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El Esclavismo Subsiste


Enviado por   •  15 de Agosto de 2011  •  2.179 Palabras (9 Páginas)  •  747 Visitas

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El esclavismo subsiste en el Siglo XXI

Desde comienzos del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX tiene lugar el más absoluto de los silencios, el genocidio de 140 millones de esclavos africanos. Uno de los más crueles de toda la historia humana, donde hombres, mujeres y niños fueron raptados de sus aldeas, encadenados y trasladados en barcos negreros rumbo América. En sólo un instante esas vidas vieron cambiar su valor y se convirtieron en mercancía objeto de compraventa.

A partir del 12 de octubre de 1492, se produjo la conquista del territorio americano y la mano de obra indígena fue sometida, para el duro trabajo en los campos y en las minas. Los indígenas fueron destruidos por pestes y por el duro trabajo sin descanso.

Al comenzar a escasear esta mano de obra, prácticamente gratuita hubo que recurrir a su reemplazo por otros, igualmente sin costo remunerable y así se llegó a importar esclavos africanos, Esto fue bien visto por los colonizadores, incluso aquellos que se decían humanistas, como los evangelizadores, entre ellos, Fray Bartolomé de las Casas, que pugnó por el buen trato a los indígenas, vio con la llegada de los negros esclavos, un alivio para los pobladores locales.

En el año 1518 llegaron los primeros cuatro mil negros esclavos que venían del sur del desierto de Sahara, estos fueron llevados a los primeros asentamientos de esclavos en la zona del Caribe. y al Brasil,

Los negros esclavos, eran comprados con productos, tales como tabaco, ron y armas, para luego ser trasladados en condiciones infrahumanas hacia América, encadenados y hambrientos, muriendo aproximadamente la mitad de ellos en la travesía. Las riquezas mineras de América y sus materias primas, explotadas por los mismos esclavos, servían de pago a los comerciantes de esclavos (negreros). Esto se llamó comercio triangular (Entre América, Europa y África). Entre los siglos XV y XVII, los mayores exportadores de esclavos fueron los portugueses, que los traían desde el Congo, lugar próspero al que habían llegado en 1483. A partir del siglo XVII los ingleses, franceses y holandeses ocuparon el primer lugar en el comercio esclavista.

En el siglo XVIII luego de la Guerra de Sucesión Española se establecieron empresas inglesas, holandesas y francesas, dedicadas al tráfico de esclavos. La Compañía Francesa de Guinea y la Inglesa British South Sea Company lograron monopolizar el tráfico. La Compañía inglesa tuvo su centro de distribución en la isla de Jamaica, las francesas en Haití y las holandesas en las Antillas, quedando el Caribe como eje central del comercio esclavista.

El esclavismo subsiste en el Siglo XXI en varios países de América

Ejemplo de esta realidad es, entre otros países Estados Unidos en el que cada año más de 20 mil personas son víctimas del esclavismo. Se trata, sobre todo, de personas que son traídas con falsas promesas y que terminan como prostitutas o en trabajos forzados.

Según la ONU, doscientos cincuenta millones de personas viven en situación de esclavitud. De ellas, ciento cincuenta millones son niños. Las víctimas son las mismas que hace siglos, personas que viven en situación de esclavitud; servidumbre por deudas, explotación sexual, salarios ínfimos, reclutamiento forzoso, niños trabajadores o soldados, matrimonios forzados. El objetivo que se persigue no ha variado: sigue siendo el poder y el dinero.

En Bolivia grandes hacendados de los departamentos de Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz, tienen desde hace varias décadas, cientos de familias enteras guaraníes, viviendo bajo un sistema de servidumbre y esclavitud basado en la sobreexplotación de la fuerza de trabajo familiar, trabajan desde las 6 de la mañana a 9 de la noche, sin derechos, sin tierras, sin recibir un pago justo. Los pagos en su mayoría se hacen en especie y no en dinero, con cuentas que se transmiten de generación en generación. Las condiciones precarias de trabajo y por consiguiente de vida de familias guaraníes sometidas a una situación laboral signada históricamente por el abuso y por la marca de la servidumbre y el patronazgo, que las ha hecho cautivas en su propia tierra, son prácticas aún vivas en el Chaco boliviano, como si el tiempo, y la modernidad, nunca hubieran pasado por esas tierras.

Y con ellos ancianos y niños que trabajan, sin pago alguno y sin acceso a los derechos básicos como la educación, la sanidad, la libertad de movimiento y a la propiedad de la tierra. La esclavitud en el Chaco también se extiende a los niños. Las niñas comienzan como domésticas en las haciendas y luego se quedan como cocineras, mientras que los varones inician como mozos de mano, es decir, realizan mandados menores para los hacendados y luego, de grandes, trabajan la tierra. En la mayoría de los casos, no reciben pagos por sus trabajos, la escuela está prohibida para estos niños, así como salir de las haciendas.

Balderas es un líder indígena guaraní que hasta su adolescencia trabajó como peón en una de estas haciendas bajo un régimen de explotación laboral. Pero tuvo la suerte de poder estudiar y conseguir a través de la educación esa libertad que cientos de familias de su pueblo aún anhelan.

La situación de los guaraníes en el sur de Bolivia es vista con preocupación por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de Estados Americanos (OEA) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

Fortunato Silva y Victoria Méndez, padres de ocho hijos, por su parte reciben por sus faenas uno o dos kilos de arroz en la hacienda de Crispín Pérez, también ubicada en Huacareta, y que si piden arroz adelantado, es descontado al final del mes, la Sra. Victoria que realiza labores domésticas dijo: "nunca me han pagado, ni un centavo", asombrosamente se reproduce una situación que se creía desaparecida, y hay reportes de trabajadores que reciben latigazos si no cumplen con su tarea. Si bien esto no es generalizado, existen casos y documentos con vídeos que sí ocurren y corroboran esta infamación.

Algunos "cautivos", incluso, duermen en galpones y no pueden salir de la hacienda. "Los patrones prohíben que las familias que viven en sus haciendas se comuniquen con organismos y les coartan la educación o las condiciones sanitarias mínimas", denunció Justo Molina, presidente del Consejo de Capitanes de Chuquisaca, quien denunció la "violación de los derechos humanos" que viven numerosas personas de su comunidad y explicó que el 90 por ciento de esta población es analfabeta.

Los llamados "ajustes" son el resultado de la suma en la que se consignan ítems

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