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Ciudad Antigua


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  903 Palabras (4 Páginas)  •  370 Visitas

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capítulo sexto

Derecho de propiedad

el derecho de propiedad es entendido por los tártaros cuando se trata de los ganados y no del terreno, entre los antiguos germanos la tierra no pertenecía a nadie, cada año y la tribu señalaba a cada uno de los individuos un lote para cultivar y se le cambiaba a la año siguiente.

El derecho de propiedad se veía más bien en relación con el culto, puesto que los manes, los rituales y el dios doméstico en sí, era lo que representaba pertenencia para cada familia, y no los terrenos, sino los objetos y animales.

Por estas razones, el derecho a la propiedad estaba centrlizado en el lugar del hogar, del fuego sagrado, y en todo aquello que tuviera referencia al culto sagrado y a la religión, pese a que los terrenos o las casas de las familias estuvieran casi juntas, había un área específica que se debía respetar, dicha área era aquella donde se encontraba el altar.

Los "términos" , como se les llamaba a las piedras grandes que hacían establecer una especie de barrera o límite en el altar, simbolizaban la estancia del altar, por lo que se entendía debía respetarse ese lugar religioso.

Ciertos días de cada mes se tenía una ceremonia religiosa en la que se cargaban los sacrificios, se cantaban oraciones y fórmulas especificas y se caminaba al rededor de los términos, estableciendo así el límite para las demas familias en esa religion.

capítulo séptimo

Derecho de sucesión

1.- naturaleza y principio del derecho de sucesión entre los antiguos:

Se refiere a que si la herencia se daba de varón en varón y era tan importante, al mismo tiempo se heredaba el derecho a continuar dirigiendo el culto en el altar sagrado, así como todas las deudas o beneficiencias que pudiera tener el padre. Por tanto, se entiende como derecho de sucesión al acto de heredar el puesto de padre y llevar acabo todas las actividades y deberes que tenía implantados y heredados por el padre.

2.-El hijo hereda y no la hija:

Se refiere a la importancia que se le daba a los varones y no a las hijas al momento de la herencia, puesto que era el hombre quien debía encargarse del culto religioso y no la mujer.

La hija no tiene la aptitud para heredar la tradición paterna y si esta casada tampoco tiene derecho a adorar a los dioses de su antigua familia puesto que ahora pertenece a la del esposo.

En cuanto a esto, Cicerón convocó la ley Voconia que decía que se prohibía: 1) instituir heredera a una mujer auqnue fuera hija única, casada o soltera. 2) legar a las mujeres más de la cuarta parte del patrimonio.

Si no había más que mujeres en la familia para heredar, la hija debía casarse con el heredero que le correspondía y así, él

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