestra percepción rudimentaria del mundo espiritual originó al comienzo una variedad de formas de adoración y rituales que han evolucionado a medida que nuestro intelecto se fue desarrollando progresivamente con el tiempo. Manifestaciones visuales, verbales y físicas de espíritus establecieron una comunicación entre el mundo material y el mundo espiritual. No obstante, por siglos y siglos el hombre ha continuado sin comprender claramente la existencia de la vida espiritual, creando mitos, incertidumbres, confusión y hasta temor.

Cuando las manifestaciones de los espíritus comenzaron ha ser observadas críticamente por Allan Kardec, basadas en la reproducibilidad científica y la ausencia de fraude y engaños, las revelaciones sobre la existencia de una vida futura comenzaron a tener sentido para nosotros. Solo entonces la información fragmentada y las manifestaciones ininteligibles de los espíritus fueron decodificadas en una forma racional e iluminada, culminando en la estructuración de la Doctrina Espirita.

“No fueron los hombres los que descubrieron el mundo espiritual, sino los habitantes de este mundo los que vinieron a describir su nueva condición”, dice Kardec en El Cielo y el Infierno. Indicaciones de una vida después de la muerte a través de comunicaciones de los espíritus han aparecido en todas las partes de la tierra. El fenómeno que envolvió a las hermanas Fox en el año 1848 en los Estados Unidos es considerado un punto de referencia en las comunicaciones de los espíritus. Mas reciente aún, una serie de evidencias sobre vida después de la muerte ha surgido relacionadas con experiencias cercanas a la muerte (ECM) y experiencias de vidas pasadas, especialmente en los Estados Unidos. Cientos de casos han sido observados cuidadosamente, registrados y examinados por un gran número de personas, incluyendo médicos como Raymond Moody Jr., Ian Stevenson, Brian Weiss y Melvin Morse, por mencionar solamente algunos. Ellos han conducido observaciones independientes de creencias religiosas y doctrinales, y asimismo han claramente sostenido la existencia de una vida espiritual muy activa. Las impresionantes similitudes de los testimonios de personas que han experimentado muerte clínica, entrado a la vida espiritual y regresado, han tomado el interés de los investigadores, quienes han comenzado a estudiar cambios físicos y de comportamiento que ocurren luego de experiencias cercanas a la muerte. Los primeros resultados demostrando cambios en ondas cerebrales han sido publicadas recientemente y un proyecto científico independiente se dispone ahora a estudiar los cambios en el sistema inmune luego de una experiencia cercana a la muerte. La revista

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