EL PASADO AZTECA
Enviado por tonises • 20 de Septiembre de 2012 • 1.283 Palabras (6 Páginas) • 346 Visitas
EL PASADO AZTECA
Por ELISABETH MALKIN y SOFIA CASTELLO Y TICKELL, The New York Times News Service/Syndicate, Última actualización: 04/09/2012
LA CIUDAD DE MÉXICO EN EL PRESENTE
CIUDAD DE MÉXICO – El esqueleto es el de una joven, quizá una noble azteca, encontrado intacto y enterrado en el sitio más sagrado del imperio hace más de 500 años. Casi dos mil huesos humanos estaban amontonados a su alrededor, y ella es un misterio.
Todavía faltan muchos otros descubrimientos por descifrar del sitio de la excavación más reciente en el corazón de esta vasta metrópolis, donde los aztecas construyeron su gran templo y los conquistadores españoles pusieron los cimientos de su nuevo imperio.
Antes de anunciar el descubrimiento del insólito sitio del entierro y los restos de lo que podría ser un árbol sagrado el mes pasado, los arqueólogos también habían encontrado hace poco una gigantesca plataforma redonda y estucada, decorada con cabezas de serpiente y el piso tallado en relieve que parece mostrar una guerra santa.
La Ciudad de México podría ser una de las clásicas megaciudades del mundo, un revoltijo de tránsito, comercio, grandes espacios públicos, suburbios arbolados y barriadas hacinadas. Sin embargo, también es una maravilla arqueológica, y a más de tres décadas de que un descubrimiento fortuito desencadenara la exploración sistemática de los espacios ceremoniales aztecas, todavía se siguen descubriendo sorpresas en las capas superpuestas de la ciudad.
“Es una ciudad viviente que se ha transformado desde la época prehispánica”, comentó Raúl Barrera, quien dirige la excavación del centro de la ciudad que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
“Los propios mexicas desmantelaron sus templos”, para construir encima de ellos, explicó, usando el nombre que los aztecas se daban a sí mismos. “Los españoles construyeron la Catedral y sus casas con las mismas piedras de los templos prehispánicos. Lo que hemos encontrado son los restos de todo ese proceso”.
Quizá en ningún otro lugar del mundo la evidencia de una ruptura entre civilizaciones sea tan dramática como en la gigantesca plaza central de la Ciudad de México, conocida como Zócalo, donde las ruinas del Templo Mayor de los aztecas colindan con la pesada Catedral que levantaron los españoles para declarar su dominio espiritual sobre los conquistados.
“Creo que la guerra ideológica fue más difícil para los españoles que la armada”, dijo Eduardo Matos Moctezuma, el arqueólogo que dirigió primero las excavaciones en el Templo Mayor.
Hay otros lugares más antiguos en el mundo, donde las ruinas surgen en calles obstruidas por el tránsito, donde los invasores extranjeros terminaron con imperios. Sin embargo, aquí es diferente, dicen académicos.
“Arrasaron con todo; no hicieron eso con el coliseo”, dijo David L. Carrasco, un historiador de las religiones en la Universidad de Harvard, que ha escrito sobre los aztecas y las excavaciones del Templo Mayor. “En Roma, la antigua ciudad romana se levanta junto a la ciudad medieval y la moderna”.
Bernal Díaz del Castillo, un cronista español de la conquista, escribió que “de todas las maravillas” de la capital azteca, Tenochtitlán, “todo se derribó y se perdió, no queda nada en pie”.
Desde 1790, no obstante, cuando se desenterraron las primeras esculturas aztecas gigantescas por las obras de construcción para pavimentar el Zócalo, Tenochtitlán ha estado cediendo sus secretos. Los arqueólogos empezaron a explorar el Templo Mayor hace un siglo, pero el descubrimiento en 1978 de un gigantesco monolito que representa a Coyolxauhqui, la diosa azteca de la luna decapitada y desmembrada, llevó a una excavación exhaustiva que persiste hasta el día de hoy.
En los primeros cinco años, los arqueólogos descubrieron grandes partes del templo que estaban bajo la estructura que arrasaron los españoles después de la conquista en 1521. Emperadores aztecas anteriores habían construido templos nuevos encima de los que ya estaban, con lo cual, sin querer, se conservaron las estructuras más antiguas.
El proyecto arqueológico
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