Discurso BATALLA DE TUCUMAN

Batalla de Tucumán

Una Nación que olvida su pasado, cae en un grave desorden y en gran debilidad. La historia como maestra, nos enseña que en Tucumán, bajo las situaciones más adversas, se unieron monolíticamente, ejército y pueblo. Lo patriótico, lo popular, y lo religioso bajo la protección de la Virgen de las Mercedes.

El 24 de septiembre, hemos celebrado un nuevo aniversario de la Batalla de Tucumán, la que decidió la suerte de la emancipación americana. Un grupo de patriotas participaron en ella, encabezados por el Gral Manuel Belgrano, nos encontramos con López, Diaz Velez, Viamonte, Balcarce, Alvarado, Lamadrid, Molde, Dorrego, Zelaya, Figueroa, Superí, entre otros. Quienes se cubrieron de gloria junto al pueblo tucumano y escribieron muchas páginas de nuestra historia patria y de América.

En Tucumán se enfrentaron contra un fuerte ejército realista en línea, la fuerza moral del Gral Belgrano y sus huestes, dispuestos a resistir hasta el final cualquiera sean las consecuencias. A pesar de las reiteradas ordenes de un Triunvirato dubitativo y lejano del lugar decisivo, dónde se escribía la historia que obedeció el Gran General quien con magna resolución decidió librar batalla en la estratégica San Miguel de Tucumán, salvando la causa de la libertad americana. Demostró que cumplió acabadamente, con los principios del mando: Creer en la causa que se persigue, entregarse íntegramente al servicio de la Nación y auxiliarse en su fe en Dios. Así, obtuvo de sus tropas los más altos índices de espíritu de cuerpo, disciplina, motivación y efectividad.

Al trepidar la carga de la caballería gaucha con sus lanzas en ristre, bajo el mando de Balcarce; y la infantería calando sus bayonetas pasó al asalto a cargo de Díaz Vélez y Dorrego. El campo de batalla sufrió el arrebato de un huracanado viento, como nunca lo hubo desde que se recuerda, que oscureció el sol con el polvo de las cargas de caballería y una enorme manga de langosta que recordó a las bíblicas plagas de Egipto, lo cual renovó el ímpetu de las tropas tucumanas. De tal modo, lo recuerda en sus “Memorias” el General Paz que “los langostazos parecían balazos” y pusieron en fuga a los realistas que se creían atacados por enormes fuerzas, cuando los patriotas eran 1800 hombres contra los 3000 de los realistas que contaban con todos los medios, incluyendo la Artillería que perdieron en esa batalla; además, todo el parque y los bagajes que permitieron a Belgrano, armar su ejército y ganar la Batalla de Salta, casi cinco meses después.

El General Belgrano escribe textualmente en su parte informativo, después de ganar la batalla:

“La Patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos”.

Después

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