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Carbonato De Litio


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2013  •  5.370 Palabras (22 Páginas)  •  531 Visitas

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Litio: 55 años de historia en el tratamiento del trastorno bipolar

Medicina Clínica

Litio: 55 años de historia en el tratamiento del trastorno bipolar

Por Frederic Mármol a

a Departamento de Farmacología y Química Terapéutica. Facultad de Medicina. Universidad de Barcelona. Barcelona. España.

La historia clínica del litio empezó a mediados del siglo xix, cuando se utilizó para el tratamiento de la gota. Posteriormente se administró como sustituto del cloruro sódico y a finales de 1940 se descubrieron sus efectos antimaníacos. En la actualidad se utiliza, de forma eficaz, para el tratamiento de la manía y para la profilaxis de la enfermedad bipolar. Si bien es evidente su efecto en las enfermedades afectivas, no sucede lo mismo con su mecanismo de acción, ya que, a pesar de los muchos estudios realizados, todavía no se conoce exactamente cómo actúa este ion. Se han propuesto muchas teorías, de las que destacan, como más importantes: normalización de posibles alteraciones iónicas, interacciones con el sistema adenilciclasa-AMPc efectos sobre el ciclo del fosfatidilinositol, estabilización de las concentraciones de proteínas neuroprotectoras y normalización de los valores de algunas endopeptidasas citosólicas, entre otros. De todas formas, todavía está por definir cuál de ellos es el principal responsable de las acciones terapéuticas del litio, aunque tampoco puede descartarse que aún esté por descubrir su mecanismo exacto de acción.

Med Clin (Barc). 2006;127:189-95.

Palabras clave: Litio. Mecanismo de acción. Enfermedad bipolar. Estabilizadores del estado de ánimo.

Características psicológicas y clínicas del trastorno bipolar

Según parece, fue un médico francés, Falret, quien en 1851 caracterizó el trastorno bipolar como una enfermedad. Falret la definió como «folie circulaire» (locura circular) y la describió como episodios maníacos y melancólicos separados por intervalos libres de síntomas. En 1854 Baillarger utilizó el término «folie à double form» para describir los episodios cíclicos maníaco-melancólicos. En ambos casos el diagnóstico se consideró desesperado e incurable1.

Para hacernos una idea de la importancia del trastorno bipolar basta pensar que en EE.UU. existe la National Depressive and Manic-Depressive Association (National DMDA), a la que 5.000 personas telefonean mensualmente para solicitar todo tipo de información y cuya página en Internet recibe un cuarto de millón de visitas mensuales. Según esta asociación, en EE.UU. la enfermedad bipolar es la sexta causa de discapacidad, afecta anualmente a 2,3 millones de personas y cuesta a su economía más de 44 billones de dólares anuales. Por otro lado, según datos de la National DMDA, menos del 50% de los enfermos bipolares estadounidenses reciben un tratamiento apropiado2.

Sintomatología de la enfermedad bipolar

Las alteraciones sufridas durante la enfermedad bipolar difieren significativamente de la depresión clínica, a pesar de que algunos de los síntomas son similares durante la fase depresiva. La mayoría de las personas que sufren esta enfermedad hablan de estados de humor «elevados» y «bajos».

Los primeros síntomas acostumbran aparecer al final de la adolescencia, entre los 15 y 19 años. La enfermedad afecta por igual a hombres y mujeres (los primeros tienden a empezar con episodios maníacos, mientras que en las mujeres suele iniciarse con fases depresivas) y abarca a todas las razas y clases sociales.

De todas formas, los estudios realizados hasta ahora no han identificado una clara personalidad de los pacientes bipolares. En algunos casos parece que estas personas son más lábiles y, en consecuencia, más inestables en sus decisiones y quizá más aventureras que el resto cuando no se encuentran en fases maníacas o depresivas. De todas formas, éstas son meras conjeturas de características personales específicas. Sí existen evidencias que indican que a menudo el primer episodio maníaco-depresivo aparece en momentos de estrés en la vida de la persona, aunque la mayoría de los estudios coinciden en que los posteriores episodios no tienen ninguna relación con la vida social ni laboral del enfermo3; también parece que las alteraciones del sueño pueden ayudar a desencadenar episodios maníacos o depresivos en los pacientes bipolares4.

Los trastornos bipolares afectan aproximadamente entre el 1 y el 3% de la población, lo que indica que en España hay cerca de un millón de personas afectadas5. Es por tanto una enfermedad de un alcance mayor del que en principio podría parecer, y sus síntomas típicos son episodios de manía y depresión separados por períodos de estabilidad emocional.

Los episodios maníacos tienen varios niveles de gravedad. En primer lugar estarían los episodios moderados sin síntomas psicóticos y, en principio, no peligrosos para el propio paciente ni para su entorno, conocidos también con el nombre de hipomanía. Los episodios hipomaníacos pueden aparecer en pacientes bipolares, pero también en enfermos con historial sólo depresivo. En segundo lugar estaría la manía grave, que en algunos casos requiere hospitalización, ya que puede afectar de forma importante al propio enfermo o a su entorno familiar, social y laboral. Tan sólo como ejemplo del problema podría citar el caso de una persona que en plena crisis maníaca decidió comprar 500 televisores para su uso particular porque le habían comentado que los precios de estos electrodomésticos iban a subir6.

También se han hecho estudios sobre la posible herencia familiar, en los que se ha comprobado que cerca del 50% de los enfermos maníaco-depresivos tienen historiales familiares de esta enfermedad y que en algunas familias numerosas varios de sus miembros la sufren. En este sentido, estudios hechos en gemelos monocigóticos demostraron que existe entre un 40 y un 80% de posibilidades de que ambos desarrollen la enfermedad bipolar, mientras que la probabilidad disminuye a un 10-20% en el caso de gemelos dicigóticos7.

A pesar de que todavía no ha podido encontrarse una prueba eficaz de diagnóstico biológico para poder detectar las bases patológicas del trastorno maníaco-depresivo, los actuales avances en genética molecular han abierto una nueva era a los estudios genéticos de los enfermos bipolares y existe la posibilidad de que la genómica médica ofrezca la expectativa

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