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Del Desafío Independentista a la Época Republicana


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2012  •  Trabajos  •  3.719 Palabras (15 Páginas)  •  541 Visitas

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Texto; “Nicolás Bravo; Del Desafío Independentista a la Época Republicana”

(Eduardo Miranda Arrieta)

En el largo proceso de formación de la nación mexicana la transformación de los valores civiles y políticos fueron los que dieron forma y definición al término “libertad”. Se pensó por ejemplo en la libertad como expresión de independencia política y en la libertad republicana (participación ciudadana). Frente a esto nacerían dos visiones más; la libertad moderada (templada, aristocrática) y la que exigía el apego irrestricto a la ley.

Libertad política:

Hacia 1811 Nicolás Bravo y su familia, aristócrata, vivían del comercio del sur de Acapulco, contraria a su cepa, apoyaron la causa aún no independentista del padre José María Morelos y negaron el apoyo realista a su amigo y vecino, Joaquín Guevara quien envió una escolta para atraerlos a la causa realista. Sin embargo, los Bravo señalaron no estar en contra del Trono, ni el altar, sino que “defendían la patria de la tiranía francesa”. Este era el discurso que compartía la mayoría de los insurgentes y que con el tiempo se tornaría mas radical. Aspiraban a la autonomía, pero no a la Independencia del territorio.

Por 1813, el padre y militar Morelos y las influencias que se fueron adhiriendo introducen un nuevo contenido político e ideológico al movimiento que apuntaba directamente que el gobierno pasase de los europeos a los americanos. Proponíase en “Sentimientos de la Nación”, obra de Morelos que; “la América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía”, “la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los poderes de ella en legislativo, ejecutivo y judicial”, “para dictar una ley se discuta en el Congreso y decida a pluralidad de votos”, “la esclavitud y las castas se proscriba, de modo a que seamos todos iguales”. Todo esto estaría recogido después en la Declaración de Independencia de la América Septentrional y mas decisivamente en la Constitución de Apatzingán mas adelante.

Nicolás Bravo, partícipe de todo este proceso, decidió apoyar la idea de formación de un Congreso que buscara la legalidad a las nuevas expresiones. Sus funciones eran mas militares que políticas ya que debía proteger a los congresistas en su labor. En diciembre de 1814 lanza una proclama hacia los “ciudadanos” es decir a los “americanos” del sur para contener las ofensivas del realista Gabriel Armijo, sus argumentos eran: que el Rey Fernando VII había generado la guerra mas sublime que antes, ya que abolió la constitución que crearon las cortes en su ausencia (1812) y que, si bien era cierto que la religión manda que tengamos un Rey en la tierra, nada señala que tiene que ser precisamente el de España.

De la libertad política a la libertad Republicana:

Nicolás Bravo nunca expresó de manera abierta sus simpatías por el sistema republicano hasta la abdicación de Agustín de Iturbide recién en 1821.

El plan Iguala de 1821 establecía la instalación de un gobierno provisional con el objeto de salvar la sagrada religión y establecer la independencia del imperio mexicano, dejaba sentado que; la Nueva España era independiente y su gobierno seria una “monarquía moderada” (en rey gobierna, pero lo hace en el territorio, no desde España), se debía también formar un ejército protector que se encargaría de sostener la religión católica, defender la independencia bajo esta monarquía moderada y la unión de los americanos y europeos. Bravo no pudo acomodarse al grupo que adquirió la dirección política al que acusaba de velar por sus intereses, todo parecía señalar que solo se intentaba modificar la estructura administrativa española en vez de sustituirla y lo único que Bravo pudo conseguir fue un ascenso en la milicia. Se comenzó a sospechar de el y en 1821 fue apresado por “crimen de conspiración”. Esto es importante ya que el que Bravo estuviera en desacuerdo con las ideas que tomaron protagonismo sería el inicio de una clara división entre los patriotas antiguos (insurgentes) y los que decidieron trabajar por la independencia en 1821.

Tras sobrevivir a las acusaciones hechas en su contra, afinó su opinión acerca de participar en política, ya que se percató que era la única manera de defender la autonomía. España se negó a enviar un rey al territorio y las ideas de Bravo comenzaron a agarrar terreno. Se formó un Congreso que nombró a Agustin de Iturbide como emperador. Bravo no estaba tan de acuerdo, pero terminó aceptando igual hasta que Agustín de Iturbide decidió cerrar el Congreso. Frente a esto, Bravo trató de reunir a un destacamento armado que fuera en contra del emperador a fin de lograr la libertad mediante la restitución del Congreso Constituyente (esto comenzó a identificarlos como republicanos. Agustin representaba a la monarquía, un tipo de gobierno al cual ya no se aspiraba).

Bravo fue elegido miembro Supremo del Poder Ejecutivo del Congreso y fue el mismo quien acompañó a Iturbide a su destierro

Libertad Moderada:

Al mismo tiempo en que se hablaba de la república en México también se hacía del federalismo. Bravo pensaba que este último era posible solo cuando se reconociera un centro de unión fuerte donde cada provincia tuviera facultades muy precisas para desarrollarse. Sin embargo concordaba con otros al señalar que las provincias no estaban lo suficientemente ilustradas y preparadas todavía, lo que podría provocar conflictos o guerras civiles entre ellas. Sin embargo igual se firmaría en 1824 la Constitución Federal causando bastantes conflictos internos. Bravo convidaba a todos los mexicanos a defender su verdadera libertad formando una nueva asamblea nacional que permitiera la conciliación entre mexicanos.

En 1835 se creó otra Constitución que estipulaba que el gobierno debía ser republicano, representativo, católico (muy importante) y debía estar dividido en Ejecutivo, legislativo y Judicial (más un cuarto, el Supremo Poder Conservador a modo de “moderador”) también la redacción de las siete leyes constitucionales que daría legitimidad a la república centralizada de Bravo, garantizar la seguridad y la propiedad de los mexicanos.

En 1840, el panorama seguía inestable y a esto se le sumaban las rebeliones indígenas del sur del México en defensa de sus tierras y acusando al gobierno central de tirano. Nicolás Bravo apoyó en parte a los indígenas y al gobierno central, en especial en contra de Sata Anna (1844). Santa Anna abolió el Congreso y amenazaba con hacerse

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