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Renacimiento


Enviado por   •  2 de Mayo de 2014  •  1.431 Palabras (6 Páginas)  •  203 Visitas

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«El hombre es la medida de todas las cosas

Rasgos del Renacimiento:

1) La aparición de un orgulloso espíritu de la independencia.

2) La exaltación de lo humano.

3) La valoración de lo terreno por encima de lo sobrenatural.

4) El afán de conocimiento científico.

5) El interés por la cultura clásica.

6) La valoración de la Naturaleza.

Anne Sexton

LA BALADA DE LA

MASTURBADORA

SOLITARIA y otros poemas

Traducción de Griselda García

www.elsalvajerefinado.net

DATOS BIOBIBLIOGRÁFICOS

Anne Gray Harvey (Anne Sexton, 1928-1974), nació en Massachusetts en 1928. Se casó con Alfred Muller

Sexton a los 19 años. Un año después de nacida su primera hija le diagnosticaron depresión post-parto,

sufriendo su primer crisis mental e ingresando a un hospital neuropsiquiátrico. Regresaría allí varias veces,

sobre todo luego de sus intentos de suicidio, que se agudizaron luego del nacimiento de sus segunda hija.

Fue su médico quien la apoyó para que desarrollara el interés en la poesía que había mostrado en la escuela

secundaria.

En el otoño de 1957 se inscribió en un taller de poesía en donde conocería a Sylvia Plath. Unidas en una

relación con matices que lindaban entre la identificación mutua y la rivalidad poética, fueron influencias la

una para la otra, llegando a competir en las clases por quien escribía el mejor poema.

En 1974, a pesar de su éxito como escritora –había ganado el Premio Pulitzer de poesía por su libro Live or

Die- perdió su batalla contra la enfermedad mental.

Luego de almorzar con su mejor amiga, Sexton fue hasta el garage, encendió el motor de su auto y se

suicidó con el monóxido de carbono.

Como Robert Lowell, Sylvia Plath, W. D. Snodgrass y otros llamados "poetas confesionales", Sexton

ofrece al lector una mirada íntima de la angustia emocional que caracterizó su vida.

Hizo de la experiencia de ser mujer un tópico central en su poesía y a pesar de soportar críticas por hablar

de temas como la menstruación, el aborto y la adicción a las drogas, es evidente que su talento como poeta

trascendió cualquier controversia.

DESEANDO MORIR

Ahora que lo preguntas, la mayor parte de los días no puedo recordar.

Camino vestida, sin marcas de ese viaje.

Luego la casi innombrable lascivia regresa.

Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida.

Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,

los muebles que has puesto al sol.

Pero los suicidas poseen un lenguaje especial.

Al igual que carpinteros, quieren saber con qué herramientas.

Nunca preguntan por qué construir.

En dos ocasiones me he expresado con tanta sencillez,

he poseído al enemigo, comido al enemigo,

he aceptado su destreza, su magia.

De este modo, grave y pensativa,

más tibia que el aceite o el agua,

he descansado, babeando por el agujero de mi boca.

No se me ocurrió exponer mi cuerpo a la aguja.

Hasta la córnea y la orina sobrante se perdieron.

Los suicidas ya han traicionado el cuerpo.

Nacidos sin vida, no siempre mueren,

pero deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce

que hasta los niños mirarían con una sonrisa.

¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!

que, por sí misma, se convierte en pasión.

La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías,

y a pesar de todo ella me espera, año tras año,

para reparar delicadamente una vieja herida,

para liberar mi aliento de su dañina prisión.

Balanceándose allí, a veces se encuentran los suicidas,

rabiosos ante el fruto, una luna inflada,

Dejando el pan que confundieron con un beso

Dejando la página del libro abierto descuidadamente

Algo sin decir, el teléfono descolgado

Y el amor, cualquiera que haya sido, una infección.

EL ASESINO

La muerte correcta está escrita.

Colmaré la necesidad.

Mi arco está tenso.

Mi arco está listo.

Soy la bala y el garfio.

Estoy armada y lista

Desde mi mira, lo tallo

como un escultor. Moldeo

su última mirada a todos.

Cambio sus ojos y su cráneo

constantemente de posición.

Conozco su sexo de macho

y lo recorro con mi dedo índice.

Su boca y su ano son uno.

Estoy en el centro de la sensación.

Un tren subterráneo

viaja a través de mi ballesta.

Tengo un cerrojo de sangre

y lo he hecho mío.

Con este hombre tomo en mis manos

su destino y con este revólver

tomo en mis manos el periódico y

con mi ardor tomaré posesión de él.

Se inclinará ante mí

y sus venas saldrán en desorden

como niños… Dame

su bandera y sus ojos.

Dame su duro caparazón y su labio.

Él es mi mal y mi manzana y

lo acompañaré a casa.

LOS BOMBARDEROS

Nosotros somos América.

Somos los que rellenan los ataúdes.

Somos los tenderos de la muerte.

Los envolvemos como si fuesen coliflores

La bomba se abre como una caja de zapatos.

¿Y el niño?

El niño decididamente no bosteza.

¿Y la mujer?

La mujer lava su corazón.

Se lo han arrancado

y se lo han quemado

...

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