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Plática o exhortación que hacía un padre a su hijo


Enviado por   •  25 de Agosto de 2012  •  2.591 Palabras (11 Páginas)  •  1.627 Visitas

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“Plática o exhortación que hacía un padre a su hijo.

Hijo mío, creado y nacido en el mundo por Dios, en cuyo nacimiento nosotros tus padres y parientes pusimos los ojos. Has nacido y vivido y salido como el pollito del cascarón, y creciendo como él, te ensayas al vuelo y ejercicio temporal. No sabemos el tiempo que Dios querrá que gocemos de tan preciosa joya. Vine, hijo, con tiento, y encomiéndate al Dios que te crió, que te ayude, pues es tu padre que te ama más que yo. Suspira a él de día y de noche, y en él pon tu pensamiento. Sírvele con amor, para que te haga favor y te libre de peligros. A la imagen de Dios y a sus cosas ten mucha reverencia, y ora delante de él devotamente y participa en sus fiestas.

Reverencia y saluda a los mayores, no olvidando a los menores. No seas como mudo, ni dejes de consolar a los pobres y afligidos con dulces y buenas palabras. A todos honra, y más a tus padres, a los cuales debes obediencia, servicio y reverencia, y el hijo que esto no hace no será bien logrado. Ama y honra a todos, vivirás en paz y con alegría. No sigas a los locos desatinados que ni acatan a padre ni reverencian a madre, mas como animales dejan el camino derecho, y como tales, sin razón, ni oyen doctrina, ni se dan nada por corrección… No salgas ni entres delante de los mayores; antes sentados o en pie, dondequiera que estén, siempre les das la ventaja, y les harás reverencia. No hables primero que ellos, ni atravieses por delante, porque no seas de otros notado por malcriado. No comas ni de lo primero, antes sirve a los otros, porque así alcanzarás la gracia de los dioses y de los mayores. Si te fuere dado algo, aunque sea de poco valor, no lo menosprecies, ni te enojes, ni dejes la amistad que tienes, porque los dioses y los hombres te querrán bien. No tomes ni llegues a mujer ajena, ni por otra vía seas vicioso, por qué pecarás contra los dioses, y a ti harás mucho daño. Aún eres muy tierno para casarte, como un pollito, y brotas como la espiga que va echando de sí. Sufre y espera, porque ya crece la mujer que te conviene: polo en la voluntad de Dios, porque no sabes cuándo te morirás. Si tú casar te quieres, danos primero parte de ello, y no te atreva hacerlos sin nosotros. Mira, hijo, no seas ladrón, ni jugador, porque caerás en gran deshonra.” Alfredo López Austín. La Educación de los antiguos nahuas I. Méx. 1985.

Como podemos apreciar en este fragmento de Huehuetlahtolli, las rigurosas normas eran éticas y morales guiaban las interacciones sociales. El cuidado discurso, firme pero amoroso, le señala al hijo una forma de comportarse en la vida y en el mundo. Estas exhortaciones eran aprendidas de memoria y trasmitidas de padres a hijos durante los siglos, de modo que dejó en el subconsciente colectivo, de los hijos de los hijos de Los Viejos Abuelos, los mexicanos de hoy en día, una norma de conducta, una educación adquirida a través de los siglos de ejercitarla de generación en generación aplicándola en el hogar y la cultura popular.

Este tesoro educativo sigue vivo y vigente en las familias mexicanas, conformando la educación, que es trasmitida de manera oral y por el ejemplo, al interior de las familias. Se requiere revalorar y dimensionar este legado cultural para apoyar la educación escolar en el aula

“Plática o exhortación que hacía un padre a su hija.

Es este un texto clásico que solían repetir los padres nahuas (aztecas, texcocanos, etc.) a sus hijas cuando llegaban a la edad de discreción. En las palabras del padre se transmitían los grandes ideales de la cultura de los antiguos mexicanos, presentados en forma asequible a la capacidad de la niña. No solamente como documento para conocer la cultura de los antiguos mexicanos, sino aun desde el punto de vista literario, el presente discurso posee valor extraordinaria.

1º.Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mí hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está en imagen.

2°. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente, el inventor de los hombres.

3°. Ahora que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, cansancio. Por aquí surge, crece el sufrimiento, la preocupación.

4°. Aquí en la tierra es lugar de mucho llanto, lugar donde se rinde el aliento, donde es bien conocida la amargura y el abatimiento. Un viento como de obsidianas sopla y se desliza sobre nosotros.

5°. Dicen que en verdad nos molesta el ardor del sol y del viento. Es este lugar donde casi perece uno de sed y de hambre. Así es aquí en la tierra.

6º.Oye bien, hijita mía, niñita mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza.

7°. Así andan diciendo los viejos: "para que no siempre andemos gimiendo, para que no estemos llenos de tristeza, el Señor nuestro nos dio a los hombres la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes.

8°. Todo esto embriaga la vida en la tierra, de modo que no se ande siempre gimiendo. Pero, aun cuando así fuera, si saliera verdad que sólo se sufre, si así son las cosas en la tierra, ¿acaso por esto se ha de estar siempre con miedo? ¿Hay que estar siempre temiendo? ¿Habrá que vivir llorando?

9°. Porque, se vive en la tierra, hay en ella señores, hay mando, hay nobleza, águilas y tigres. ¿Y quién anda diciendo siempre que así es en la tierra? ¿Quién anda tratando de darse la muerte? Hay afán, hay vida, hay lucha, hay trabajo Se busca mujer, se busca marido.

10°. Pero, ahora, mi muchachita, escucha bien, mira con calma: he aquí a tu madre, tu señora, de su vientre, de su seno te desprendiste, brotaste.

11°. Como si fueras una yerbita, una plantita, así brotaste. Como sale la hoja así creciste, floreciste. Como si hubieras estado dormida y hubieras despertado.

12°. Mira, escucha, advierte, así es en la tierra: no seas vana, no andes como quiere, no andes sin rumbo. ¿Cómo vivirás? ¿Cómo seguirás aquí por poco tiempo? Dicen que es muy difícil vivir en la tierra, lugar de espantosos conflictos mi muchachita, palomita, pequeñita.

13º. Sé cuidadosa, porque vienes de gente principal, desciendes de ella, gracias a personas ilustres has nacido. Tú eres la espina y el brote de nuestros señores. Nos fueron dejando los señores, los que gobiernan; los avales allá se fueron colocando en fila, los que vinieron a hacerse cargo

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