El Papel De Las Prácticas Internacionalistas Durante El Periodo De Restauración.

Sin lugar a dudas, las relaciones internacionales fueron de vital importancia luego de la ola revolucionaria liberal y democratizadora vivida a finales del siglo XVIII en Europa. El feudalismo había sido finalmente aplastado por el capitalismo en la mayoría de las naciones, pero la monarquía había logrado resistir a los levantamientos burgueses y liberales. Ahora, a principios del siglo XIX quedaba el pendiente de restaurar las condiciones que permitieran la práctica de las dinámicas absolutistas que se llevaban a cabo antes de las revoluciones. Las monarquías de las naciones victoriosas de estas guerras restauradoras tomaron conciencia de que les sería imposible realizar esta tarea por sí solas, y fue entonces que decidieron iniciar con su política colaboracionista para garantizar la permanencia del status quo que tanta sangre y recursos les había costado restablecer.

No fue sino el papel de la política exterior y las relaciones internacionales el factor determinante en esta ardua empresa de restaurar la paz y el régimen monárquico absolutista en una Europa en reconfiguración económica por el liberalismo, y devastada por las guerras y revoluciones burguesas. Los monarcas reconocían nuevamente la “legítima autoridad” derivada del linaje, que tantos siglos había mantenido a Europa unida, y era hasta ese momento, históricamente, la forma de gobierno que había sacado a las naciones adelante.

La iniciativa de los congresos no es más que una prueba de que la globalización ya estaba para quedarse, y lo que afectara a un país habría de tener repercusiones en cualquier otra parte del mundo, así que era necesario formar bloques con políticas similares si se querían lograr los intereses de la nobleza, que a aquellas alturas de la historia se encontraba profundamente desgastada y también debilitada, por el surgimiento de las nuevas economías independientes en América, que ahora hacían frente a la hegemonía europea.

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