Tercera Mujer

LA TERCERA MUJER

El texto de Lipovetsky, La Tercera Mujer, recibe su nombre tras el desarrollo que hace el autor en el capítulo tercero, titulado “La Posmujer en el Hogar”, en el tercer apartado, que lleva el mismo nombre, “La Tercera Mujer”. Dentro de este apartado, Lipovetsky habla sobre la evolución de la percepción histórica de la mujer, planteando tres estadios o etapas, llamados respectivamente, la primera, segunda y tercera mujer. En esta evolución se encuentran presentes tres fenómenos, que son el poder femenino, la desinstitucionalización de la familia y la lucha por la igualdad al interior de la pareja. Esto implicó una nueva función de la mujer dentro de la vida doméstica y económica, así como una ruptura económica.

La primera mujer, parte del supuesto de que los grupos humanos han hecho una división social del trabajo, correspondiente al hombre y a la mujer, si bien esta división de una sociedad a otro, aunque el dominio del hombre sobre la mujer prevalece. El papel de las mujeres suele ser, en las actividades económicas, de segundo orden; la única función de las mujeres valorada socialmente es la maternidad, traduciéndose en la falta de poder real y simbólico ostentado por las mujeres, siendo las actividades realizadas por el hombre las únicas dignas de reconocimiento; la mujer se encuentra así en un estado de sujeción absoluto, sometida por completo al hombre.

Durante la Baja Edad Media, la mujer fue revalorizada, alejándose de la concepción judeocristiana que veía a la mujer como fuente de tentaciones y pecado, y ensalzando su rol social y sus actividades. Para la Ilustración, se admiran los efectos de la mujer sobre la sociedad, dado su carácter benéfico en las buenas costumbres, y a partir del siglo XVIII y sobre todo en el XIX, su labor como esposa-madre-educadora. La mujer se vuelve soberana del hombre, aunque las decisiones importantes siguen recayendo en éste. El cambio resulta en que antes, la mujer trabajaba en la casa y en el campo o el negocio del marido, y a partir de ahora, se le confinaba a las labores domésticas y del hogar.

Tanto la primera como la segunda mujer, pese a ser vistas socialmente de manera diferente, comparten el rasgo de haberse encontrado subordinadas al poder masculino. Pero tras el agitado siglo XX, se comenzó a cambiar, nuevamente la imagen de la mujer, disminuyendo el ideal de la mujer hogareña, legitimando sus estudios y trabajo y el derecho al sufragio, así como mayor libertad sexual y control de la procreación; esta es la tercera mujer que da nombre al texto de Lipovetsky. Sin embargo, aunque la mujer puede gobernarse a sí misma, aún no ha alcanzado el control del poder político y económico, suponiéndose como una autocreación femenina, y pese a esta evolución, la mujer sigue siendo objeto de desigualdad respecto al hombre.

A lo largo de su obra, el autor se centra en la postura teórica conocida como la Postmodernidad. La modernidad surge quizá en el Renacimiento (aunque es un proceso largo y con una ubicación espacial y temporal difícil de determinar), donde el antropocentrismo sustituye al teocentrismo, la ciencia inductiva deja atrás a la especulación filosófica axiomática y surgen en Europa los nacionalismos, dejando atrás las conciencias regionales. El punto de detonación de la modernidad llega con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, si bien Inglaterra dio señales de modernidad

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