Ciudad Humanizada

CIUDAD HUMANIZADA:

“Para entender a la ciudad se tiene que ser sensible y lograr una verdadera empatía con ella.”

Desde que el urbanismo era empírico se pensaba en la ciudad como un espacio confortable, con el número de dotaciones capaces de asumir las necesidades de sus habitantes, pero con extrañeza nos sorprendemos de las constantes mutaciones que ha sido objeto y las incontables laceraciones producto de un legado de procesos aleatorios e incoherentes con nuestra propia realidad y exigencias humanas.

Dándole animación podemos decir que cada ciudad adquiere su propia imagen sumatoria de personalidad, permeabilidad y estilo y aún más se va especializando y dinamizando convirtiéndose en versátil, cuando esta última se da, hay un espacio para cada actividad, edad y función dentro del recinto urbano.

Es fácil entrar y fácil entender, es transparente y legible, es pulcra y fresca; la entrada dice mucho y es posible que genere cierta tranquilidad y seguridad para conocerla; para lograr esto no es necesario contar con cuantiosas sumas de dinero para realizar intervenciones urbanas que en algunos casos la mala planificación de ellas y la injustificación de su ejecución van dejando huellas imborrables en la memoria urbana, lo más importante es tener claridad del modelo de ciudad que deseamos, además de aprovechar las ofertas existentes y potencializar sus oportunidades para generar espacios urbanos más humanos.

La ciudad adquiere vida desde el mismo momento que el usuario o habitante la vive, la siente y la disfruta, es el receptáculo de una extraordinaria interacción diaria, algunas crecen y robustecen, otras se hacen frágiles y se deprimen, el manejo y control de cada uno de sus potenciales es quizás la clave para mantener su ritmo constante, pensar holísticamente nos permite prever espacios, áreas, funciones y demás actividades que se realizaran en un futuro no muy lejano tomando como elemento clave su pasado reciente

Para humanizar el urbanismo en la ciudad hay que trascender la norma y las rigurosidades legales; aun aplicándolas hay que ser sensibles y entender su dinámica, el rol de la gente en el recinto, su cultura, su relación con el medioambiente y legado histórico y proponer un modelo funcional coherente con las necesidades reales de su población, impidiendo que la ciudad sea el principal enemigo de sus habitantes.

El desarrollo de una Ciudad Humanizada sólo puede medirse según la calidad de vida de sus habitantes. Por tanto, resulta fundamental incentivar la cooperación, la solidaridad y el diálogo incluyente entre sociedad y gobierno.

Con este propósito, impulsamos programas tendientes a atender a los habitantes ubicados en áreas de la ciudad con mayores rezagos, y articular los programas de atención a grupos vulnerables para fomentar la igualdad de oportunidades.

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