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Tesis De Feuerbach


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  2.326 Palabras (10 Páginas)  •  437 Visitas

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Las tesis sobre Feuerbach de Carlos Marx

Estamos en 1845, hasta entonces contamos con distintos tipos de materialismo. Tenemos el materialismo de los griegos (Anaxágoras, Epicuro, Demócrito que afirman que los fenómenos naturales son producidos por causas naturales (fuego, agua, aire, tierra) y no por causas sobrenaturales (dioses). Tenemos también, en el siglo XVII, al materialismo de Locke que afirma que conocemos sólo a través de la experiencia, de los sentidos (empirismo), es decir de percibir objetos y los objetos materiales son por lo tanto lo que crea a lo inmaterial (el conocimiento). Finalmente, en el siglo XIX, hallamos el materialismo de Feuerbach que afirma que debemos dejar de lado las grandes abstracciones religiosas para encontrar al hombre y al individuo (lo único real) en la tierra. En todos estos materialismos: materia = objetos, cosas o individuos.

Por otro lado, debemos considerar el idealismo, sobre todo el idealismo alemán de los siglos XVIII y XIX que sostiene que los objetos (el mundo como tal) no nos preexisten sino que los construimos. El sujeto construye en cierto sentido el mundo que percibe. El mundo del que hablamos es el mundo del que hablamos. El sujeto –a través del lenguaje y de las categorías- constituye ese mundo de objetos.

Feuerbach, filósofo alemán nacido en Landshut y educado en Berlín y en Erlangen, fue alumno de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, cuyo idealismo filosófico rechazó más adelante. En su obra clave La esencia del cristianismo (1841), Feuerbach sostiene que la existencia de la religión sólo es justificable en tanto que satisface una necesidad psicológica; la preocupación esencial de la persona guarda relación con uno mismo y el culto a Dios no consiste más que en la idealización de uno mismo. Más importante que su psicología religiosa es su materialismo. Según Feuerbach, el pueblo y sus necesidades materiales deben ser el fundamento de la teoría social y política. Los individuos y sus mentes, dice el filósofo, no son más que productos de su entorno; la conciencia de una persona es el resultado de la interacción de sus órganos sensoriales y el mundo externo.

De su crítica a la religión se desprende el concepto de alienación, tal vez el más influyente de su obra. Parte de una inversión de términos: sujeto por predicado. Dios no crea al hombre, el hombre crea a Dios proyectándose y proyectando sus mejores atributos en él. Es, entonces, simplemente un producto del hombre. Pero este producto se vuelve ajeno a su productor y lo domina. Las propiedades del hombre se enajenan en Dios, el objeto aparece con vida propia y domina al sujeto. Para Feuerbach, esta enajenación estaba en la conciencia humana, y un simple acto de la misma podía resolverla.

Karl Marx retoma este concepto y lo amplía en sus Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Para él, la enajenación humana no se encuentra solamente en el plano de la conciencia, sino en el plano real. Ahora el hombre se enajena en el trabajo, y para resolver esta enajenación se necesitan acciones prácticas, una filosofía de la praxis. El centro las tesis críticas sobre Feuerbach, escritas un año después (1845), será la noción de praxis.

Once tesis para una filosofía de la praxis

Analizaremos ahora cada una de las tesis, parte por parte. Dice Marx en la primera:

[I]

“El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo…”

El materialismo anterior al que se refiere es –entre tantos- el de los filósofos de la naturaleza, el de Locke y también uno que está muy cercano a Marx, el de Feuerbach. El materialismo anterior ha querido percibir la realidad y ya no las ficciones religiosas, ha querido ser realista y no estar apegado a ilusiones, espíritus, dioses o entes imaginarios. El problema es que a la realidad la entienden estos materialistas ingenuos sólo como objetos que pueden ser contemplados y no como actividad, no como práctica. Esta es la innovación de Marx: afirmar que la materia no es sólo las cosas sino las acciones, la práctica humana. Entonces lo real, la realidad, lo material pueden ser o los objetos (materialismo ingenuo) o la actividad (materialismo sin materia). Esa actividad –que obviamente la realiza un sujeto, alguien, un cuerpo humano vivo que despliega energía- no ha sido pensada por el materialismo ya que éste ha pensado sólo el objeto. La tesis continúa:

“De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo…”.

El materialismo ha desconocido hasta ahora la actividad pero –vaya sorpresa- el idealismo la ha desarrollado, por ejemplo en la obra de Kant o Hegel. Ellos han percibido cómo el sujeto realiza una actividad al constituir al mundo en el acto de conocimiento: para Kant conocer es un acto de construir al mundo con las categorías, una actividad del sujeto trascendental. Pero hay un problema con el idealismo, ha percibido la actividad

“… pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal.”

La actividad que conoce el idealismo es la del conocimiento, pero no conoce la actividad del cuerpo, la del trabajo o la de la lucha.

“Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva”

La actividad objetiva es lo que acabamos de mencionar: la actividad del trabajo o de lucha.

“Por eso, en La esencia del cristianismo (el libro de Feuerbach) sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana, mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de manifestarse .

Marx se refiere aquí a “actitud teórica” como a las actividades de escribir libros, hacer filosofía, o interpretar el mundo. Cuando escribe “forma suciamente judaíca” está afirmando que para Feuerbach la única práctica es el comercio. Marx –que era judío- toma aquí una expresión popular que asociaba “judío” a “comerciante” y por lo tanto algo “suciamente judaico” es algo “suciamente comercial, interesado sólo por el dinero”.

“Por tanto, Feuerbach no comprende la importancia de la actuación "revolucionaria", "práctico-crítica".

Feuerbach no entiende la actividad humana como trabajo o como lucha sino como interpretación del mundo; por lo tanto nunca va a comprender la importancia de la práctica política, de la actividad revolucionaria.

[II]

“El problema de si al pensamiento

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